Capítulo 34. No, Alis, no me puedes hacer a un lado en tu vida. ¿Ya no me quieres? —Alis. —Lárgate de mi habitación, no seas metiche, no hagas que pierda la paciencia y te arruine el día. —Habla de una vez, ¿qué tramas? No me creo ese show de hermana arrepentida. —Entonces no te descuides. —Deja ya tus amenazas, Abril, está claro que te mueres por Harry y él no te da ni la hora. —¿Estás segura? No sé, es muy dudoso que un hombre promiscuo como él cambie. No sabes lo bien que hace el amor, ¿o sí lo sabes? ¿Acaso te dijo dónde estaba cuando regresó de Manhattan? Llevo bastante tarde, diría que tenía muy buena compañía. No entiendo nada; según Gustavo, se retrasó porque tenía que ver a unos inversionistas, unos proveedores. —¿Realmente tienes que pensarlo tanto? Estaba con su mejor c

