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1283 Words
Luego de varios días de pensar en la forma en la que ella acepté mi propuesta he encontrado la manera, sé que no es ético lo que haré, pero la necesito, es por eso que me encuentro en la salida de la universidad esperándola.  La veo salir y sonrió, se ve hermosa, vestida de forma relajada y muy juvenil, lleva un pantalón blanco con rotos en las rodillas, tenis blancos y un suéter n***o con un hombro al descubierto, va sin una gota de maquillaje y el cabello recogido en un moño desordenado. Me bajo rápidamente para alcanzarla y cuando lo hago ella se sorprende de verme. -              Hola Kendall – la saludo tratando de no expresar nada. -              Señor Wolf ¿cómo se encuentra el día de hoy? – me pregunta sonriendo, me encanta su sonrisa. -              Llámame Alejandro, no tenemos por qué ser tan formales – le digo y ella se sonroja – me gustaría invitarte a tomar un café y hablar contigo. -              No veo que tenemos hablar – me dice amablemente. -              Entonces podríamos tomarnos un café – le digo y ella asiente. Caminamos hasta el auto, pero antes de llegar ella se detiene. -              Me gustaría caminar – me dice dejándome sorprendido. Hoy decidí conducir para tener un poco de privacidad con ella, así que elegí uno de mis mejores autos, un Bentley continental y ella quiere caminar, además de que no parece impresionada con el auto. – aquí muy cerca hay un Starbucks y podemos tomarnos el café allí. -              Vamos – le digo aún asombrado y ella sonríe. Caminamos por el campus en completo silencio, la observó y ella se sonroja, pero no puedo dejar de verla. Al llegar a la cafetería hacemos nuestro pedido y nos sentamos en una mesa algo apartada para que nadie nos escuche. -              Bien lo escucho – me dice mientras bebe su capuchino de vainilla. -              Quiero que te cases conmigo – le digo y ella se ahoga con su bebida.  -              Perdón creo que escuche mal, ¿Qué fue lo que dijo? – pregunta limpiándose la boca con una servilleta. -              No escucho mal señorita Carter, quiero que se case conmigo – digo seriamente. -              ¿Está usted loco? – pregunta enojada – usted es un completo desconocido para mí. -              Casados podemos conocernos, además no será hasta que la muerte nos separe, será sólo por un año y … -              Ni un año, ni una semana, ni siquiera un día – me responde y veo brillar en sus ojos el enojo. -              Necesito una esposa y cuando nos divorciemos te daré el 15 % de mi corporación, podrás ejercer tu carrera y si no quieres volver a verme podrás establecerte en cualquier parte del mundo. -              ¿el 15%? – pregunta visiblemente interesada y sonrió internamente al darme cuenta que es igual que todas. -              El 15% - le respondo y ella sonríe. -              Puede meterse su 15% por donde le quepa señor Wolf, no me vendo – dice tratando de levantarse, pero se lo impido tomando la de la mano. -              Siéntate – le ordenó furioso por su respuesta. -              No es quien para darme órdenes – me responde desafiante y la suelto. -              Si das un solo pasó más, haré que te quiten la beca e invaliden su tesis – le digo y ella se detiene en seco. – siéntate – vuelvo a decir y ella lo hace. -              ¿Qué es lo que quiere? – pregunta desafiante – hay muchas mujeres que matarían por ese 15% -              Quiero que nos casemos, te vengas a vivir conmigo y mantengamos una relación como cualquier matrimonio durante un año – le explicó y ella abre los ojos como platos, sacó del sobre que traía un contrato prematrimonial que ya había preparado con anterioridad – este es el contrato léelo y si tienes alguna duda puedes venir a mi oficina y encantado te la responderé. – digo y sin más me levanto y me voy dejándola como piedra observando los documentos.   KENDALL…. Pero qué demonios acaba de pasar, observó los documentos sobre la mesa y siento como si estuviera en una pesadilla.   Lo acepto Alejandro me gusta y mucho, el día que estuvo en la cafetería quedé impactada por el atractivo de ese hombre, es un auténtico dios griego, sus ojos azules me hipnotizaban, aunque trate de disimularlo. Cuando me ayudó el día de la conferencia me fascino su olor y la forma en la que me miraba. Pero eso no es suficiente para casarme con él, no quiero estar en esa vida, me he mantenido oculta durante estos años y no quiero que me encuentren, pero si no acepto lo que él me está pidiendo podría arruinar todo lo que he construido en estos años y lo que más me dolería es que tendría que volver con ellos por ayuda. Tomo el maldito contrato y comienzo a leerlo y me río burlona al ver lo que contiene. -              Este hombre está loco -  murmuró riendo. Me ofrece de todo, desde el 15% de su corporación hasta dinero cuando nos separamos. Cuando terminó de leer el acuerdo, miro el reloj y me doy cuenta de que voy tarde para el trabajo, guardo los documentos en mi morral y me voy a trabajar. Mientras estoy trabajando decido aceptar su propuesta, pero bajo mis condiciones, no me puedo dar el lujo de echar todo por la borda justo cuando estoy a punto de alcanzarlo. A la mañana siguiente me levanto temprano y me arreglo para ir a la empresa de Alejandro. Decido vestirme como normalmente lo hago, me pongo un pantalón n***o, una camiseta blanca, tacones y chaqueta rojos, no me maquillo y me hago una coleta alta, tomó mi morral y salgo de mi apartamento rumbo a Wolf Inc. Al llegar al enorme edificio el cual es el corazón de toda la corporación, observó cuán hermoso e imponente es. Camino hasta la recepción donde una pelirroja me atiende. -              Buenos días ¿en qué puedo ayudarla? – me pregunta con fingida amabilidad. -              Vengo a ver a Alejandro Wolf – le digo y ella me observa de arriba abajo para Luego levantar una ceja. -              El señor Wolf no atiende a nadie sin cita previa – me informa -              Pero él me pidió que viniera – le digo y ella me observa burlona. -              ¿usted lo conoce? – me pregunta divertida – lo dudo -              Señorita Carter – escucho tras de mí, un hombre de unos cuarenta se acerca a mí – el señor Wolf la está esperando – me informa -              Pero si él no sabe que venía – le digo y él me sonríe -              Mi nombre es Erick Marchal y soy el guardaespaldas del señor Wolf, el me pidió que me sentará aquí a esperar que usted viniera, no importaba si era hoy, mañana o el resto de mi vida – me dice divertido y yo sonrió – Elena, la señorita Carter no necesita anunciarse para ver al señor Wolf, ¿entendido? -              Por supuesto – dice un poco nerviosa -              Sígame señorita – me dice Erick, caminamos hasta uno de los ascensores y subimos rápidamente hasta el último piso. Al llegar Erick me guía por el piso hasta quedar frente a una puerta de color n***o, toca dos veces hasta que la imponente voz de Alejandro nos da el paso. -              Que tenga un buen día señorita – me dice Erick -              Lo mismo – digo antes de poner la mano en la manija, respiro profundamente antes de entrar pues en el momento en que crucé esa puerta mi vida va a cambiar.  
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