La alarma sonó era hora de ir a la universidad pensaba Melissa mientras pereceaba abrazando la almohada de totoro que le había regalado su hermana menor hace tres años, antes de morir. Había fallecido en un accidente de tránsito donde se sentía sumamente culpable; ya que ella iba al volante.
decidió levantarse, alistarse y desayunar; en esta ocasión usó un vestido enterizo corto azul con unos tacones y su morral. Cuando iba bajando saludo y se despidió de su madre porque iba tarde como siempre.
Cuando llegó a la universidad se encontró a sus amigos Juan y Angelica. Sin embargo, se sorprendió ya que había una tercera persona con ellos….
— Hola princesa — Dijo Juan mientras le daba un beso en la mejilla a Melissa
— Hola Juan — Menciono Melissa sorprendida mientras tenía su mirada fija en esta tercera persona
— Hola, un gusto me llamo Néstor — Mencionó esta persona mientras realizaba una sonrisa maléfica
— Un gusto, mi nombre es Melissa — Decía mientras seguía en su asombro, apretando la mano de Néstor.
Se quedaron los cuatro un rato conversando mientras sonaba la campana para ir a las clases. Melissa no se pudo concentrar en las clases pensando como este chico con el cual había tenido un incidente en la piscina ahora estudiaba en su misma universidad y era amigo de sus amigos.
Cuando finalizaron las clases Melissa se iba dirigiendo hacia el autobús para ir hacia su casa. Sin embargo, en el camino se encontró con Néstor quien movió su mano derecha hacia los lados como signo de saludo, se quedó quieta al escucharlo.
— ¿Quieres ir a tomar una taza de té conmigo?, tranquila no te haré nada malo — Dijo mientras guiñaba su ojo derecho.
— Claro, porque no — Mencionó mientras subía sus hombros como signo de aceptación.
Decidieron ir a la cafetería de la esquina donde pidieron un café, un té y finalmente dos tortas tres leches. Estaban comiendo tranquilamente, hasta que Néstor inició la conversación…
— ¿Cómo te ha ido en el estudio? — Le pregunto mientras tomaba su taza de té.
— Bien, un poco duro, pero voy hacia adelante — Le respondió antes de dar un sorbo a su café.
— ¿Tienes novio? — Lanzo la pregunta sin pensarlo, necesitaba saber si podía ser candidata a ser sacrifico para su familia o no.
— No — Respondió sorprendida y enseguida devolvió la pregunta — y ¿tu? — Preguntó con curiosidad; ya que le llamaba la atención aquel chico tan misterioso.
— No, pero ando buscando por si quieres pasar la hoja de vida — Dijo mientras miraba coquetamente a Melissa.
Al escuchar ese comentario Melissa volteo los ojos y le guiño el ojo. Sin embargo, dentro de sus pensamientos solo creía que era un hombre más de esos que cada semana cambiaban de pareja; además pensaba que el amor no existía siendo un sinónimo de sufrimiento y no podía dar campo a otro dolor más; ya que debía concentrarse en sus estudios, trabajo y en su madre.
— Debo irme, tengo que trabajar — Mencionó Melissa mientras daba el último bocado a su torta de tres leches.
— Yo te llevo, ¿me lo permites? — Dijo Néstor mientras dirigía sus manos hacia su moto que se encontraba afuera.
— Está bien — Respondió resignada.
Pasó el día sin ningún acontecimiento especial, Melissa llegó a trabajar como cajera en un supermercado y al finalizar se dirigió hacia su casa. Dónde decidió cenar e irse a dormir. Sin embargo, antes de acostarse recibió un mensaje de texto “Te espero el sábado a las 6:00 pm para ir a cine, envíame tu dirección y no acepto ningún NO. Linda noche.”
— Néstor… — Mencionó mientras pasaba su mano por su cara, resignada a esperar el sábado.
Llego el sábado en la mañana donde Melissa decidido colocarse un vestido corto n***o con unas sandalias. Mientras que, Néstor iba con una camisa de cuadros, jean y zapatos deportivos. Melissa se sentía confusa cuando estaba con Néstor; ya que sentía que algo le estaba ocultando; ya que por momentos estaba muy atento y por otros momentos pareciera que estuviera más pendiente de su alrededor como si buscara o huyera de algo o alguien.
Néstor llegó a recoger a Melissa la recibió con un ramo de flores blancas y rojas las cuales sorprendieron y sonrojaron a Melissa, con un gesto amable agradeció y las colocó en un recipiente de vidrio con abundante agua. Se fueron en la moto hacia un centro comercial de la ciudad mientras Melissa revisaba en su celular la cartelera de películas que hubiera.
Cuando llegó primero comieron helado, pasearon por todo el centro comercial mientras iniciaba la función donde decidieron colocar “rápido y furioso 8”. Terminó la película y decidieron ir a comer algo ligero antes de dejar a Melissa en su casa. Finalmente, al momento de despedirse Néstor tomó valentía y le robó un beso en la boca, dejando a Melissa en shock mientras él se subía a su moto y se iba.
— Esperen, ¿qué fue lo que acabo de suceder? — Pensaba Melissa mientras se quedaba mirando en su puerta mientras Néstor se iba. Sin embargo, inmediatamente le dio mal genio; ya que se sintió utilizada y que la quería enredar en su jueguito, el cual no iba a ser fácil si eso era lo que él pensaba.
