Oscar Linguinni Los monstruos disfrutan del dolor ajeno, les gusta infringirlo, la sangre les causa placer y envenenan las almas que tocan. Estoy seguro de que en mi caso no es diferente. Pagarán por todo lo que me han hecho y al final...como bien dicen: "Se derramarán más lágrimas por las plegarias escuchadas que por las no atendidas". —¡¡Quien eres?¿Por qué me haces esto?! El idiota pregunta una vez más lo mismo de siempre. No sé como no se cansa. Hace tres meses sigo poniendo una venda en sus ojos cuando entro, sacando su sangre hasta drenarle las venas y reducirlo al mínimo necesario para que siga vivo y todavía me pregunta la misma mierda a la que jamás respondo. ¡Menudo imbécil! Activo la combinación del candado de sus cadenas y salgo cerrando como siempre. En la noche tendrá su

