Capítulo 16. Evitando el dolor

4162 Words
Al salir de la ducha veo que ella se siente desorientada, luego me ve y sonríe, parece que acaba de recordar lo sucedido, me pregunta si estoy listo para repetir, pero le respondo que aunque el cuerpo quiere, hoy estoy asimilando el dolor y creo que es justo poder solo sentir el dolor, de manera que le pido que me acompañe al hospital para saber cuándo va a realizarse la cremación del cuerpo de mi madre y de paso organizar una misa en honor a la memoria de mi madre, y buscar circular la noticia de su muerte, ella asiente cerrando los ojos y me dice: -        Si perdón, no quería sonar desconsiderada, olvide esos detalles. -        No hay problema -        Me prestas tu baño, o debo subir al mío desnuda. -        Cómo prefieras. Una sonrisa se dibuja en mi rostro y un toque de picardía se me sale en esas últimas palabras; ella me mira y entonces se me acerca desnuda como quedó dormida en la cama, me toca el pecho y me dice: -        Ven, aún es temprano. Entonces me arranca la toalla de la cintura y volvemos a estar desnudos cada uno frente al otro, ella me besa despacio en la boca, su tacto me empieza a calentar, su cuerpo caliente hace juego con el mío que está más frío, entonces me dice, no te vistas, ya te llamo, entonces me rodea y entonces entra al baño, lo usa normal y después de descargar la cisterna escucho que abre la ducha y entonces me llama, yo ya estoy casi seco, pero decido escuchar su llamado, en el baño y veo la sombra de su cuerpo a través de las puertas de plástico deformado simulando un vidrio esmerilado, corro la puerta y entro en la ducha, el agua cae un poco más caliente de lo que estoy acostumbrado, pero al tocarla a ella, su temperatura es aún mayor, ella se está ya enjabonando, luego me pasa el jabón y me pide que le enjabone la espalda, de manera que le recibo el jabón y comienzo a pasárselo suave, pero ella me regaña: -        Me excita que me toques así, pero de verdad quiero que me ayudes a bañar, sino no te llamaba. -        Perdón. -        Ja ja ja, es broma, pero si, talla con un poco más de fuerza, se siente más rico. -        De acuerdo Recorro su espalda con esmero, paso el jabón arriba y abajo, al pasar por sus nalgas, ella suelta una carcajada: -        Eso lo puedo hacer sola. -        Déjame ayudarte. -        De acuerdo. Luego de enjabonarle las nalgas paso la mano por entre la línea que las divide y le enjabono también su ano, ella da un pequeño salto hacia adelante y gime, al ver su reacción vuelvo a insistir, lo cual la desestabiliza y se apoya en la pared, el agua corre sobre nuestros cuerpos acariciándonos suavemente, mis dedos juegan a hacer círculos en su ano, con la otra mano la abrazo y le agarro su seno izquierdo, la juego con su pezón mientras con mi otra mano dejo que el jabón se derrita y el agua jabonosa siga el curso del agua hasta mis dedos, entonces empiezo a meter sin mayor fuerza un dedo en su ano, le saco un gemido, comienzo a moverlo lentamente en redondo mientras le tengo la punta del dedo adentro y ella suspira, cambio de seno pero empiezo a profundizar más el otro dedo, el jabón se me cae de las manos pero yo sigo acariciándola, no sé mucho de sexo anal, pero en vez de dificultarse el acceso, y a pesar del agua puedo profundizar un poco más mi dedo, lo muevo rápidamente y ella da un pequeño grito de placer, siento como se cierra su ano en torno a mi dedo y decido sacarlo suavemente, su esfínter parece resistirse, pero luego cede y prácticamente expulsa mi dedo, entonces ahora la tengo agarrada de ambos senos y sigo jugando con sus pezones, me pego a su cuerpo y con la mano derecha ahora comienzo a masturbarla, ella no puede más del placer y un gemido en un volumen muy alto se le escapa, para mi es placentero, pero también me asusta un poco, principalmente por los vecinos así que le susurro: -        Me encanta que te guste, pero por favor, trata de contenerlo. -        Perdón, me tienes muy arriba, voy a llegar, aaah , perdón. Me complace saber que le estoy dando placer a una mujer mayor y que la tengo a mi merced, entonces ella sintiendo toda la fricción sobre su clítoris y luego mis dedos alternando en su v****a, explota en un gemido casi gutural y pierde el control de sus piernas, la agarro para evitar que se desvanezca y ella solo intenta respirar aún bajo los chorritos de agua que salen de la ducha eléctrica de mi apartamento… Pasan unos segundos donde solo se escucha el caer del agua contra el piso, el ebullir