Siempre pensé que mi vida tendría sus problemas, pero compaginar mis estudios de último año, mi pobre excusa de vida social y un par de animadoras guarrillas que no se cansaban de mi polla nunca fue algo que hubiera anticipado del todo. Fantaseaba con ello, quizá, pero nunca pensé que pasaría. No me malinterpreten, siempre supe que los problemas con los estudios y la vida social estarían ahí, pero las animadoras guarrillas… sí, eso era algo a lo que todavía me estaba acostumbrando. Habían pasado unas dos semanas desde que Kaitlyn vino a mi casa y me dejó sin sexo, y mi vida, antes predecible, había sido todo lo contrario desde entonces. Seguía dedicado a sacar un promedio de 4.0 y a tener todo el tiempo libre posible jugando videojuegos y pasando tiempo con mi mejor amiga, Tori (lo que so

