Brilla para mí

04

KLAUS WINTER…

La escaneo con la mirada mientras ella observa por la ventana la ciudad ignorándome por completo lo que me molesta, pero solo me dedico a observarla mientras viene a mi mente la primera vez que la vi.

FLASH BLACK…

Bajo del auto mientras hablo por teléfono con mi hermano que se encuentra en Australia encargándose de un nuevo proyecto. Camino hacia el interior del edifico donde se lleva a cabo la fiesta de aniversario del grupo Klein al cual fui invitado, no soy amante de este tipo de eventos, pero hay un empresario con el cual quiero hacer negocios. Ignorando a los fotógrafos en la entrada y los demás invitados cuando me observan.

Cuando cuelgo la llamada busco con la mirada a mi hermana, Ilsa Winter. La encuentro del brazo de su esposo, Waldo Gross. Empresario millonario y con quien se encuentra casada hace dos años. Camino hacia ellos y mi hermana al verme sonríe acercándose a mí.

Debo admitir que mi hermana es una mujer hermosa, no solo eso. Ilsa es brillante, es abogada, cuando se graduó la apoyamos para que iniciara su propio bufete. Ahora es el mejor del país, además de ser la encargada del departamento legal de las empresas de su esposo.

-         ¿Cuándo llegaste? – pregunta besando mi mejilla.

-         Esta mañana – caminamos hasta la mesa coctelera en la que se encuentra Waldo. – quiero comprar acciones de una empresa y el dueño se encuentra aquí. – hablo mientras observamos entrar a la familia Klein imponentes como siempre.

-         ¿crees que Walda tiene un molde en el vientre? – comenta mi hermana divertida haciendo reír a su esposo. – los hermanos Klein son perfectos.

-         El mismo que tiene Magna – habla mi cuñado haciendo que mi hermana le dé una sonrisa arrogante.

Comenzamos una conversación trivial mientras algunos invitados se acercan a saludarnos. Observo a los hermanos Klein. Ronald, Kurt y Otto Klein son hombres imponentes los difícilmente pasan desapercibidos.

Salgo de mi pensamiento cuando el mayor de los hermanos Klein. Noto su mirada sobre mi hermana y esta solo enarca una ceja observándolo con superioridad. Sonrio internamente ya que pocos saben que mi hermana rechazo en varias ocasiones a Ronald y como no hacerlo si es un imbécil.

-         Klaus – saluda fijando sus ojos a regañadientes en mí. – señor Gross – habla ignorando a mi hermana, lo que la hace sonreír.

-         Ronald – comento observándolo a los ojos, Ronald puede ser imponente e inteligente, pero no lo suficiente. Hay rumores que dicen que los hermanos Klein son unos imbéciles para hacer negocios. Quien mantiene el grupo a flote es su padre, Joss Klein.

Ese hombre es un puto genio, hay negocios a los que nadie les tenían fé y rechazaron, pero ese hombre los tomo y convirtió en un éxito. El señor Klein tuvo en su momento el título del billonario más joven del mundo ya que antes de los veinte. Lo describen como un genio y que posee la habilidad de todo proyecto que emprende lo convierte en un éxito, algo que al parecer no heredaron sus hijos.  

Vuelvo a la realidad cuando Ronald empieza hablar de negocios. Mi hermana rueda los ojos ya que no es la primera vez que lo hace, pero si tuviera interés en el grupo Klein hablaría directamente con el señor Klein, no con sus incompetentes hijos. Estoy por hablar cuando mis ojos caen sobre una hermosa mujer que entra, noto el murmullo de los invitados al verla y más cuando ella se dirige al señor Klein.

Es bellísima, esta enfundada en un vestido rosa palo que se pega a su cuerpo que la hace una tentación andante para los hombres que están presentes y tienen sus ojos en ella.

-         ¿Quién es? – pregunto sin apartar los ojos de ella.

-         ¿Quién? – hablan las tres personas frente a mí, haciendo que a regañadientes pose mi mirada en el ellos.

-         La mujer que esta con tu padre – hablo a Ronald que vuelve la mirada hacia su padre que se pasea con ella observándola con autentico orgullo. Cuando se vuelve a verme el odio en sus ojos llama mi atención.

-         Raina – habla observándome y noto en el tono de su voz al hablar lo que refleja sus ojos – Raina Klein, la bastarda de mi padre. – enarco una ceja y bebo un poco de mi copa tratando de calmar el extraño enojo que siento en este momento.

-         Tu hermana – habla Ilsa observándolo sería por la forma en la hablo de ella.

-         ¿hermana? – pregunta burlón – es una bastarda que no merece llevar el apellido Klein. – mi hermana sonríe sarcástica. Cuando estoy por responder veo a sus hermanos acercase.

-         Buenas noches – nos saluda Otto indiferente – ven, hay alguien que quiere conocerte.

-         Disfruten de la velada – se despide Ronald dejándonos solos de nuevo.

-         Hace mucho tenia curiosidad por conocerla – comenta mi cuñado a lo que mi hermana asiente con la cabeza.

-         ¿la conocían? – pregunto interesado a lo que mi hermana enarca una ceja.

-         No sabíamos que era hija de Joss Klein – responde ella acercándose a su esposo y besando su mejilla – pero si hemos oído hablar de ella.