Mientras que Néstor iba sonriente en su moto al ver la reacción de Melissa, no dudaba que esa mujer tenía algo especial por lo cual se sentía atraído por ella. Pero no podía ilusionarse; ya que ella iba a desaparecer de su vida una vez fuera entregada a Elia y a Lilia todo por el bienestar de su familia.
Días después, Néstor intentó contactar a Melissa por todos lados, pero no había señales de ella. ¿Qué había sucedido? ¿le habrá pasado algo o no quiere volver a saber de mí? Pensaba mientras se desanimaba al sentir que otra vez iba a estar dentro de las garras de Elia y Lilia. Unas horas después cuando se dirigía hacia su moto vio a los lejos una silueta la cual se parecía a Melissa entonces decidido acercarse.
— Oye, ¿estás bien? — Grito Néstor moderadamente mientras agarraba del brazo derecho a Melissa dándole la vuelta
— Déjame ir — Gritó Melissa estresada
— No, ¿Qué pasa? ¿estás disgustada por el beso? — Mencionó sorprendido soltándola.
— No soy igual a todas, te equivocaste conmigo — Dijo mientras daba la vuelta.
— No, yo sé que no. Discúlpame no fue mi intención — Mientras abrazaba por la espalda a Melissa.
Melissa se quedó quieta cuando sintió ese abrazo cálido, lo iba a separar, pero se sintió tan segura al lado de él que no evitó corresponder al abrazo.
— Iniciemos de nuevo, ¿sí? — Mencionó Néstor mientras sonreía.
— Estamos — mientras lo soltaba.
— Aunque, no te lo negaré… me gustas y lucharé por ti — Manifestó mientras le guiñaba el ojo.
— Lo siento, pero más que una amistad no te puedo ofrecer — fue lo último que escuchó antes de que Melissa se dirigiera hacia el autobús y se desapareció de la vista de Néstor, quien quedó en shock; ya que si o si ella tenía que fijarse y enamorarse de él porque sabía que había encontrado a la ideal. Sin embargo, surgió una pregunta en su cabeza… ¿Para qué Elia quiere una humana? ¿qué hará con ella finalmente?
Melissa se dirigió hacia su trabajo donde normalmente salía agotada; ya que por esa época era más la gente que iba a observar y a comprar. No negaba que sentía que esa gente lo que hacía era desperdiciar la plata; ya que ella sentía que podía invertirse en cosas más importantes como la salud, por ejemplo. Melissa venía de una familia pobre y con dificultades; su padre había decidido abandonarlas hace unos años cuando fue descubierto que tenía un romance oculto y su hermana menor falleció en un accidente de tránsito hace año y medio cuando iba con Melissa hacia la casa después de haber estado en una fiesta. Iban con unos tragos en la cabeza, pero Melissa igualmente se sentía sobria iban hacia su casa iniciaron a pelear por el tipo de música que estaba sonando en el carro; ya que Angie la hermana menor quería reggaetón mientras Melissa Bachata. En un momento de movimientos entre sus brazos a ver quién ganaba Melissa descuido su vista del parabrisas y cuando se dio cuenta tenía un camión encima de ellas donde intentó girar lográndolo, pero estrellándose con un árbol.
Días después de la hospitalización de ambas, Melissa logró salir con algunas fracturas. Sin embargo, Angie no corrió con la misma suerte; ya que había tenido un golpe muy fuerte en su cabeza ocasionando un coma vegetal. Ellas no se resignaban a que se fuera a ir por eso la dejaron conectada por 15 días hasta que apareció el padre de ambas comunicando su opinión y finalmente decidieron desconectarla. Desde ese día Melissa siente que no asumió la responsabilidad que debía tener cuando estaba con su hermana menor, sintiendo que ella debió de fallecer y no su hermana recordándola cada vez que decide ir a una fiesta.
Melissa y Néstor poco a poco se iban conociendo, aunque ella sentía que Néstor le seguía ocultando cosas; ya que a veces evadía las preguntas o hacía bromas. A medida que iba pasando el tiempo se iban cogiendo más confianza salían a veces los dos solos o si no en compañía de sus amigos Juan y Angelica lo cual los dos eran pareja de hace muchos años, Angelica es una de las personas más importantes en la vida de Melissa porque ella la ayudó en su proceso de superación referente al acontecimiento de su hermana menor quien se convirtió como en su hermana mayor ayudándole a tomar decisiones, metas y objetivos claros para su vida.
Melissa decidió ir a visitar la tumba de su hermana menor en compañía de Angelica, iban cada 15 días o cuando pudieran si se encontraban en épocas obstinadas. Cuando llegaron, decidieron llevar flores blancas con violetas las cuales eran las favoritas de ella. Se arrodillaron en frente de la tumba, rezaron el rosario y en medio de las lágrimas volvió a pedirle perdón por lo ocurrido, porque ella en este momento debería de estar estudiando actuación como siempre había soñado y Melissa soñaba con el momento que su hermana se despertara y le dijera que todo era mentira, que solo estaba actuando y estaba viva al lado de ella y su madre.
Estaba tan concentrada en sus deseos que sintió un frío alrededor de todo su cuerpo, cuando sintió unos brazos detrás de ella abrazándola, pero enseguida los reconoció; ya que se sentían cálidos… — Néstor, ¿Qué haces aquí? — Preguntó mientras volteaba a ver esos ojos azules que la hipnotizaba.