Cap.1{Decisión}

2080 Words
Capítulo uno -Sofía Me gustaría decirle que sí a la mejor oferta que tengo entre todos los hermanos Dhall que tengo en frente, no obstante... —Lo siento mucho chicos, yo sé que ustedes han sido mis jefes con anterioridad y quieren que vaya a trabajar con ustedes, pero —señalo al señor Wade, Amir, Elián y Yannick —yo soy fiel a una sola empresa y también a la persona que me contrato y me hizo secretaria que fue al señor Antonio Dhall, el padre de su abuelo. —Pero Sofía, —Kayla se levanta de su silla giratoria y enmarca la cifra que me está dando simplemente para que me vaya a trabajar con ella —soy la que te está dando más por mes, ¿eso no te interesa? —No es que no me interese, sino que, —la señalo con el bolígrafo que tengo en la mano —como ya he dicho, le soy fiel a la empresa. —Déjala ya, Kayla; es más que obvio que no va a salir de donde está, además —el señor Yannick Dhall se cruza de brazos viendo el contrato de renovación en la empresa que hasta preparo para mí sin haberme dicho algo —Maikel está próximo a subir y si de la nada ella dice que se va a ir contigo —su vista se va a Elián a los otros dos señores de elegante traje —nosotros subiremos la contraoferta simplemente para que se quede aquí... ¿Acaso no te has dado cuenta de que Sofía es, aparte de secretaria, la que nos ha instruido a todos nosotros incluyendo a nuestro padre? —señala al señor Amir quien simplemente se dedica a levantar las cejas y asentir dándome una rápida mirada. —Creo que yo me rindo ya, —Zuani deja caer todo su cuerpo del respaldo de la silla —necesito a una secretaria que me ayude a mantener todas las bibliotecas y Sofía puede llevar la administración de ello, pero si ella no quiere y cada vez que subo el precio la empresa lo triplica para que ella se quede aquí, —se encoge de hombros —no puedo competir en darle algo que evidentemente no podré. —Yo si puedo seguir subiendo la oferta, pero que más da ya —Kayla toma asiento en el mismo lugar en donde estuvo sentada y deja el marcador en la mesa —es más que obvio que por su decisión no se va a venir conmigo incluso si estando en a firma de arquitectos tenga muchísima más comodidad. —Y aquí es donde espero que hayan entendido que a ella no la pueden sacar de aquí —el señor Wade Dhall me señala —Sofía es nuestra más fiel empleada y también es la que sabe todo lo que nosotros sabemos de la empresa, así que incluso si ella algún día se quiere retirar nosotros no la vamos a dejar y haremos lo que sea necesario para que se mantenga. —Además de que Maikel, como lo dijo Yannick, —el señor Amir se levanta de la silla en donde está sentado —está próximo a subir en el puesto y la persona ideal que puede ayudarlo a hacer las cosas es Sofía, porque así como ella los ayudo a ustedes y a mí, lo puede ayudar a él y a las próximas generaciones de generaciones. Generaciones, eh... La verdad es que como ya lo he dicho antes, no me molesta estar en el puesto en el que estoy, pero mientras más se me viene a la mente que cada Dhall es más tonto y cabezota que el anterior simplemente me dejan pensando si realmente vale la pena seguir en el puesto en el que estoy, además de que bueno, ya tengo el suficiente dinero ahorrado, y vaya que lo tengo, para montar lo que siempre quise montar que es mi propio negocio junto a mi familia, pero ese es otro lío. —Bueno, si no hay nada más que decir o no hay nada más de lo que hablar —Elián se levanta del puesto en donde está y ajusta su saco —yo me retiro porque tengo cosas que hacer justo con la persona que tengo en frente —sus ojos no dejan de ver a Yannick y este se levanta rodando sus ojos sin dejar de ser lo que siempre ha sido. Un chico fino y a la vez un tanto delicado. —Kayla y yo iremos a tomarnos algo, así que también nos despedimos —la chica pelinegra de ojos grises me da una sonrisa y la rubia de ojos almendrados hace un puchero en mi dirección reclamándome con la mirada el no haber aceptado su oferta. Estuvo muy sensata la verdad, pero no puedo irme de aquí. —Yo también me voy retirando —el señor Amir pasa por mi lado posando una de sus manos en mis hombros y solamente me limito a sonreírle dejando que él junto a sus hijos salgan dejándome de forma pensativa en mi lugar. —Siento que algo te pasa, Sofía —el señor Wade se cruza de brazos examinando mi estado de animo y le niego suprimiendo todas las emociones para mí. —No es nada, estoy bien señor Dhall. —Sofía, —recuesta ambos de sus brazos en la mea de cristal —si algo he aprendido del tener que cuidar de cuatro mujeres que hay en mi familia, es que si una de ellas te dice que no pasa nada o que dejes las cosas como están o simplemente te dice que no, —remoja sus labios y la profundidad de sus ojos verdes al igual que su sonrisa me dan esa tranquilidad que siempre ha aportado mi segundo ex jefe —es porque evidentemente pasa algo y de aquí no me voy a ir hasta que me lo digas. —Señor Dhall, yo... —suspiro de forma sonora sabiendo que no le voy a poder mentir, porque ha usado su voz de Alpha para preguntarme —me siento entre la espada y la pared, —desvío mis ojos hacia una de las blancas paredes de la sala —cada Dhall que me toca instruir siento que es muchísimo más difícil de manejar que el anterior y siéndole honesta —levanto las cejas y hago