-         ¿Quién es? – la veo detenerse a dos mesas de distancia de la nuestra tomando una copa de champaña.

-         Es la fundadora, dueña y CEO del grupo RK – habla mi hermana a lo que yo la observo sonriendo. – aunque no le gusta mucho la atención, por lo que no muchos conocen el cerebro detrás de las exitosas empresas que hacen parte del grupo RK.

He escuchado y leído sobre el grupo RK, rompió un record hace cinco años cuando su primera empresa alcanzo una alta valorización en la bolsa. Un año después su empresa se convirtió en un grupo que abarca distintas empresas que son una fuerte competencia para otras que tenían mucha más antigüedad en el mismo campo.

-         Es muy diferente a su familia – comenta mi cuñado mientras yo la observo.

-         Al parecer no la consideran como parte de esta – dice mi hermana con un toque de molestia y entiendo a lo que se refiere.

Mientras Joss, Walda, Ronald, Kurt y Otto, están juntos en el centro del salón como la familia ideal que son. Ella se encuentra en la mesa bebiendo mientras algunas personas la saludan, pero ella simplemente los ignora sin apartar los ojos de su familia.

Ella es hermosa, pero hay algo que me llama la atención y me encanta de inmediato. Sus ojos, son de un tono gris verdoso. Sin embargo, hay algo que opaca la belleza de estos. No hay brillo, no hay nada, están completamente vacíos y sin vida.

-         Su madre debió ser bellísima – habla mi hermana – porque no heredo nada del señor Klein – asiento observándola.

El señor Klein es rubio y de ojos azules, rasgos muy marcados los cuales heredaron sus tres hijos. Por el contrario, su hija es castaña y de ojos grises verdosos, sus rasgos son delicados y perfectos. No se parecen en nada.

-         Su inteligencia – comento observando como Marcus Kane se le acerca. – algo que sus hermanos no poseen. Algo que se demuestra al ver todo lo que ha logrado sola.

-         Salud – habla mi hermana dándome la razón – vas a desgastarla – comenta divertida haciendo que la observe serio.

Continuamos hablando y cuando tengo intención de acercarme a ella, no la veo. Escaneo con la mirada el salón buscándola, pero no la encuentro. El dueño de la empresa en la que estoy interesado se acerca a mí y hablamos sobre el trato el cual acepta de inmediato acordando una reunión al día siguiente. Resignado a que ella se retiró decido irme junto a mi hermana y su esposo. Mientras voy en el auto pienso en ella y sus ojos los cuales me generan muchísima curiosidad.

FIN FLASH BLACK…

Vuelvo a la realidad cuando siento el auto detenerse frente al edificio donde mi médico personal tiene su consultorio, algo que le agradezco a mi asistente. Me vuelvo a verla cuando el chofer abre la puerta de su lado. Bajo rápidamente caminando hacia ella deleitándome con su belleza. Si el día de la fiesta de aniversario se veía hermosa, ahora de la forma en la que se encuentra vestida se ve como una diosa.

La última semana no salió de mi mente, sus ojos rondan mi mente mortificándome al preguntarme que puede ser tan malo, para que no haya una pizca de vida en ellos. Investigué sobre ella y lo que encontré de sorprendió muchísimo y reafirmé lo que dije en la fiesta. No heredo ningún rasgo físico de su padre, pero la inteligencia que le falta a los hermanos Klein a ella le sobra.

hace un rato cuando iba saliendo de la empresa de mi cuñado, me subí al auto sin imaginarme que la mujer que tanto estuvo en mi mente apareciera de golpe, literalmente. Luego del golpe baje hecho una furia la cual se esfumo al instante cuando la vi, su belleza me dejo sin aliento un instante.

Camino junto a ella al interior del edificio sintiendo el frio de la noche, me quito mi abrigo poniéndolo sobre sus hombros habiendo que se vuelva a verme sorprendida.

-         ¿Qué haces? – pregunta quitándose el abrigo devolviéndome lo que me sorprende.

-         Hace frio – respondo como idiota viéndola a lo que ella rueda los ojos cuando llegamos al ascensor.

-         No te pedí que me dieras tu abrigo, asi que no es necesario – responde entrando al ascensor.

En completo silencio subimos hasta el consultorio donde el medico la atiende en instantes. Mientras le tratan la herida ella me observa, sus ojos son hermosos aun sin la vida en ellos, aun estando apagados son los ojos más hermosos que he visto en mi vida.

-         Solo tuvo un pequeño corte – habla el medico ofreciéndole una pequeña botella de agua y un analgésico. – un poco profundo, pero nada de qué preocuparse. – ella se bebe el analgésico rápidamente – va a dolerle la cabeza, cuando ocurra tómese un analgésico.

-         Gracias – responde seria bajándose de la camilla caminando hacia mí - ¿feliz?

-         Solo quería comprobar que el accidente no paso a mayores – sonrio observándola a los ojos que no reflejan absolutamente nada.

-         ¿si eres consiente que fue mi culpa? – pregunta acercándose a mí.

-         No me importa…

-         Mi asistente se hará cargo de todo – habla caminando a la puerta y sin más abre la puerta saliendo dejándome allí sin saber cómo reaccionar.

-         Una mujer impresionante – habla mi médico a quien conozco desde hace muchísimo tiempo.

-         No hay palabras que abarquen lo inefable que es Raina Klein.