del agua dentro del tanquecito de la ducha, los pajaritos que en las afueras celebran el inicio del día y ella lentamente se sostiene sobre sus piernas, entonces se gira y me dice con un tono apenas audible: -        Mi turno. Entonces me besa con pasión, y luego pone sus dos piernas a lado y lado de mi pierna derecha, lo que permite que esté demasiado cerca de mi, con su mano derecha agarra mi pene y comienza a masturbarme también, mueve la mano adelante y atrás, se concentra en hacerme llegar, pero no siento el placer para hacerme llegar, entonces me agarra la nalga derecha con su otra mano y me clava las uñas, lo que evidentemente me saca un gemido, ella sonríe y se aleja de mi me empuja un poco fuera del agua,  se agacha quedando su rostro frente a mi extremidad viril y se acerca poniendo su cara contra el, intentando atraparlo con la boca, el agua ya no me toca, a ella sí, comienzo a congelarme en todo el cuerpo excepto en esa parte mía que está atrapado en su cavidad bucal, y agarrándome las nalgas con las uñas me empuja dentro de ella y me saca, su lengua me hace pasar escalofrío en cada pasada sobre la línea de mi glande, empiezo a temblar no sé si de frio o de placer pero un dolor que no había sentido antes se apodera de alguna parte de mi cuerpo, no puedo ubicar dónde, es un placer doloroso, estoy seguro que mi rostro se tensa en una mueca extraña, sus dedos me tocan el ano y me lo acaricia, es una sensación extraña, un poco placentera, pero agradable, y en un momento que no puedo controlar, me agarro de la manija de la puerta a un lado, intento agarrarme de la baldosa al otro lado, mis manos resbalan y termino agarrándole la cabeza, hago mi mayor esfuerzo por mantenerme en pie y finalmente exploto, mi gemido también se oye creo que a kilómetros a la redonda, la mañana está aclarando definitivamente, respiro con dificultad y caigo hacia adelante casi sobre ella empujándola sin querer y haciendo que quede sentada en el piso, me deshago poco a poco y me mezclo con su cuerpo en un abrazo tibio de piel y músculos, el agua vuelve a caer sobre mí y la temperatura de mi cuerpo se vuelve homogénea. Me levanto y le ayudo a levantarse, cerramos la ducha y salimos, con mi toalla nos secamos los dos, está pegada a mí por el frio y yo la seco como puedo, y ella solo sonríe con sus manos cerradas y juntas a la altura de su boca, sus brazos cubren sus senos,  sus ojos me miran y brillan, cuelgo mi toalla entrapada en el toallero del baño y sin soltarla caminamos hacia la habitación, ella de espaldas y yo de frente, la miro y me maravilla tenerla así tan vulnerable ante mi, entonces busco su brasier y me dice que lo deje, le paso la blusa y se la pone, al pasarle el panty también lo deja a un lado suyo junto con el brasier, toma su pantalón y se lo pone así nomás. Yo si me visto completo, pero ella al verme solo me dice: -        Qué injusto, tu si estás completamente protegido, yo en cambio estoy a la merced de tus deseos. -        Quizás tienes razón, pero por ahora, eso es solo para que puedas subir, ya no estás desnuda y solo tienes que subir a completar tu vestido, aún necesito que me acompañes. Ella asiente con la cabeza y sale de la habitación, busca sus baletas y se las pone, yo hago lo mismo con mis tenis y entonces le digo que voy a preparar desayuno, ella me agradece y se sienta a la mesa. Es extraño esta sensación, es como si una parte de mí estuviera esperando a que mi madre muriera para sacar todos mis deseos profundamente guardados, me siento como si tuviera esposa, sólo que tengo la ventaja que es sólo por hoy y no tengo que mantenerla; mi ego me advierte que ese pensamiento es muy tacaño, pero en estos momentos donde la mañana ya nos brinda su luz y por lo tanto mi cabeza está más clara, veo que tengo muchas cosas por hacer, entre otras además de terminar de coordinar lo de las cenizas de mi madre y su saldo en la cuenta, está la venganza que debo emprender contra los ladrones del barrio, también está el asunto de conseguir el dinero para el arriendo del mes que viene, por otra parte debo terminar mi semestre, estoy a un poco más de un mes de terminar el primer semestre y tengo que mantener buenas notas, y no solo por la promesa que le hice a mi mamá, sino también porque quiero de verdad aprender lo que escogí, me intrigan muchas cosas de la tecnología actual y que mejor manera que meterme de cabeza a aprender a desarrollar esa tecnología, y finalmente mi relación con Camila, quiero darme la oportunidad