– Ah, mi querido, querido Hades. El pobre inútil que eligió a otro inútil como contenedor. Dime Hades ¿te dio tanta lástima que elegiste a este humano? El pobre Damián, odiado por sus padres y abandonado, creció luchando para convertirse en un gran comandante ¿y luego qué? Murió por la mano que un simple humano que envidiaba la fuerza de su comandante. ¿Sabías que nadie te lloró? El gran comandante que dio grandes honores a su nación al final se fue sin ser llamado héroe, un humano que se fue de la vida mortal siendo un desconocido. Dime Damián ¿Qué se siente que el esfuerzo de tantos años haya llegado a eso?
Lancé unas cuchillas más que fueron esquivadas nuevamente. Mis puños se apretaron ¿cómo se atrevía a hablar sobre mi vida pasada de esa manera? No me molestaba el hecho de que quisiera puyar en mi pasado, algo que ya sabía de antemano, me molestaba que siquiera usar algo así para querer hacerme perder la paciencia. Cronos esquivó soltando risas.
– ¿Y sabes qué es lo más divertido? Que ambos quedaron solos a pesar de sus intentos por pertenecer. Hades se quedó sin su Perséfone y Damián murió en soledad. Hades, ¿Le contaste a tu contenedor la divertida historia de por qué tu y tu amada se separaron?
Involuntariamente de mis manos salieron sombras en forma de dagas, una de esas dagas rasgó la tela que cubría el brazo de Cronos. No sabía que Hades podía tomar mi cuerpo prestado, pero ¿cuál era el costo? Rápidamente lo sentí cuando mi cuerpo cayó cansado, como si hubiera hecho mucho ejercicio.
¿Qué mierda?
– Lo siento…
¿Algo que decir sobre esa información?
– …
…Bien, pero luego hablaremos.
– Parece que mi querido hijo no se siente cómodo hablando sobre ese tema ¿Hablamos de cómo la pobre alma de su querida Perséfone vagó por milenios en busca de redención y nació en una niña humana entonces? La pobre, pobre reina del inframundo siendo reducida a una mera diosa exiliada por quien fue la persona que más confiaba, intentando encontrar pruebas de su inocencia.
Hades, cálmate.
– ¿Sabías que su alma casi desaparece cuando se enteró que tu alma fue a un contenedor humano? ¿Cómo probaría su inocencia si la persona que amaba más en el mundo se fue sin mirar atrás? La pobre diosa vagó, pidió ayuda hasta que las malditas Moiras decidieron interceder por lástima y le concedieron la redención, haciendo que su alma obtuviera la reencarnación.
– Qué…¿Qué está diciendo? ¿Cómo sabe…?
– Sí, debes estar sorprendido. He guardado toda esta información solo para este momento, solo para ver tu disgusto y tu dolor. Dime, Querido hijo, ¿Qué se siente saber que tu enojo y el abandono de tu reina solo fue por que yo lo planeé?
En mi interior sentí cómo Hades se desplomaba y sus sentimientos se abalanzaban sobre mí. sentimientos de culpa, dolor, amor, ira.
– ¿Cómo te sientes ahora, querido hijo? ¿Sientes el dolor, la ira? ¿Te sientes mal por creer en la trampa que yo planifiqué solo para que perdieras la esperanza en los tuyos? Me gustaría haber estado ahí para ver tu rostro, la desesperación, la decepción en tu propia familia…ah, qué excitante. Debes haber sentido la desolación al saber que no solo tus propios hermanos te orillaron a reinar sobre los muertos, sino que orillaron a que te enamoraras de tu pobre esposa para que luego sintieras el sabor de la traición. Bien, te daré un golpe más. ¿Qué dirías si te dijera que el alma de tu esposa estás más cerca de lo que crees? En una pelirroja que está más relacionada a su amor por las flores ¿tal vez?
Mi cuerpo se puso pálido de repente, ¿Él había dicho lo que creo que había dicho? No, no, no, no. En mi mente la imagen de mi pelirroja esperando en la mansión apareció salvajemente. ¿Por eso sentí esa atracción cuando la vi? Acaso ¿Las almas divinas eran parejas para nosotros? ¿Las almas divinas eran diosas que reencarnaron? Eso tenía sentido pues Nora aludió tener recuerdos de la titánide ¿Era así también para las otras almas divinas? Muchas preguntas llenaron mi mente.
– ¿Cómo se llamaba? Rubí ¿Cierto? Me pregunto a qué hermano será mejor para esa mujer ¿Ceo o Crío? Mh, tal vez incluso podría acogerla como concubina mía.
– ¡Cállate!
Eso fue todo, no pude soportar más las palabras de Cronos. Mis cuchillas se lanzaron y mi cuerpo se abalanzó directamente a ese hombre, quería callar esa boca sucia, detener las palabras que había escuchado. Quería borrar el nombre que salió porque él no era apto para llamar a Rubí, ¿le podría borrar esa sonrisa? ¿Podría mejor aún cortar esos labios?
Esas preguntas quedaron en el aire, mis cuchillas chocaron contra la hoz. Me frustré, mientras yo estaba luchando por mantener a raya la increíble fuerza de Cronos, él estaba fresco, disfrutando mi batalla, como si yo no estuviera ejerciendo fuerza.
– ¿Qué? ¿Eso es todo? No me digas que esa es toda la fuerza que los fantásticos guerreros tienen para dar. Esto sí que es decepcionante. Bueno, creo que ya es momento de acabar con todo esto, fue divertido mientras duró, pero ahora quiero seguir con mi cita con mi adorada Themis y quien sabe, luego podré ir por la hermosa Rubí.
– ¡Maldito!
La risa burlona de Cronos no se detuvo y no supe en qué momento todo se detuvo. Miré hacia abajo y en la zona de mi estómago había una gran herida, sangre saliendo de mí y posteriormente, el dolor, un dolor que me recordaba al pasado. Mis cuchillas cayeron y junto con ellas caí también de rodillas. El dolor era mucho más profundo que cuando te lastimabas con otras armas normales.
– Lo siento.
Por qué lo dices.
– Fue mi imprudencia no saber el poder que Cronos tiene aun estando dentro de un humano.
Sería mi culpa también por dejarme influir ante sus palabras, me lo advertiste, pero me dejé llevar. Oye ¿estoy muriendo?
– Estamos agonizando, sí.
Tú podrías irte a buscar otro contenedor ¿verdad?
– No es tan fácil como parece. Hemos sido heridos por el arma de Cronos, eso es peligroso.
La sangre seguía saliendo de mi cuerpo y me pregunté si me desangraría aquí. Poco a poco fui acostándome en el suelo, irónicamente cerca de Adrián, mi fuerza y mi conciencia se estaban esfumando.
– Querido Hades, espero disfrutes tu tiempo en el inframundo esta vez como un muerto más.
Y con esas palabras mis ojos se cerraron, en mi mente la imagen de la cruel sonrisa de Cronos se quedó grabada hasta que naturalmente todo se oscureció.