Asperger syndrome

Capítulo uno [Soy Levi, soy aspi]

Levi como todas las mañanas hace su ritual al despertarse. Acomoda su cama de manera obsesiva, limpia su habitación y se dedica a escoger su ropa con sumo cuidado para luego proceder a bañarse y a lavar sus dientes rigurosamente.

Cuando Levi era pequeño su familia notó cierta conducta en él. No jugaba con los niños de su colegio, no lograba hacer contacto visual con los demás, tenía comportamientos obsesivos compulsivos y una personalidad muy peculiar. Y fue en ese momento en que lo diagnosticaron con Síndrome de Asperger. Su sentido del humor es muy diferente al de los demás, su coeficiente intelectual es algo digno de admirar. Es bastante agradable cuando no te provoca ahorcarlo por sus muchas actitudes irritantes.

Su psicólogo y padre de su mejor amigo le recomendó a sus padres que lo enviaran a un internado para que pudiese socializar e independizarse como es debido. Se negó rotundamente, incluso cuando Zabbad (Su mejor Amigo) Trató de convencerlo. Zabbad es el único amigo de Levi, lo cuida como si fuese su hermano mayor y lo consiente en cada una de sus niñería, le adora aunque a veces quiera matarle por lo molesto que pueda llegar a ser, y aunque Levi no sepa demostrar sus sentimientos correctamente, él adora Zabbad.

La noticia de tener que irse a un internado en Londres le cayó como un valde de agua fría. Levi había vivido toda su vida en Doncaster, una linda ciudad que quedaba a 234.1 km de Londres (Unos dieciocho minutos en avión y demasiada distancia en opinión de Levi) . A excepción del colegio y de sus idas al psicólogo, Levi salía solamente a la casa de su mejor amigo de la infancia (A quien había conocido en el consultorio de su padre) Y si hablamos de lugares públicos como el zoológico, él iría siempre y cuando Zabbad o sus padres estuviesen con él.

El padre de Zabbad, el Dr. Mikhail, le había sugerido a la madre de Levi que tal vez cambiarse de escuela y estudiar lejos de casa podría ayudarle a desarrollar de mejor manera sus habilidades sociales. Incluso Zabbab había estado de acuerdo en irse a Londres con Levi, lo cual se supone que debió de haberle servido de incentivo para aceptar.

Pero ni sus rabietas y ni su llanto evitó que sus padres empacaran sus cosas y lo enviaran junto a Zabbad a ese internado.

—¡No dormiré en una cama en la que ha dormido otra persona!—gritó por quinta vez desde que entraron al auto, el chofer conducía, su padrastro y su madre estaban sentados frente a él y Zabbad a su lado. Sus brazos cruzados sobre su pecho y su puchero eran una clara muestra de lo enojado que se encontraba, la noticia de tener que estar lejos de casa le había caído pésimo. ¡Y es que todo había sucedido muy rápido para su gusto! En cuestión de días sus padres tomaron esa decisión y parecía que no escuchaban sus quejas.

Se había quejado todo el camino de su casa al aereopuerto, en el avión y ahora lo hacía de camino al internado.

—Te compramos sábanas para eso—repitió Jo, su madre, quien con los años desarrolló una gran paciencia con su hijo. Criar a Levi nunca le fue fácil y lidiar con él como adolescente era mucho más difícil.

—Estar en ese internado significa convivir con otras personas, chicos idiotas y chicas petimetres— Zabbad luchó para no soltar una carcajada.

—Es por tu bien Levi, necesitas más amigos— habló su padrastro con amabilidad, su verdadero padre lo había abandonado hacia años atrás tomando él el papel de su figura paterna.

—No necesito más amigos, necesito únicamente a Zabbad— espetó. Zabbad sobó sus hombros tratando de reconfortarle.

—Levi, sabes que siempre estaré para ti pero habrá momentos en los que yo saldré con otras personas— murmuró, Levi se sacudió la mano de Zabbad y se alejó de él para mirar por la ventana ignorando— Lev...

Levi los ignoró el resto del camino. él no dormía fuera de su casa, sólo en casa de Zabbad. Tenía sus rituales para bañarse, vestirse e incluso para comer. Ordenaba minuciosamente su habitación y se la pasaba mayormente en esta. Él sólo hablaba con Zabbad, era el único chico de su edad con el que podía relacionarse normalmente sin ser juzgado o burlado. Las personas creían que por tener Asperger era estúpido, pero él sabía que los demás se burlaban de él. En su otra escuela siempre lo molestaban por no actuar como un adolescente normal. Y claro que Zabbad siempre lo defendía y le explicaba a Levi ciertas cosas que no entendía, como cuando debía de guardar un secreto ya que era muy malo haciéndolo, sólo lo hacía por su amigo.

Demostrar sus sentimientos no era algo que hacía, no le gustaba el contacto físico ni las muestras de afecto, consideraba que su mejor amigo era el único que podía darle cariño y atención sin que le molestase... sin que le molestase la mayor parte del tiempo.

Su coeficiente intelectual era sorprendente, sabía cosas que a la mayoría de los chicos de su edad no le interesaban, estudiaba más por diversión que por obligación. Podía aprenderse un párrafo largo en cinco minutos y para él, aprender a leer le cayó como anillo al dedo.

Él no es muy discreto, no sabe lo que es el sarcasmo, no entiende los chistes ni las indirectas, aunque tenga un sentido del humor bastante peculiar que se basa un poco en ser algo cruel (No a propósito, pues no se percataba que cuando le hacía daño a una persona) su inocencia te hacía olvidar cuan molesto era.

—Llegamos— anunció su padrastro.

—Detesto esto— salió del auto dando un portazo. El internado era sumamente grande, antiguo y de puertas de madera macizas, sus jardínes verdes con preciosas flores les daban la bienvenida, una sonrisa se cruzó en su rostro pensando en que tenía cierto aire a Hogwarts, pero lastimosamente no lo era.

Caminaba con el ceño fruncido, no se molestó en tomar su equipaje, sabía que alguien más lo haría por él. Tomó la mano de Zabbad en cuanto llegaron a los pasillos y observó a los demás alumnos, comenzaba a ponerse nervioso y eso nunca era bueno. Apretaba fuerte la mano de su amigo con la suya, tratando de controlar la ansiedad que comenzaba a formarse dentro de su pecho.

La oficina de la directora era bastante grande como todo en ese lugar, y fuera de esta estaba una mujer sentada en un escritorio que los dejó pasar en cuanto se registraron . Zabbad casi arrastró a Levi para poder entrar.

—Buenos días señores Thompson— la directora era una mujer de unos cuarenta años, vestía muy elegante y tenía un peinado que en opinión de Levi, era ridículo. Soltó una carcajada en cuanto leyó su nombre en su escritorio "Mireda foster".

—Si digo rápidamente su nombre suena como decir Mierda— soltó, tapó su boca con sus manos exageradamente — ¡Dije un grosería!—Soltó una carcajada juguetona.

La directora frunció el ceño disgustada.

—Lo siento por eso— se disculpó Jo. La directora era consciente del síndrome de Levi, por lo tanto no hizo comentario alguno.

—No importa— sonrió— Es un honor tener a Levi en este internado, sus notas escolares son excepcionales.— Levi abrió la boca para decir algo, Zabbad rápidamente le susurró para que guardara silencio.— Y usted debe de ser el señor Mikhaill su padre me habló sobre su don para el arte— El moreno sonrió tímido y asintió.

Les entregaron sus horarios de clase, y se inscribieron en clases particulares, Zabbad escogió Artes plásticas y Levi matemática avanzada. La habitación en donde se quedarían era increíblemente grande y muy hermosa, tenía un gran televisor, un sofá frente a este, sólo que había algo que indignó a Levi completamente... Habían dos literas en ella, lo que significaba compartir la habitación con otras dos personas.

—¡Esto es una completa desgracia! ¡No pienso compartir habitación con trogloditas!— gritó, la indignación le carcomía, más que todo por el desorden que había en una de las literas.

—Levi, amor, hacemos esto por tu bien.—dijo su madre mientras acariaba sus hombros, le miraba con una ternura maternal, que como era normal, Levi no notaba.

—¡No es cierto! Podría hacer una lista de todo lo que esta mal aquí, las camas, las paredes, la suciedad ¡Tener compañeros que no han de saber de higiene!

Sus padres lo abrazaron y depositaron besos en sus mejilla.

—¡Nosotros nos vamos!— Jo tomó a su esposo del brazo y al chofer quien dejó el equipaje de los chicos en el suelo.— ¡Todo tuyo Zabbie! ¡Te amo cariño!

Y salieron cerrando la puerta.

Levi observó con desagrado la puerta por donde sus padres se habían ido, su labio inferior comenzando a temblar.