con ella. Cuando pienso en Camila mientras miro la sonrisa de la vecina, caigo en cuenta que esto es algo que no le puedo contar a nadie, si acaso a Miguel y eso que en el estado en el que está, quien sabe cuándo podré volver a hablarle; ahora, también es cierto que de momento hay una clara intencionalidad, pero es tan delicado ese asunto que puedo terminar perdiéndola. Le sirvo un café con leche a la señora Flor, unos huevos revueltos divididos entre los dos, al tratar de encontrar un pan o algo similar para darle un buen desayuno, ella me habla: -        No te preocupes Daniel, déjalo así, de verdad todo esto es mucho más de lo que podría esperar. -        ¿A qué te refieres?, ¿Esperabas que algo así pasara? -        No, por supuesto que no, me refiero a que esperaba llegar ayer y ver a tu mamá más recuperada, luego charlaríamos un rato y yo volvería a mi apartamento, contrario a eso, ha sido todo como entrar en un cuento de hadas, solos tu y yo, tu tan joven y guapo, yo tan vieja y fea… -        No eres fea en lo absoluto -        Tan lindo, pero vieja si soy, no lo puedes negar -        Quizás eres mayor que yo, la vejez es otra cosa. -        ¿Siempre eres tan romántico? -        Sólo con quien me fluye, es decir, si me siento correspondido de alguna manera, es probable que tienda a ver la belleza en todo. -        Me encanta, por favor mantén esa actitud todo el día de hoy. Terminamos el desayuno y ella abre la puerta con una sonrisa y un gesto de su mano se despide, yo aprovecho para revisar mis guías y tareas, las alcanzo a organizar y calcular el tiempo que le dedicaré a cada una, cuando el timbre vuelve a sonar, abro la puerta y aparece ella de nuevo con un pantalón n***o de tela que le ajusta muy bien y una blusa blanca, un chal n***o sobre sus hombros y unas gafas negras a juego con sus zapatos de tacón, afortunadamente son de tacón bajo porque ya de por sí que ella tiene una estatura similar a la mía, ahora queda más alta que yo por poco. Me doy cuenta que ella tiene razón, vamos para el hospital es cierto, pero también es cierto que debo estar de luto, voy a la habitación y me pongo una camisa blanca, sólo tengo una manga corta, así que busco un suéter n***o para ponerme encima, así que mi ropa no combina tanto como la de ella, pero es hora de irnos, agarro mis llaves, una carpeta con los documentos que pueden pedirme y cierro la puerta, salimos caminando como vecinos solamente, ella detrás de mí bajando agarrada de la barandilla de la escalera yo llego pronto al primer descanso, entonces me doy cuenta que no hay nadie que nos vea y subo de a dos los escalones y pasando las manos por debajo de sus piernas y su torso, la cargo hasta bajar al segundo piso, nuevamente reviso que nadie nos vea y sigo bajando cargando con ella hasta el primer piso, ella tiene los ojos abiertos y apretando los dientes me dice muy bajito: -        Por favor bájame -        ¿Por qué? -        Bueno, no me avergüenzo de ti, pero yo soy una mujer respetada en el edificio, si me ven en manos de un joven como tú, ¿Que van a decir de mí? -        Es decir si te causo vergüenza -        No, ya te dije, es que en el edificio viven varios vecinos más, y algunos viven intentando seducirme, pero son casados, no me metería con ellos, y además siempre me ha dado miedo que si me ven con un hombre del edificio, crean que soy fácil e intenten tomarme por la fuerza un día. -        Así como he hecho yo. -        Si y no, porque me refiero a que me tomen sexualmente, no como tú que lo haces por jugar o por bobo o no sé qué bicho te picó. Sus palabras me caen pesado, siento que me estaba haciendo ilusiones con una mujer más tranquila, quizás por conocer su cuerpo, más joven, pero es evidente que por alguna razón era amiga de mi mamá, tiende a tener todos esos conceptos y miedos de las personas mayores, una alarma en mi cabeza me dice que eso es ahora que estamos bien, que podemos tener sexo sin preocupación alguna, pero otra parte me dice que de tener una relación, se me puede volver un completo infierno, decido omitir mis pensamientos y cuando cruzamos la puerta del edificio para ir a la calle, sólo me sale una palabra: -        Perdón. -        No te preocupes, pero tengamos cuidado con eso, vale, por lo menos mientras vivamos aquí -        ¿Pretendes mudarte? -        Siempre lo he tenido como un sueño, pero no lo he organizado mucho, ¿Tú no has pensado en irte? -        La verdad es la primera vez que lo pienso, pero es probable que en el fondo