Cuando llegamos al aeropuerto nos bajamos, no podía creer que el tomara todo como una orden, me hacia sentir mal, me hacia sentir como si fuera un objeto al cual debe cumplir todas las ordenes que se le den, pero no quería ni imaMartinar como seria cuando naciera ese bebe, creo que seria él peor padre que puede existir, no creo sentirme preparada para darle un hijo y que lo agarre como si fuera su sirviente.
—cara, muevete.—dijo él y yo solo lo seguí.
No tenia intenciones de decirle nada, ya estaba molesta por lo ultimo que dijo, no quería montar un show en pleno aeropuerto, todavía me queda un poco de dignidad como para hacerlo.
Él siguió un camino hasta llegar a un avión privado, solté un suspiro al ver que tal vez viajemos los dos solos, aunque puede que su hermano y su padre vengan con nosotros, aunque eso lo espero.
Cuando nos montamos en el avion habían dos azafatas en la puerta.
—Buonanotte, signor Prinde.—dijo una de ella en perfecto italiano.
—Buonanotte, signora.—dijo la otra azafata.
—Buonanotte.—respondí yo antes de caminar detrás de Miguel. Ambas se notaban que hablaban bien él italiano, antes podría jurar que la primera es italiana, pero eso solo me lo podrá asegurar Miguel.
Cuando nos sentamos en las sillas, yo frente de el, el me miro serio y yo solté un suspiro.
—la muchacha que te saludo es italiana.—pregunte yo y él me miro serio.
—pense que me preguntarías otra cosa, pero si, Erin es italiana— dijo él serio.
Erin, la llama por su nombre increíble, nunca pensé que un hombre como él llamara por su nombre a uno de sus empleados, bueno a excepción de mi.
—bueno, ragazza, como tu no hablas lo voy hacer yo.—dijo él serio y yo puse los ojos en blanco.—debes cooperar no te pongas en la defensiva, solo podremos llevar una relación sana, si tu cooperas y no me obligas a darte ordenes.
Dijo el y yo lo mire serio, no podía creer con lo que me salia él en estos momentos, así que yo debo cooperar para que él no me de ordenes.
-vamos.—dijo él estirandome la mano.
No sabia para donde me decía que fuéramos, pero viniendo de un hombre que quiere tener un hijo para tener una empresa, me imagino para donde dira, así que para salir rápido del asunto le di mi mano y él me guió hasta una habitación.
Cuando entramos rápidamente pego sus labios contra los mios, su beso era apasionado, me empezó a quitar la camisa que tenia, sus manos en mi piel me quemaban al punto de prenderme.
Nos separamos por falta de aire y el me miro a los ojos, antes de vover a besarme.
Me fue empujando lentamente hasta la cama y cuando me dejo ahí, se quito su camisa, no recordaba a ver visto un hombre con los abdominales tan marcados, definitivo no conocía ningún hombre como el, era como si estuviera sacado de una película donde todos son mega buenos.
Él abandono mi boca para pasar a mi cuello, pude sentir su mano que se hacía paso entre mi ropa para llegar a mi clítoris, comParker a estimularlo logrando que gemidos salieran de mi boca uno tras otro. Con un poco de frenetismo le retire un poco para poder alcanzar su cinturón y retirarle un poco los pantalones.
Él entendió mi mensaje y con un poco de lentitud se quito él pantalón, junto a sus bóxer, solo faltaba que me terminara de quitar lo mio.
Mientras me besaba retiro mi sostén lentamente, para comenzar a chupar mis senos con fuerza, logrando que mas gemidos aparecieran.
Él retiró mi pantalón con mis bragas para luego rozar su pene en mi clítoris hinchado.
—lo quieres dentro.—dijo él con picardía mientras lo tenia en sus manos.
—si.—dije yo con un hilo de voz.
—te lo voy a meter con dos condiciones.—dijo él serio y yo asentí.— no te escucho.
-las que quieras.—dije con rabia.
No podía creer que yo estaba prendida y él estaba jugando con esto.
—no te vas a cuidar y segundo dejaras de ser tan rebelde, no podremos criar a un bambino, si nosotros no tenemos una relación estableció, así sea de amigos, no quiero que mi hijo nazca en un ambiente donde sus padres no se lleven bien.—cuando escuche eso, no me lo podía creer.
Yo pensaba que él solo quería él bebe para luego usarlo como si fuera un empleado mas, pero parece a no es así, parece que me estoy equicicando con él y al menos si tiene un poco de Corazón para podre cuidar de un bebe.
—esta bien.—dije en un susurro y el asintió.
Comenzó a besarme lentamente mientras empezaba a meter su m*****o dentro de mi, como lo pensaba era bastante grande y me dolió cuando lo metió, tanto que mis ojos se pusieron aguados.
—dime que no eras virgen.—dijo el y yo negué.
—es muy grande.—dije yo y el sonrió.
Nos quedamos mirándonos un rato, antes de que él comenzara a moverle dentro de mi, sus embestidas eran lentas al principio, hasta que se volvieron rápidas y fuertes, él placer que me provocaba era único y mis gemidos se escuchaban por toda la sala.