La tarde pasó desapercibida por aquellos dos personajes que se querían, compartiendo y disfrutando de la agradable compañía del contrario.
Viajaron hasta Manhattan, pasearon por la ciudad observando edificios muy altos y tiendas nunca antes vistas o al menos para Ben ya que Daniel conocía ese tipo de lugares y mucho más pero su novio no y es por eso que decidió sacarlo de su rutina y llevarlo a conocer lugares nuevos, en un futuro quizá lo llevaría a pasear por el mundo pero eso en su momento sería decisión del azabache, almorzaron en un restaurante de comida India muy deliciosa por cierto en donde el mayor se río como nunca al ver a su novio pidiendo agua porque ordenó un plato sumamente picante, a continuación pasaron por una heladería y cada uno pidió el helado de su sabor favorito.
Daniel pidió uno de frutos del bosque y el ojiazul uno de chocolate con trozos de galletas oreo.
Después cuando ya estaba atardeciendo pasaron cerca del Madison Square Garden en donde un grupo realizaba su presentación a pedido del público.
Ben entendía el español y podía hablarlo un poco, un día hacía varios meses Steve le comenzó a enseñar bandas y grupos musicales de habla hispana, a Ben le encantó ese tipo de música y por ende aprendió el idioma, y según lo que ahora escuchaba esos chicos tocaban música en español, dejó a Daniel para correr hacia el pequeño grupo y solicitarles una canción en español.
— ¿A dónde fuiste Benjamin?- preguntó el moreno con una ceja arqueada cuando el pelinegro regresó.
—Tú solo disfruta- susurró y tomó la cintura de su novio haciendo que el mayor enlazará los brazos en la nuca de su ángel cosa que no fue problema ya que el de ojos felinos era un poco más alto que el muchacho.
La música comenzó a sonar por lo tanto se comenzaron a mover al ritmo de ésta y al igual que ellos otras parejas bailaban a su alrededor.
Daniel se emocionó ante la letra, no hablaba español pero si lo entendía, Ben lo sorprendía y se lamentaba aún por haber sido tan estúpido esa mañana.
Era cierto, Ben era su primero en muchas cosas, anteriormente se negaba a sentir algo por alguien precisamente porque conoció a personas que no lo valoraron y su ángel de ojos azules vino a destruir esos prejuicios que tenía.
El pasado de ambos no fue el mejor de todos pero gracias a eso lograron ser lo hombres que ahora eran, claro que siempre tenían defectos sin embargo eso los hacia más especiales y únicos, los defectos sólo eran una prueba de que la perfección es en realidad una farsa convertida en estereotipo y la sociedad demandaba la perfección sin saber que la misma depende de cada uno y de cómo lo queramos ver.
La melodía término y todos aplaudieron a los artistas quienes se disponían a marcharse, Daniel y Ben se separaron después de haber bailado, momentos como esos eran apreciados para el moreno, nunca creyó que alguien le inspirara tanto cariño y afecto, sonrió para sí al recordar la primera vez que creyó sentirse enamorado y decepcionarse de aquella persona que pensó era especial, desde ese momento comprendió que tal vez las personas con sentimientos puros no existían, eso hasta que conoció a un chico de tez pálida y ojos color cielo que lo embrujaron y le demostraron que esas personas si existían.
— ¿En qué piensas Daniel? —preguntó el dueño de sus pensamientos.
—En lo afortunado que soy al tenerte conmigo y haberte conocido —dijo de la forma más sincera.
—Pues ya somos dos —con eso volvieron al departamento, aún tenían tiempo porque el menor no entraba a trabajar hasta la ocho.
Llegaron y se sentaron al tiempo en el amplio sofá, sin embargo el teléfono de Ben comenzó a sonar a lo que tuvo que contestar internándose en la habitación que ambos compartían.
Ben volvió a la sala y se topó a su novio bailando de manera muy… ¿provocativa?
No quería interrumpirlo y solo se quedó ahí parado pero no tuvo que decir nada ya que el moreno lo había visto y con toda la intención del mundo avanzó con pasos lentos y elegantes hacia él, comenzó un baile aún más sensual en torno al menor que se había sonrojado quedando extrañamente parecido a una brasa caliente, Daniel podía jurar que su rostro emitía luz roja, pero aun así siguió bailando y en un momento dado su cadera rozó la parte baja de su novio, su tan inocente novio.
Por el lado del azabache se sentía avergonzado y no sabía por qué… A bueno de hecho un amiguito allá abajo tenía intenciones de crecer y no porque recibiera muchas vitaminas.
Se apartó pero eso no impidió que el mayor siguiera su danza que sospechaba era precisamente para enloquecerlo o algún propósito parecido.
—Daniel q-qué... —no termino de hablar ya que su novio volvió a repetir la acción en dirección a su entrepierna y no pudo más, reunió toda la valentía que sabía que no tenía y retrocedió, sin previo aviso salió despavorido hacia el baño dejando a Daniel confundido y con una sonrisa burlona en los labios.
— ¡El agua fría ayuda! —gritó sabiendo el motivo de la huida de su ángel.
*****
Ben se encontraba bajo la ducha fría cosa que no le extrañaba, estaba más que acostumbrado a ella pero por primera vez tuvo que recurrir a ésta por otra razón muy diferente al verdadero propósito de un baño, conocía a la perfección lo que le pasó, desde muy temprana edad es decir desde los once años le explicaron el tema de la anatomía humana, las partes y reacciones ante diferentes causas incluso por la que huyó de su querido novio.
Una erección, ¡una maldita erección! Se sentía de alguna forma sucia por reaccionar así o mejor dicho dejar que su cuerpo reaccionará así, todo provocado por Daniel y su baile tan...Tan... ¡argh!
Salió y se vistió para trabajar, salió de la habitación encontrando a Daniel justo donde lo había dejado.
— ¿Y? —preguntó divertido.
—No... Ya se me pasó pero te advierto que no hagas eso otra vez.
— ¿A qué te refieres?
—Me refiero a que no vuelvas a bailar de esa forma enfrente de mí, me avergonzó haber reaccionado así por ti y no me esperes despierto vendré más tarde de lo habitual.
—No prometo nada y te esperaré, procura volver temprano.
—Si lo haré —dijo saliendo del departamento y cerrando la puerta en el acto.