sí, estoy cansado de vivir en este barrio con esta gente tan desinteresada y con tanta indiferencia. -        Ten cuidado. -        ¿Por qué? -        Porque como te expresas de los demás, hablas de ti mismo. -        ¿En serio lo crees?, yo no soy así, yo soy dado a buscar a mis amigos y a estar pendiente de las cosas… Me mira de medio lado mientras sube una ceja y me responde: -        Digamos que sí, pero dime, ¿Cuándo fue la última vez que se realizó una junta de vecinos. -        Ayer. -        Bien, y ¿Cuándo fue la última vez que fuiste? -        Hmm, no lo sé, hace mucho, cuando la calle frente al edificio vivía inunda… No puedo creerlo, tiene razón, en un ejemplo tan simple me doy cuenta que he sido muy desinteresado con mi comunidad, y aunque iba a ir ayer, justo pasó lo de mi mamá y no pude ir, la próxima reunión será en un mes, y para entonces los ladrones habrán atacado a la comunidad mínimo treinta veces más. Nuestro camino es casi todo en silencio, pero cerca del hospital le pregunto: -        ¿Por qué has soñado con irte? -        Mira, si bien es cierto el barrio no es de lo mejor del mundo, y aunque yo si me he preocupado por apoyarnos y mejorarlo, la verdad siempre he soñado que un día veré a mis hijos crecer en un ambiente más sano, acá está el apartamento de mi mamá, que es donde vivo, pero yo quiero algo propio. -        Te comprendo, es una postura diferente a la que yo tendría si fuera mi deseo. -        Pero no te des palo, ósea no te juzgues tan duro, tu no lo habías pensado y hoy estás enojado, es normal que te sientas así. -        Quizás tienes razón, pero también tenías razón en que puedo hacer más por el barrio. -        Si, pero bueno, dejemos eso para ahora, concentrémonos en éste tema. Al entrar al hospital vamos por la entrada principal, hablamos con una recepcionista quien nos informa que todo está listo para enviar a cremación a mi mamá, lo que me hace sentir el peso de la realidad sobre los hombros y me siento devastado, pregunto si puedo entrar a medicina legal a despedirme, y entonces me dicen que ya no es posible, pero que podré verla al día siguiente antes de la cremación en su ataúd improvisado que estaba incluido en el paquete que me ofreció el hospital y que por fortuna mía el distrito cubre. Así que verifican mis documentos y después de ponerme varios sellos y recibir otros documentos más nos vamos del hospital confiando en volver al día siguiente, afortunadamente fui con la señora Flor, quien estuvo pendiente de todos los detalles que me llegaron como ruido de fondo después de comprender nuevamente que mi madre ya no está. De camino al apartamento comenzamos a hablar de lo que planeo como venganza, pero la señora Flor me dice que la mejor venganza sería trabajar juicioso y organizarnos como comunidad para evitar que las personas que hacen daño se hagan más fuertes, yo no estoy de acuerdo pero prefiero no discutir, así que cambio de tema: -        ¿Qué vas a hacer con tu negocio ahora? -        Creo que antes de responderte eso, primero tendrías que ver cómo quedó el carrito. -        ¿Dónde está? -        En el edificio, donde siempre, pero no lo reconocerías. Su voz suena con un poco de tristeza, pero es una diferente al dolor por la muerte de mi madre, ésta es más de decepción y agotamiento. Entramos al edificio por el pasillo peatonal, y luego pasamos al ala del parqueadero, entonces lo veo, lo que antes era un carro metálico reluciente con los avisos publicitarios a todo color, y una sombrillita amarilla y roja encima, ahora está golpeado, pintado con pintura negra en spray, dibujos grotescos por todo lado, el paraguas está deshilachado, parece más un trozo de basura. -        ¿Y las vasijas de la comida, las salsas y jarras? Ella abre una bolsa negra con todas las cosas sucias de lodo, automáticamente un olor entre podrido y frutas fermentadas sale de la bolsa. -        Creo que podemos empezar por ver que se puede rescatar de aquí. -        Si, déjame me encargo de esto, tu tienes que estudiar. -        ¿Cómo sabes eso? -        Cuando llegué esta mañana a tu apartamento, vi lo que tenías en la mesa, ve, trabaja un rato, voy a dejar esto allí en el patio, subo a cambiarme de ropa y bajaré a limpiar esto. -        De acuerdo, me avisas si necesitas algo. -        Ya me has dado más de lo que cualquier persona me ha dado en demasiado tiempo, y no me refiero solo a sexo. -        Te lo mereces, tu le diste más que una simple amistad a mi mamá. Ella mira para todas partes