– Mh, creo que debemos calmarnos un poco ¿no creen? Kaelus, yo me encargaré desde aquí y Raelus, lo siento si pareció algo grosero, no fueron las formas, me disculpo ante usted, señorita Nora. Antes de preguntar por su evidente embarazo yo quisiera saber por qué si estaba en un lugar seguro decidió irse. Creo que eso es lo que nos debería importar más ¿cierto?
– ¿Lugar seguro? Sí, he de admitir que en un inicio tuve miedo porque me trajeron en contra de mi voluntad. Sí, había visto algo que no debí ver y sus compañeros no pudieron hacer nada, pero aun así no eran las formas para tratarme. Luego de ese “malentendido” me sentí relativamente segura, es cierto lo que dice, pero yo los escuché. Escuché a Caesar conversar con alguien poniendo mi lealtad y mi moral en juego. Dudaban de mí y bajo esas circunstancias cualquiera haría lo que fuera para irse de un lugar donde la tildan de traidora. Yo escapé buscando seguridad para mí y cuando me enteré la busqué para mi bebé. No voy a pedir disculpas por intentar mantenerme a salvo porque no me arrepiento de haber hecho lo que hice por sobrevivir.
El silencio que vino después fue evidente. Este día hubo más silencio tenso que cualquier otra cosa. Así que ¿todo fue por una conversación? No tuve tiempo de analizar porque Nora volvió a hablar.
– Miren, no estoy para reclamar cosas ni mucho menos, la realidad es que no confío en ustedes. ¿qué nos dice que ahora nos juran que nos protegerán y luego nos juzgarán nuevamente? Para empezar, yo no quería venir aquí, pero Raelus estaba convencido que podría protegernos si ustedes saben de nosotras y confío en él. Así que yo no me iré a ningún lado lejos de Raelus y de Rubí.
Miré a todos mis compañeros en la mesa, a la mayoría no le importaba, es más, podía decir que evitaban decir cualquier cosa porque no querían hacerse cargo de estas dos mujeres. Los únicos preocupados éramos, evidentemente Caesar, Adrián, Raelus, Marcus como mediador y yo. Basil estaba prestando atención, pero no decía nada, su mirada solo estaba fija en Nora como si hubiese encontrado algo fascinante. Marcus habló nuevamente.
– Nos disculpamos nuevamente por la confusión. Si bien en cierto en su momento nos dejamos llevar por las pruebas que teníamos de usted encontrándose con humanos aliados a Cronos, debe admitir que eso la hacía sospechosa y…
– ¿Entonces por qué mejor no me lo dijeron directamente? ¿por qué guardarse esa información? ¿esperaban que fuera una especie de espía para encarcelarme o algo así? era una mujer indefensa a comparación suya ¿qué podría haber hecho, golpearlos o patearlos? ¿lo sentirían siquiera?
Esta vez Adrián tomó la palabra algo incómodo por la situación.
– Gatita, de verdad me alegra verte a salvo, pero si no es indiscreción y creo que todos nos lo preguntamos ¿podemos saber quién es el padre de tu bebé?
Solté un suspiro ¿de verdad tenía que preguntar esas tonterías? hacer cuentas no era difícil. Si el animal tenía orejas, cuatro patas, bigotes y decía miau era obvia la respuesta. ¿sorprendía? Por supuesto que sí, pero si la única persona con la que estuvo Nora fue Caesar antes de escapar, entonces todo se decía por sí solo. Nora no tuvo que hablar porque Caesar se adelantó.
– Es mío ¿cierto?
– Es imposible, todos sabemos que nosotros no podemos tener descendencia. Así que ¿por qué no quieres decir quién es el padre de tu hijo? ¿por qué mientes? ¿no sería mejor decir la verdad y pedir su protección? No seríamos tan despiadados como para negarle la protección a alguien inocente, solo tienes que ser sincera con nosotros.
Mierda, ¿por qué Kaelus no podía quedarse callado por unos segundos? Sabía que no se daba cuenta, pero había dicho algo muy ofensivo para Nora y al mirar a la mujer quien mataba con la mirada a Kaelus ella se había ofendido, pero luego un brillo de conocimiento sustituyó el enojo para luego volver con fuerza.
– Tú…tú fuiste el que habló con Caesar en la casa de mi padrastro. Tú le diste a entender que era una traidora y ahora ¿dices que soy una mentirosa? ¿con qué derecho vienes a afirmar que miento ahora? Antes desconfiabas de mí y se demostró que yo era inocente ¿qué pruebas tienes ahora para decir que este bebé no puede ser de uno de ustedes? ¿solo por el hecho de que hasta ahora no hubo un descendiente suyo? ¿preguntaron correctamente a los dioses que tanto adoran sobre ese tema? Por estas razones es que yo no quiero que ninguno de ustedes a excepción de Raelus esté cerca de mí, así como ustedes no confían en mí, yo no confío en ustedes. Para empezar, yo hubiera desaparecido y cuidaría a mi bebé sola, pero Raelus dijo que podrían mantenernos a salvo si se encontraba con ustedes, solo por eso estoy aquí. Así que guárdate tus estúpidas preguntas y tu actitud de mierda que no voy a soportar más que me humillen y pongan en duda mi dignidad.
Supe que no solo yo, sino que todos mis compañeros a excepción de Kaelus quien se quedó quieto mirando como si nada hubiera ocurrido, estábamos intentando aguantar la risa, en mi caso la sonrisa. Era la primera vez que veía a alguien desesperarse por Kaelus, ya que todos sabíamos cómo era, lo tomamos como algo natural.
Mi mirada se centró de nuevo en Rubí quien sonreía orgullosa a Nora y la abrazaba. Esa sonrisa me relajó, no supe porque, pero me encontré dispuesto a querer ver todos los días esa sonrisa. Raelus habló después de carraspear un poco.
– Ehem, Rubí, Nora ¿podrían por favor pasear por el jardín unos minutos? Me preocupa que esta conversación le haga daño al bebé y ustedes dos no necesitan preocuparse por esto después de pasar por tanto. Iré a ustedes en unos minutos, lo prometo.
Mientras decía aquello, Raelus no dejó de mirar a las mujeres con evidente preocupación. Si bien me sentía agradecido por estar comprometido con la causa, me enojaba que viera con preocupación a Rubí ¿cómo podía? En silencio vi cómo mi pelirroja y Nora se fueron tomadas de la mano mientras todos los guerreros nos quedamos dentro. No supe por qué, pero el anhelo se quedó en mi corazón cuando Rubí salió por esa puerta y ya no pude verla más.