NARRA ISHTAR
Los jardines persas eran lo más hermoso que había visto en mi vida, había pequeños canales que distribuían el agua entre las miles de flores que decoraban el magnífico jardín del palacio, había cientos de ellas de diferentes colores y formas. Estaba segura de que podía recorrerlo todos los días sin distinción y no aburrirme.
La semana había pasado rápido, Darian actuaba distante, no entendía su comportamiento, me había traído a este palacio simplemente para utilizarme como un medio para darle hijos, dejando de lado lo que realmente me había llevado a entregarme a él. Mire con emoción una linda flor del desierto, era muy colorida pero a la vez muy frágil. Un movimiento llamo mi atención y me hizo levantar la mirada rápidamente.
A unos tres metros de mí estaba una mujer, ten