se me acerca y me da un beso en los labios, la abrazo y le cojo las nalgas, pero ella me separa y me dice: -        Si quieres te visito más tarde, ahora, ve a estudiar. Ella se queda en el parqueadero mientras yo subo, cuando termino de llegar al tercer piso escucho que ella también viene subiendo así que abro la puerta y me meto, la dejo abierta apenas para halar y abrir cuando ella pase por el lado, escucho atentamente y cuando siento que está cerca abro la puerta de sopetón y la veo, ella se asusta, la agarro por la cintura y la entro a mi apartamento de nuevo, ella entiende el juego y me besa mientras cerramos la puerta, comenzamos a desnudarnos y aprovechando la luz del día, nos movemos rápidamente quitando prenda tras prenda, luego nos abrazamos completamente desnudos y entonces ella salta y se abraza a mi cintura, el impulso de su salto me lleva hacia atrás, alcanzo a caer sobre una de las sillas, ella entonces se da cuenta de lo ventajosa de la situación y se pega contra mi de manera que mi sexo se toca con el de ella, se mueve despacio adelante y atrás mientras me besa, el éxtasis sube por nuestros cuerpos y entonces se levanta y con cuidado se vuelve a sentar, esta vez mi pene atraviesa lentamente los centímetros de su v****a, ella sonríe y yo besos sus senos, se agarra de mi cabeza mientras da brinquitos sentada, la emoción nos hace llegar casi al tiempo, entonces ella me susurra mirándome a los ojos: -        Tenemos que controlar esto, es muy rico, pero no podemos seguir en estas cada vez que nos veamos, ya te dije que no quiero que sepan de esto en el edificio. -        Si, perdona -        No, no pidas perdón, si de verdad lo quieres, lo haremos público, pero que sea paso a paso, de manera que nadie nos lo pueda dañar. -        Si, puede ser, puede ser una buena opción. Ella se levanta como puede de mí, corre al baño y luego sale de nuevo como si nada, la veo caminar desnuda hacia mí y me dice: -        Mira lo que me estaba olvidando Me muestra su ropa interior de ayer. -        Ponte a estudiar, yo de verdad tengo que subir y cambiarme, y arreglar esas vasijas. -        De acuerdo Cuando ella se prepara para salir de nuevo la llamo: -        Flor -        ¿Sí? -        Gracias por todo. -        No hay de qué, también quise mucho a tu mamá. -        No me refiero solo a eso, gracias por venir en mi consuelo. -        Tú has sido también el mío – Dice susurrando con la cara dentro de mi apartamento mientras el resto de su cuerpo está afuera. – Ella cierra la puerta y vuelve a quedar todo en silencio, a lo lejos suenan los vehículos que pasan por la calle, las voces de los hijos de Flor corriendo un piso arriba y diagonal al mío, personas con televisores encendidos viendo el noticiero y otras cosas, en mi cabeza pasan varios pensamientos rápidamente, me doy cuenta que tanto Flor como yo hemos estado evitando el duelo, ahora que ella está lejos y yo me quedo solo de nuevo, veo todo como a través de un tubo, enfocándome sólo en los momentos de mi memoria que he querido, pero ignorando completamente el panorama. Abro mi agenda para comenzar con la primera tarea, luego tomo la guía de cálculo y cuando comienzo me doy cuenta que no puedo estudiar, entonces tomo una hoja de papel y empiezo a organizar mis pensamientos, ellos lo van a pagar; comienzo a hacer una lista de las cosas que han sucedido, los lugares donde viven los vecinos inmediatos, la posibilidad de dar aviso a la policía queda descartada, ya que si por ellos fuera, los hubieran atrapado antes; pienso en su líder, el que era el líder de la pandilla en el colegio, algunos de sus seguidores iban también al mismo, otros son vagos que o ya habían terminado o nunca fueron al colegio, son los que venden las drogas en algunas horas, lo que significa que deben tener algún padrino, debo tener cuidado y espiarlos, debo organizar una trampa donde todos ellos terminen siendo sus propios verdugos. Detengo un momento mis pensamientos vengativos y recuerdo a Camila, entonces su solo recuerdo aligera mi mente, es evidente, la señora Flor me antoja sexualmente, pero Camila es ternura pura, ¿A cuál debo rendirme? Creo que comienzo mañana mismo, no puedo ir esta semana a estudiar, entonces me quito el suéter y la camisa blanca, tomo mis llaves, cojo un balde un cepillo, el jabón en polvo y un desinfectante y salgo del apartamento bajo al primer piso, ubico el carrito y lo arrastro hasta el patio del lavadero. 
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