un gesto de cansancio —yo no quiero instruir al próximo al mando y no es porque no este capacitada para ello, sino que el hijo mayor del señor Elián, el joven Maikel; es muy diferente al resto de los Dhall, porque le digo que es lo que tiene que hacer o le digo como debería ejecutar alguna acción y este solamente me observa con mala cara y sigue haciendo lo que le da la gana en el puesto que antes fue de usted. Por otra parte, cuando su pareja sentimental está en la empresa no hace más que molestar al personal diciéndoles que no hacen un buen trabajo y que deberían despedirlos y en más de una ocasión ya he tenido quejas al respecto —chasqueo la lengua recordando todas esas veces en las que me toco calmarlos porque decían que todo lo que hacía esta chica era dañar lo que ellos estaban haciendo —es todo. El silencio que se instala en la sala me deja una mala sensación en el cuerpo sin saber lo que ahora está pensando el señor Wade de mí, aprieto las manos en la parte baja de mis piernas de forma nerviosa al saber cual es su respuesta a todo esto y solamente me queda ver como pasa una de sus manos por su teñido cabello pintado de color plata para hacerse ver un tanto más viejo, ya que en estos momentos el debería rondar en los noventa años en forma humana. Rondando entre los ochenta y noventa años y bien conservado, eh. O al menos eso es lo que dicen en los canales de chismes y portadas de superación empresarial y física. —Sofía, —me llama y por mi espalda pasa un rayo que me deja recta escuchando atentamente lo que dice —tú bien sabes que yo no puedo obligarte a estar aquí, porque cuando tú firmaste el contrato con mi padre este te hizo un contrato en donde decía que tú podrías salir de aquí siempre y cuando mantuvieras el secreto de lo que somos y que no revelarás nada al respecto de la empresa y siendo honesto, si en más de cien años no has dicho nada ni tampoco nos has defraudado, es más, nos has ayudado con cosas personales y en más de una ocasión has tomado el mando aquí, ¿Qué otra prueba de confianza te puedo pedir? —recuesta su espalda de la silla —pero si ya no te sientes cómoda, lo único que te puedo ofrecer es tratar de solucionar las cosas con Maikel y explicarle la situación a Elián o lo otro que puedo hacer es dejarte ir, porque tú sabes cual es mi lema, y este es que si no te gusta lo que haces entonces no servirás estando en el lugar en donde estés —asiento dándole la razón —entonces me tienes que decir cual de las dos opciones escoges, porque de ti dependemos nosotros. —Yo... A mi me gustaría montar algo personal para mí y mi familia, —dejo salir lo del plan familiar que tengo en mente — porque ya tengo el capital, pero no me gustaría tener algo allá y dejarlo aquí y que después las cosas no se den, entonces, siento que para mí sería mejor seguir aquí e arreglar los problemas que se tengan que arreglar, además de que le he agarrado cariño a la empresa y a mi puesto de trabajo y siento que haciendo nada en mi casa no sería algo que me gustaría, ya que ya estoy acostumbrada a llevar el estrés que se maneja estando aquí —muerdo mis labios sabiendo, esta vez, que no me comeré el labial que cargo, ya que siempre sucede. —Bueno, —se levanta e inmediatamente copio su acto agarrando mi libreta de la mesa —ya que sabes lo que quieres, está más que perfecto todo, y si gustas te puedo apoyar en tu proyecto. Sabes que para mí no hay ningún problema en ser tu socio, ya que básicamente eres como familia para mi familia —camina conmigo lentamente hacia la puerta mientras que mantiene sus brazos en la parte trasera de su espalda — y con lo otro, voy a hablar con Elián y con Maikel y mañana lo tendrás frente a ti con Amir y Elián a mi lado estableciendo las pautas a seguir contigo y aquí en la empresa, ¿te parece? Asiento abriendo la puerta para ambos —Como usted diga, señor Dhall; aquí estaré como siempre a la orden y a la disposición veinticuatro siete para lo que sea de la familia —le hago un gesto de agradecimiento por haberme escuchado y haberme entendido de buena manera y este solamente me hace un gesto con la mano para que deje de hacer lo que estoy haciendo. —Lo sé, Sofía; estás tan involucrada con mi familia y con la empresa que mira a las personas que están detrás de ti esperando a que salieras de la sala de reuniones para solamente hablar contigo y pedirte cosas —junto las cejas de forma extraña y me giro cuando me posa una de sus manos en mi hombro haciéndome ver a más de cuatro empleados con papeles en sus manos esperando mi firma y justo atrás de ellos yacen Neick, Fer y la más pequeña entre las tres e hija menor del señor Elián, Kirian quien no duda en levantar su mano y saludarme de forma animada. Recordaron el día... Sonrío —Supongo que tengo que terminar de trabajar para luego salir con ellas, —me volteo hacia el que es su bisabuelo —si me disculpa, señor Dhall, hay personas que me esperan —y con esto me encamino hacia las primeras chicas que no me consideran una amenaza, que me ven como una persona normal... Las primeras que me ven como una amiga y no como una secretaria o simplemente un trofeo con el cual pueden tener cosas gratis en las tiendas o restaurantes. Mis amigas, mis chicas, mis Dhall favoritas.
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