16. Un pequeño favor.

428 Words
Me despierto realmente sudada en medio de la noche, con el corazón latiéndome a miel y con unas ganas excesivas de tocarme. Miro a mi costado, dándome cuenta de que Damián aún no ha llegado. Llevo mis manos a la frente y noto lo sudada que estoy, así que me levanto a ponerme unos shorts más cortos. Cuando ya lo hago, me detengo a pensar en el sueño. ¿Por qué estoy soñando con ese chico? Debería tener esos sueños con Damián, con el hombre por el que estoy aquí, con sus manos y sus besos. No con los de él. De pronto comienzo a sentirme triste, asustada, con ganas de gritar y huir, así que pienso en una forma de tranquilizarme. Una que no acostumbro, pero en vista de las circunstancias… Comienzo por buscar en los cajones de la cómoda, entre la ropa y los cajones de las mesas de noche; nada. No puedo creer que vivo en la casa de narcos y no encuentro drogas, así que solo puedo pensar en alguien que sé que tiene; Regina. Toco su puerta suavemente dos o tres veces. Escucho movimiento y rogando para que quien me abra sea ella y no David, me quedo esperando que abran. Así lo hacen y una Regina dormilona, abre la puerta. Se frota los ojos y al verme bosteza. —¿Qué pasa, Jessica? ¿algo le pasó a David? —¿Qué? No, bueno, ¿él no está aquí contigo? —Regina niega con la cabeza y abre más la puerta de la habitación para que vea mejor el interior; una cama vacía. —No, se fue como media hora luego de que salieron. No sé a dónde —eso me parece extraño, pero decido no decir nada. —Bueno, no ha pasado nada que yo sepa. Solo estoy aquí porque necesito un favor tuyo —respondo y me quedo viendo el crucifijo que cuelga de su cuello. Ella lo nota y sonríe. —Es coca. ¿Quieres? —Sí, por favor. —¿Ése es el favor? —pregunta. —No puedo dormir —Regina ríe. —¡Vaya! Hay personas que ven la tele hasta tarde, toman leche y cereales o se ponen a contar ovejas. Tú eres radical e inhalas una línea que en definitiva no te hará dormir. Me agradas. Vamos juntas. Regina toma mi mano así que descalzas y en pijama, ambas atravesamos el pasillo y bajamos a la oscuridad de la primera planta. Ella por diversión y yo… para no pensar en cosas que no debo.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD