No es mío

1056 Words
Me encontraba abrazándolo tan fuerte que él me había suplicado que lo dejara respirar. —Lo siento, lo siento— dije mientras secaba mis lágrimas. 》 Roger, tu madre —comencé a decir, y en ese instante, ella apareció con un rostro poco amable. Con un simple gesto, Roger se alejó de mí para colocarse al lado de su madre. —¿Qué son esas familiaridades con respecto a mi hijo? Por Dios —exclamó ella. —Gracias a Dios, los Kumar no están en el país, de lo contrario, esta escena arruinaría tu reputación —dijo, reprochándole a Roger mientras lo señalaba con el dedo. —Lo siento, madre —respondió él, bajando la cabeza en señal de contrición. —Y tú, buena vagabunda, oportunista, nunca, jamás deberías abrazar a mi hijo, ni en público ni en privado —dijo ella, resoplando, mientras se dirigía hacia la casa, y por instinto, la seguí también al ver que Roger caminaba a la par de ella. Angela se detuvo en medio de la sala, mirando a Roger con reproche y sacudiendo la cabeza. —¿Sabes lo que has causado? Esa maldita chica está embarazada —dijo señalándome, y el rostro de Roger se volvió pálido mientras su boca permanecía abierta. —Ciertamente no es mío, madre, recuerda que ella estaba casada y que, si ese fuera el caso, ya estaba embarazada cuando la conocí —respondió rápidamente, y no pude evitar abrir los ojos como platos. Roger realmente me había renegado. —No, no... —Cállate, cuantas veces te he dicho que no abras la boca si yo no te lo permitió— dijo caminando hacia mi con intención de golpearme y yo retrocedí apretando mis labios. 》No me importa la identidad de este niño ilegítimo, pero no voy a esperar su nacimiento para descubrirlo. No, señor, esta situación estará bajo mi supervisión hasta que logre interrumpir su desarrollo. No voy a permitir asumir dos bocas adicionales, y mucho menos soportar sus inconvenientes. Roger, te recuerdo el compromiso que asumiste con Saachi; no lo comprometas por un niño sin valor. Recuerda que debemos avanzar; unir nuestra familia con los Kumar nos hará invencibles. No tendrás que trabajar más, sino que tendrás empleados a tu servicio. — Pero, madre, sabes bien que la señora Kumar nos odia y en cuanto al compromiso... — No te desanimes, saber que Saachi te ama en cuanto a su madre yo me encargo. Los convenceré y su dominio será nuestro. Piensa en grande, Roger, deja de conformarte con pequeñas cosas que podrían unirnos. No quiero verte cerca de ella en ningún momento. Voy a resolver este error, pero debes seguirme. ¿Lo entiendes? Discutían como si no estuviera presente, como si mis sentimientos no tuvieran valor. ¿Quiénes eran los Kumar? ¿Por qué Roger nunca me había hablado de ellos, y mucho menos de un posible compromiso con otra mujer? ¿Dónde había quedado el amor que decía tener por mí, y por qué lloraba en silencio sin intentar defenderme? — Sí, madre, me concentraré en lo que es importante, tienes mi palabra. Lo que decidas se hará, no me opondré, dijo levantándose de su asiento con la intención de irse. — Roger, no, por favor, espera —dije, sosteniendo su brazo para impedir que se marchara y permitiera que su madre hiciera lo que le plazca conmigo. Él debía ayudarme; me había jurado su amor, me había tratado como a una flor delicada, y todo había cambiado de la noche a la mañana. ¿Por qué? 》No permitas que tu madre me quite a nuestro hijo, por favor. Es nuestro y solo nuestro, fruto de nuestro amor, ¿recuerdas? —Ese bastardo no es mío, y te aconsejo que le hagas caso a mi madre. Ella es la reina de esta casa, y lo que ella dice es lo que se debe hacer; es por ley. Así que apártate de mí. Yo nunca desee tener hijos contigo; esto solo era por diversión. ¿Qué creías, que esto era amor verdadero? Por Dios, qué ilusa realmente eres —dicho esto, me empujó fuertemente, haciéndome caer de rodillas. — No, no es cierto —supliqué con mis ojos llorosos, viéndolo darme la espalda e irse sin decir nada más. — Mírate, donde mereces estar: de rodillas ante nosotros. Me gusta cómo te ves desde allá abajo —sonrió a carcajadas mientras yo permanecía allí, de rodillas, con mi frente contra el piso, sintiéndome destrozada, herida y engañada. De la forma más cruel, me había dado cuenta nuevamente de que no era querida, que no merecía ser amada ni tratada bien. Por segunda vez, había conocido lo que era la pura maldad: que las personas son crueles y solo buscan sus propios intereses, que dicen amarte, pero sus sentimientos no son verdaderos. Las personas crueles, egoístas y traicioneras, lecciones que había aprendido en más de una ocasión, y que en su momento no había comprendido plenamente. Pero, ¿qué podía hacer? Había cavado mi propia tumba y no había salida, salvo que decidiera escapar; sin embargo, ¿a dónde iría sin dinero y embarazada? ¿Qué otra opción tenía? — Ustedes, los negros, merecen esto y más — la escuché decir, sacándome de mis pensamientos. —Merecen sufrir las crueldades más extremas de la vida, porque no son nada en comparación con nosotros. Nunca serán nada; te quedaras aquí, sirviendo para ganarse un plato de comida, porque si no lo haces, llamaré a la policía y, ¿saben a dónde irás a parar? A la cárcel y luego deportada a tú país, donde nadie te quiere. Así que, mejor piensa en lo que te conviene, has las cosas como yo las quiero y tendrán un techo donde vivir. ¿De acuerdo? No respondí a su pregunta; no tenía ánimo ni deseos de vivir, lo único que anhelaba era no estar más en aquel sufrimiento. — Te pregunté si me entiendes — dijo, y luego me propinó una patada en el estómago, haciéndome expulsar todo el aire y provocándome un agudo dolor. — Entiendo, entiendo — respondí con la voz quebrada, con el poco aire que me quedaba, mientras las lágrimas brotaban de mis ojos. — Así me gusta — dijo, para luego sentarse cerca de mí y mirarme con desprecio.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD