Daniel...Su nombre lo describía a la perfección. Alguien seguro de sí mismo incluso en las cosas simples, como su nombre.
El ojiazul no podía dejar de pensar en el de ojos verdes y esa mirada gatuna que le dedicaba aquel hombre que con solo mirarlo le provocaba sensaciones...extrañas.
¿Era normal sentir algo así por alguien que apenas conocía?
Es cierto que alguna vez pensó que estaba enamorado de Andy, Pero...
FLASHBACK
Ben estaba nervioso, después de meditarlo por un tiempo se decidió a revelarle a Andy que era gay y que le gustaba.
— ¿Andy? —entró poco a poco a la habitación del rubio, y él yacía en su cama viendo hacía el techo.
—Dime Ben —se sentó levemente en la cama y con una gran sonrisa le dio la bienvenida.
—Este yo...quería decirte algo...mira Andy, yo...quiero que sepas que...—Las palabras se negaban a salir de su boca, en realidad no pensó que fuera tan difícil pero ahora se daba cuenta de que si lo era y se arrepentía de haber sido tan impulsivo.
—Anda Ben, suéltalo —Andy ni tenía idea de lo que su hermano estaba a punto de revelarle.
Ben tomó valor de donde no la tenía y...
—soygayymegustasestoyenamoradodeti —listo lo dijo.
— ¿Qué?
—Que soy gay, me gustas, estoy enamorado de ti.
Andy no creía lo que escuchaba, como es que su hermano estuviera enamorado de... ¿Él?
—Ben...Yo no sé qué decirte, ¿estás seguro de lo que dices? —bueno tal vez el pelinegro no estaba seguro, pero no quería seguir ocultado lo que creía sentir.
—No lo sé, Andy, me gusta estar contigo...Tu compañía, tu cercanía y me gusta hacerlo todo contigo...—no sabía que más decirle.
—Pero...No estás seguro, podríamos averiguarlo, no me molestaría demostrarte que te equivocas —golpe bajo para el pelinegro.
Andy se había acercado a él y en un movimiento rápido posó sus labios contra los suyos...Nada, Ben no sentía nada, estaba estático.
El rubio se separó de él con una sonrisa, seguidamente lo abrazó.
—Ves como no sentiste nada, solo estás confundido, algún día alguien llegará y te hará sentir exactamente todo lo contrario a lo que sentiste o pensaste hace unos segundos.
Tenía razón, no había sentido nada en ese momento y agradeció haber aclarado sus sentimientos.
— ¿No me odias? —preguntó algo inseguro.
—Para nada, somos adolescentes Ben, es normal que queramos experimentar y si a ti te van los hombres por mí no hay problema, sin embargo debes decírselo a Lizzy, yo te sigo queriendo a pesar de todo... ¿Hermanos? —le extendió el meñique.
—Hermanos —afirmó el ojiazul y en vez de tomar les meñique de Andy lo atrajo hacia él para darle un abrazo.
FIN FLASHBACK
Andy tuvo razón, con Daniel sintió que el mundo podía detenerse y él ni cuenta se daría.
Finalmente cayó dormido sin dejar de pensar en el chico moreno de ojos esmeralda.
Daniel por su parte no podía sacarse a ese chico pálido de cabello azabache y ojos intensamente azules.
No sabía su nombre pero lo averiguaría al día siguiente, nada se le escapaba... Solo pensar en volver a verlo le causaba una emoción inexplicable, tal vez sólo tal vez... Ésta vez sería diferente.
*****
Después de salir de la universidad Ben fue a la academia y salió temprano, sus hermanos habían ido al cine y se habían llevado a Charles con ellos.
A regañadientes les dio permiso pero con la condición de que él personalmente los iría a dejar y a traer.
Aceptaron y al volver a casa se encontró terriblemente aburrido, así que tomo un libro de la biblioteca y con su celular y sus audífonos se sentó en una banca en Central Park, configuró la música en modo aleatorio, abrió el libro y se sumergió en la lectura.
Daniel después de dejar su oficina acudió presuroso al restaurante de la noche anterior con la esperanza de encontrar al chef de ojos azules.
Al llegar preguntó por él pero para su desgracia ese era el día libre del muchacho.
Algo desilusionado fue al parque a tratar de despejar su mente...De repente volteó un poco la cabeza y lo que vio hizo que su corazón comenzará a latir más fuerte...a dos bancas de distancia se encontraba el chico aquel que lo había encantado con solo verlo a los ojos...Ese cabello y esa postura eran idénticas al del joven chef de la noche anterior.
