—Hola amor me alegra, mucho verte —me dijo, y yo me encogí de hombros mientras nos abrazábamos. Habían sido unos largos días sin vernos. Le di un beso en los labios, y tomados de la mano, avanzamos juntos. —Qué bueno que querías verme, en realidad te esperé ayer —murmuré un poco apenada, sin querer iniciar alguna discusión. —Te dije que no pude venir. —Pero yo te había enviado un mensaje. —¿De verdad vas a querer empezar una pelea, Briana? —preguntó, haciendo una mueca. —No, claro que no, amor —respondí, mordiéndome los labios y bajando la vista. —Oye, tranquila. Hoy estoy aquí, no tienes por qué sentirte así. —Tienes razón, estoy muy feliz de que estés aquí —comenté y él sonrió. —Entonces…. ¡Vamos sonreírme! Tomados de la mano, pronto llegamos al mismo lugar de siempre. Siempre n