Sus padres han sido increíbles con él, su madre le dio todo el amor (y mucho más que eso) que se le puede dar a un niño. Pero desde el punto de vista de Levi, en estos momentos sentía que su madre lo estaba dejando abandonado.

—Odio esto— sus ojos azules comenzaron a cristalizarse, eso causó que a Zabbad se le encogiera el corazón, no soportaba ver a Levi llorar. Se acercó a él y lo rodeó con sus brazos dejando que este enterrara su rostro en su pecho.

—No llores Lev, pronto te acostumbraras a esto— acarició la espalda del ojiazul mientras este sollozaba en su pecho.

Risas y pasos se escucharon fuera de la puerta, Levi se separó de Zabbad en cuanto dos chicos entraron, uno era musculoso y alto, tenía el cabello corto y castaño, ojos cafés. El otro era de estatura promedio, más alto que Lev y un poco más bajito que Zabbad, tenía los ojos azules y el cabello rubio, Lev supuso que era teñido por sus raíces castañas.

—¡Hola!— saludó el castaño animadamente— Soy Landon Smith— Extendió su mano a Zabbad, el moreno la tomó amistosamente, en cambio Levi ignoró su saludo dejando a Landon confundido.

—Yo soy Niles—Zabbad le saludó y Levi le ignoró como hizo con Landon.

—Yo soy Zabbad y este gruñón de aquí es Levi.

—No soy ningún gruñón, que no me encuentre de ánimos para socializar con energúmenos no quiere decir que sea gruñón, y si me disculpan, iré a darme una ducha— Los dos chicos lo observaron aún más confundidos, Levi sacó un jabón de su maleta y una toalla, se acercó a una puerta al azar y entró sin fijarse.

—Ese es el closet...—murmuró Landon, Levi salió con los brazos cruzados.— Ese es el baño— Señaló la puerta al otro extremo de la habitación, Levi lo miró mal y entró sin decir nada.

—Lo siento por eso, Levi es...

—¿Odioso?— bromeó Niles.

—Iba a decir peculiar pero sí— los tres rieron. Zabbad tomó la maleta de Levi, sabía que debía ordenar muy bien sus cosas o Levi explotaría en una rabieta. Sabía que Levi podía arreglar sus cosas por si solo, pero a él le gustaba cuidar de su amigo y no le molestaba hacerlo— ¿Cuál es su litera?

—Esta— Landon señaló la de la izquierda. No estaban hechas un desastre en si, sólo estaban sin hacer. Se veían un poco despreocupados respecto al orden y Zabbad sabía que no sería fácil para Levi estar ahí.

El moreno se acercó a su litera, las sábanas estaban pulcramente ordenadas pero aún así tendría que quitarlas. Levi no dormiría en la cama superior, odiaba las alturas y podía caerse en cualquier momento, ya habían pasado por algo así.

Sacó las sábanas y la funda de la almohada, abrió la maleta de Levi, sacó una aspiradora de mano y comenzó a limpiar minuciosamente el colchón, ganándose que ambos chicos le miraran curiosos.

—Veo que te gusta la limpieza— comentó Niles, Zabbad sonrió y negó.

—Esto es por Levi, yo soy un desastre—sacó una sábana de Harry potter y la colocó en el colchón, también una funda a juego— Tiene ciertas costumbres a la hora de dormir, bueno, para todo en general así que estoy ayudándolo.

—¿Son muy amigos?— preguntó Landon mientras observaba a Zabbad colocar un oso de felpa en la cama de Levi.

—Es como mi hermano menor—respondió con cariño, Niles tuvo intención de sentarse en la cama de Levi para charlar pero Zabbad le detuvo.— No lo hagas, si encuentra una sola arruga me matará y luego quemará el colchón.

—¿Otra cosa que debamos saber?—preguntó el rubio con una sonrisa. Niles parecía ser de esos chicos que se tomaban las cosas con gracia y de manera relajada. Aquello le gustó al moreno puesto a que se necesitaba ser así de relajado cuando de Levi se trataba.

—Muchas— observó los colores de la habitación, Azul y verde— Odia combinar esos colores, le gusta el orden, no le gusta el ruido, se toma su tiempo para hacer las cosas y tiene gustos peculiares, y nunca toquen sus cosas, menos al señor Einstein— explicó mientras señalaba al oso de pelcuche.

— Wow— dijeron ambos chicos.