Podría decirse que era el destino, se levantó para acercarse a él y al verlo más detenidamente se percató de que estaba leyendo un libro, podía ver sus reacciones, sus ojos se endurecían o suavizaban ante el contenido aparentemente interesante del libro, su expresión nunca cambio pero sus ojos expresaban con más detalle el efecto que tenía el libro sobre el muchacho.
Con cuidado se acercó a él y se sentó a su lado, el ojiazul se sobresaltó al sentir a alguien invadiendo su espacio, pero se sorprendió más al ver que era el mismo hombre que se había colado en sus pensamientos hacía menos de veinticuatro horas.
—Nos volvemos a encontrar —dijo Daniel para que el muchacho hablará con él.
Ben no dijo nada, estaba demasiado asustado y sorprendido de la actitud del moreno.
—Tranquilo pequeño, no te haré daño sólo quiero hablar contigo.
Benjamin no era muy hablador, prefería permanecer en su mundo en el que solo existían sus hermanos y él.
Sin embargo algo en lo profundo de su interior le decía que el ojiverde no le haría nada y que podía confiar en él.
—L-lo siento, no quise...No importa —su voz era baja y tímida.
A Daniel le encantaba ver la actitud tímida de ese chico angelical.
–Yo soy Daniel Sanders mucho gusto, ¿Y tú lindura? —a Daniel casi le da un ataque al ver como el chico se ruborizaba ante el apodo cariñoso que él le había dado.
-–Mucho gusto señor Daniel... Yo soy... Es decir....
Mi nombre es...Me llamo Benjamin Peterson p-pero puede decirme Ben —Benjamin no sabía por qué ese sujeto se empeñaba en hablar con él, admitía que su compañía le agradaba pero aún no estaba seguro de las intenciones del otro.
—Nada de señor, no estoy casado y no estoy viejo, además trátame de "tú" yo tengo veintiséis años y soy un empresario exitoso, soy bisexual sólo para que quede claro y sinceramente cuando te vi ayer me intrigaste, tienes un aire misterioso que me encanta.
—Me llamas misterioso a mí cuando eras tú el que se me quedaba viendo con cara de acosador anoche —no sabía por qué pero le gustaba hablar con el moreno, y esta vez no balbuceó.
A Daniel en cambio le sorprendió la naturalidad del pelinegro al hablar y de la voz tan varonil que tenía, definitivamente algo estaba pasando con él y necesitaba saber que era.
—Así que... ¿Puedo saber por qué estas interesado en hablar conmigo? Digo si no te has dado cuenta no soy un modelo o algo así, además habrás notado que no soy la persona mejor vestida del mundo.
Y en efecto Daniel lo observó y vio que usaba un par de pantalones que deberían ser negros pero debido al desgaste parecían grises, además usaba un suéter de lana con uno que otro agujero de color azul y las mangas le tapaban las manos, el atuendo lo completaban un par de tenis algo viejos, Ben tenía razón, pero no pareció importarle, algo estaba pasando con él y los sentimientos que provocaba en Daniel.
—Tienes razón, no eres la persona mejor vestida pero desde que te vi despertaste algo en mí, y créeme cielito cuando te digo que no me importa eso, ¿Te he dicho ya que me encantan tus ojos mi pequeño ángel? —las mejillas del chico se tiñeron de rojo y a Daniel eso le pareció adorable.
—Ya...pues sea lo que sea debe ser algo que sólo tú veas.
— ¿Además de esa carita tan linda y guapa que tienes y tus ojos azules que me encantan?, o ¿Tú piel pálida? ¿Tus mejillas cuando te sonrojas? ¿Tu hermoso cabello que parece ser tan suave como la pluma de un patito? ¿Eso responde a tu pregunta?
Ben estaba en shock nunca nadie le había dicho algo tan...lindo.
Estaba por contestarle cuando su teléfono vibró.
Era un mensaje de Elizabeth para que los fuera a recoger.
—Emm...Me vas a disculpar pero debo ir por mis hermanos, fue un gusto hablar contigo.
—A mí también dulzura —y otra vez el sonrojo —dame tú número y nos mantendremos en contacto.
Ben se lo dio su teléfono y Daniel le dio el suyo.
—A-adiós. Daniel—Se despidió el ojiazul.
–Adiós Benjamin, promete que me llamarás —le dijo Daniel provocando que el otro se sonrojara y asintiera.
Sin duda el moreno sabía que con Benjamin sería diferente.