Al día siguiente se preparó la reunión con Dupont. Anna salió de su habitación solo para ir a la oficina de Daract y firmar esos papeles urgentes que le pidieron, sino, la morocha se mantendría alejada de todos, casi encarcelada en la amplia habitación del rubio. Antes de entrar en aquella oficina golpeó la puerta con suavidad y al escuchar el permiso para ingresar abrió. Apenas vio dentro la imagen de Calvin parado delante de ella se congeló durante un segundo. Sentía que lo había traicionado, que no debía estar en la misma habitación que él, percibió en la punta de la lengua el sabor de la traición. Por su parte el castaño la notó cansada, como si llevara años sin dormir y eso le preocupó. —Bienvenida Anna — Dupont los sacó de sus pensamientos —. Ahora te mostraré los papeles que debe

