POV RIO Lena tarda demasiado en responder. Lo noto por cómo aprieta ligeramente el borde de su bolso, por cómo su respiración se vuelve más lenta, como si estuviera calculando qué tanto puede decir sin entregarme un arma que yo pueda usar en su contra. Esa mujer piensa como un ajedrecista. Odio eso. O… tal vez lo respeto. No quiero analizarlo demasiado. Finalmente suelta algo. —Hago yoga —dice, con ese tono calmo que usa para no evidenciar lo obvio: que está agotada. ¿Yoga? Eso es todo. Eso es su “cosa personal”. No puedo evitarlo. Suelto una risa corta, seca, incrédula. —¿En serio? ¿Esa mierda cuentas como algo personal? Ella gira apenas la cabeza hacia mí. No sonríe, pero hay un destello en sus ojos verdes, una chispa irónica que no esperaba. Joder, ese brillo es peligroso. No sé

