Estaba algo frustrada al ver las amenazas de ese desconocido, no podia creer que tuviera él descaro de venír a decirme eso, pero bueno si tuvieron él descaro de abrir su empresa aquí, como no hará eso.
Sinceramente tenia que ser un italiano, para ser tan descarado. No aprendí con mi padre, para tener que aprender con un desconocido, «los italianos pueden ser muy buenos, pero son descarados», no tendrán límites.
Pero no voy a caer en unas amenazas, dudo que él valla a perder su tiempo conmigo, lo mas probable es que ya tenga a otra candidata para su estupidez.
Mientras caminaba encontré un anuncio en una cafetería, ese lugar seria bueno para ir a trabajar, así me compruebo que él italiano solo habla por hablar.
Entre en la cafetería y me encontré con una señora detrás de la vitrina.
—buenos días, vengo por él puesto de mesera.—dije yo y la señora mi miro de arriba para abajo, no te como miraba algo en la pantalla del celular para luego mirarme a mi.
—lo lamento, ese puesto ya no esta disponible.—dijo ella con una sonrisa y yo hice una mueca.
—gracias.—dije y me di la vuelta en eso entro una muchacha y se paro en frente de la señora.
—buenas, vengo por él empleo.—dijo ella y yo estaba a punto de decirle que él puesto esta ocupado cuando.
—él puesto es tuyo, estabamos esperando que alguien viniera por él.—dijo la señora y yo abrí los ojos.
No podía creerlo, estaba tratando de pensar que el italiano no tenia nada que ver con esto y que solo era una coincidencia, pero, me negaron él trabajo.
Sali de la cafetería frustrada, no podía creerlo, me parecía algo detestable, pero podía superarlo, no porque un tonto hombre o como diría mi padre "scemo doppiamente stupido" (tonto doblemente estúpido), asi que debo ser fuerte y seguí buscando trabajo, porque no podía permitir que ese uomo haga lo que quiera, soy mas fuerte que unas simples amenazas y se lo voy a demostrar.
Miguel.
Cinco días después........
No podía creer que la ragazza, halla resistido cinco días, veo que es mas fuerte de lo que pensé, pero no tanto como ella quisiera y mi cara lo decía todo, porque la tenia aquí en mi oficina sentada, claramente es una valiente ragazza, pero yo soy mas fuerte que ella.
—ciao, ragazza.—dije y ella me miro serio.
Sabia que su reacción cuando viniera no seria una buena, pero al menos volvió bonita y provocativa.
—Ciao.—dijo ella seria y yo solté un suspiro.
—aceptas mi trattamento.—dijo y ella asintió.
-no puedo creer que hallas logrado que me despidieran, me sacaran de mi apartamento, pero antes me cortaron la luz, él agua y me quitaron mi carro, mas encima no me contrataban en ningún lugar.-dijo ella con voz frustrada y yo levante los hombros.
—cumplo lo que prometo, ragazza.—dije yo y ella soltó un suspiro.
Ella que pensaba que no iba a cumplir con mi amenaza, que buscaría a otra ragazza como esposa, yo le heche él ojo a ella y no pienso quitárselo de encima, ella sera mía y de nadie mas, porque sus ojos verdes lo pedían a gritos y yo voy a complacer.
—affare fatto, amore.—(trato hecho, amor) dije con aire arrogante mientras me ponia de pie para ponerme en frente de ella.
—affare fatto.—respondí ella cuando estaba al frente de ella y le estire la mano.
Ella me la acepto y en ese momento la jale con todas mis fuerzas para pegarla contra mi, con mi mano libre le agarre la cintura y atrape sus labios con los mios.
Al principio no me respondió él beso, pero luego fue cediendo lentamente, la apreté con mas fuerza contra mi y busque la manera de meter mi lengua en su boca, así que fue difícil pero cuando lo hice ella solto un gemido y puso sus manos apretando mi chaqueta.
—Hallo, Miguel.— escuche en alemán y me separe mis labios de la ragazza.
Podía mirar a nada mas que ha Bastien Penz en la puerta de mi oficina con una sonrisa burlona, no podia creer que ese tonto ya hubiera llegado y viera a intervenir en mi oficina sin tocar.
La ragazza seguía agarrada a mi chaqueta y tiene la respiración agitada al igual que yo, mi manos estaban un su cintura y no quería separarlas.
Yo hice una mueca al ver su cara, ese hombre sabia como ser entrometido, pero esta vez se paso, entro a mi oficina sin permiso y eso a mi no me gusta o bueno no en estos momentos, interrumpió cuando la ragazza y yo nos estabamos devorando la boca y claramente su presencia sobra.
—sueltame.—dijo ella en un susurro y solté todo él aire que tenia contenido.
—ni te muevas.—dije y la solté, ella se hizo a un lado y yo camine hasta donde estaba Bastien, ese stupido me escuchara cuando estemos a solas, él sabrá algún día que es meterse en asuntos agenos o personales.