—¡ZABBAD!— el moreno corrió hacia el baño apenas escuchó el grito de Levi. Entró al baño y vio la cara de horror del chico, estaba vestido sólo con su bóxer y parecía haber visto un fantasma.

—¡¿Sucede algo?!—pregunta exaltado, Landon y Niles entraron tras del moreno.

—¡Hay cabello en el lavabo!— se quejó como si fuese una calamidad, Niles soltó una carcajada estruendosa— ¿De qué te ríes? ¡Ustedes vayanse!— Sus mejillas se tornaron rojas consciente de que estaba semidesnudo frente a desconocidos, se volteó dándoles la espalda.

—Que tragedia tan terrible—comentó Landon con sarcasmo.

—¡Lo es!—afirmó Levi—Pero ya váyanse.

—Nada de indirectas o sarcasmo—mencionó Zabbad en cuanto estuvieron fuera. Sacó la ropa de Levi y la llevó al closet asegurando de que estuviese ordenada por color— Miren, les seré honesto, Levi tiene síndrome de Asperger, él odia tener que explicarlo pero es mejor que les diga para que le tengan paciencia y no hayan problemas, se requiere de mucha paciencia para convivir con Levi y es mejor que lo sepan antes de que haya algún incoveniente.

—¿Qué es síndrome de Asperger?— preguntó Niles.

—Es un trastorno del espectro autista que interfiere con el comportamiento de Levi, no le permite socializar como se debe y tiene problemas de comportamiento, él no entienden los chistes, ni el sarcasmos, o insinuaciones— dijo observando a Landon— Todo se lo toma literal.

—Oh, lo siento...— murmuró el chico.

— Mi padre es su psicólogo, le dijo a sus padres que ya era hora de socializar y ser independiente ¿Qué mejor que estudiar lejos de casa?

—¿Algo más?—preguntó el rubio, quería saber a fondo como debía de comportarse con Levi, no quería causarles problemas, no era del tipo de chico que se llevaba mal con los demás, de hecho era bastante fácil para él entablar una amistad.

—Es algo celoso, obsesivo compulsivo, y no sabe comportarse en ciertas situaciones...

—¿Cómo cuales?— preguntó esta vez Landon mientras se acostaba en su propia cama.

—Como aplaudir en la iglesia o hacer comentarios pesados sin importarle que dirá y a quién, pero es muy tierno y no tiene ni una gota de malicia, sólo tengan cuidado con él—dice en plan de hermano mayor sobreprotector—No tienen que actuar diferente, sólo que con Levi las cosas tienen que ser un poco más delicadas, pero les prometo que él es genial.

—¡ZABBAD DAME MI ROPA!— el moreno suspiró, tomó ropa de la maleta y caminó hasta el baño, Levi abrió un poco la puerta y le tendió la ropa, cerrando el ojiazul la puerta nuevamente.

—No se extrañen si termina limpiando toda la habitación, le fascina limpiar.

Levi abrió la puerta del baño, tenía el cabello mojado y estaba descalzo. Camino hasta donde estaban los chicos y tomó asiento en su cama.

— Supongo que Zabbad les ha explicado como vivir conmigo, espero que comprendan los términos y estén de acuerdo con ello.

—Claro...—dijo Niles mientras se rascaba la nuca.

—¿Y qué te gusta hacer?— preguntó Landon tratando de ser amable.

—Leer, ver películas y series, estudiar y coleccionar cosas—respondió el ojiazul como si no hubiese nada más que decir.

—¿Qué clase de cosas?—preguntó Niles, Levi sonrió.

—No me gusta hablar con extraños, pero amo hablar de mí así que les diré, me gustan los lapiceros y las libretas, también los comics...

—También las listas— completó Zabbad mientras tecleaba en su teléfono, Levi asintió y trató de ver con quien hablaba, no soportaba que el moreno tuviese otros amigos aparte de él— Lev, hablo con mi madre—explicó el moreno, el ojiazul se sonrojó al ser descubierto.

—Bien— murmuró— ¿Por qué te tiñes el cabello?— preguntó mientras señalaba el cabello de Niles.

—Me gusta mi cabello así— respondió amable.

—Bueno, como sea— espetó, tocó el hombro de Zabbad para llamar su atención— Tengo hambre.

—Vamos al comedor— Landon abrió la puerta y les hizo un ademán para que los siguiera.

Levi realmente creía que no había nada en ese internado que le sirviese de incentivo para que su estadía no fuese tan insoportable. No por los momentos.