1

1933 Words
¿Alguna vez han tenido que viajar por largas horas en un autobús? ¿No? Bueno welcome to my world. Llevo viajando al rededor de ocho horas, me duele el culo y ni hablar de mis rodillas. ¿No les pasa que son muy altas? ¿No? ¡ustedes si que no son normales! ¿Acaso no tomaron su danonino? Yo crecí demás, tampoco es que soy como pie grande. Pero ido 1,72 y no saben lo jodido que es viajar en un asiento tan pero tan pegado. Trato de distraerme observando los hermosos paisajes de Bergen, no sé como pude pasar tanto tiempo lejos de mamá. Simplemente resistí mucho, antiguamente vivía con mi padre, en la ciudad provincia Hordaland. Se preguntaran porque vivía con él y no con mi madre, si mayormente en los divorcios las crías siempre de quedan con la madre, bueno, mi mamá estaba por graduarse y quería sacar un Máster, es por ello que tenía poco tiempo y mi padre como buen sobreprotector que es, no permitiría eso. Así que fui arrastrada a la ruidosa y estresante ciudad. Donde tuve los mejores y peores. Recuerdos... Empecé a observar las casas de madera pintorescas como las recuerdo, no es que yo tenga una excelente memoria, soy mas como dory en buscando a nemo. Pero algo es algo, no me quejo, a veces es mejor no tener buena memoria...Me gusta como Bergen esta rodeada de agua, sin embargo esta lejos de ser una isla, pero tiene montañas y lagunas espectaculares. Las casas antiguas pero tan bien conservadas le dan un toque algo tétrico, misterioso pero armonioso a la vez. ¿Lo mejor? Esta lejos muy lejos de la ruidosa ciudad. El autobús recorre las calles por la que alguna vez de niña jugué, hasta llegar al glorioso terminal. Se estaciona y ya nos podemos bajar. ¡Gloria a Cristo redentor! Oh, acabo de sonar como una anciana. ¿Que me esta sucediendo? Debe ser el clima, si seguro. Rápidamente me coloco de pie y tomo mi bolso, salgo al pasillo y estiro mis rodillas, estas crujen como si de una anciana ochentera se tratase. Me apresuro a bajar del autobús para tomar mi equipaje. Le entregó el tickets al chico y el me entrega mis 3 maletas de un tamaño enorme. Me arreglo para cargarlas, hasta ubicar a mi loca madre, si se preguntan porqué use el término 'Loca' ya se responderá esa pregunta. Y entenderán porque no use el "dulce. —¿¡Sam, sam?! ¡Oh por todos los dioses griegos y mulsumanes del mundo, eres tú!—grita al verme. ¿Ahora entienden? Mi mamá no es una mamá común, la mía esta jodidamente loca pero me encanta. Es esa mamá jovial y divertida, a la que le puedes contar cualquier cosa y ella no te juzga, nos tratamos como amigas de toda la vida. Al ser tan jóven es divertida, además de ser una artista increíble y ni hablar de su estilo hippie. Para mi es simplemente un enigma. —¡Mi locaaaa!—saludo tirando mis maletas y corriendo a abrazarla. Brinco encima y se cae de culo, cayéndole yo encima. Estalla en risas.—Te eché mucho de menos. —¡Se nota niña ingrata! Dejaste de escribirme y pense que te habías olvidado de esta pobre pelirroja.—dice con reproche, mientras frota sus nudillos en mi cabeza. —¡Lo siento! ¿vale?—digo liberandome de su acosador gesto.—, No fue que no quisiera, estuve algo...fuera de línea sabes. —¿Fuera de linea?—inquiere mirándome con curiosidad. —Si, ya sabes, lejos de la tecnología. Me encogí de hombros y ella pareció captar la indirecta, no fue que me volví cavernícola porque quise, no tuve opción. —¿Por lo que sucedió...?—me da su mirada de cachorro arrepentido. —Exactamente, pero no hablemos de eso..—escabullo rápidamente—Mírate toda una hippie moderna. La burlo, sonríe pícaramente, para darse una vuelta sobre sí misma, como diciéndome. "Estoy mas buena que el pan cariño" —Tú, te pareces a esas señoras que van los domingos a las iglesias.—Dice haciendo un gesto como si pensara.—, Ah, sí, evangélicas le dicen. Se burla en alto, ojo no lo hace por burla hacía la religión. No, lo hace porque llevo puesta una falta que me llega a los tobillos con un suéter de lana fina y unos zapatos de abuelita. Mi papá tenía raros gustos para la ropa. —¡Oye! No es mi culpa, sabes como es Mario, nada de escotes... —Nada de exhibirse, nada que muestre demás, nada de esto, nada de aquello—me interrumpe imitando la voz de mi padre. Reímos escandalosamente mientras las demás personas nos miran con gesto de: ¿Alguien sabe el número del loquero? Estas dos se escaparon. —Bueno pequeña cristiana, es hora de irnos. ¿Tienes hambre? Asiento repetidas veces, ella toma dos de mis maletas y yo toma la sobrante, junto a mi bolso. Nos encaminamos hasta el estacionamiento en silencio. Extrañaba horrible a ese demonio pelirrojo llamado mamá. Subimos mi equipaje a su lindo Volkswagen porque si amamos las antigüedades. Nos subimos al auto y ella arranca. Coloca algo de música y enseguida me relajo. Bajo la ventana y el aire entra refrescando mi rostro, diciendome ¡bienvenida a la locura, hermana! Alzo los brazos y sonrío como demente. Mi mamá suelta un 'wuju' y río de lo relajada que es mi progenitora. Con Mario, mi padre todo era tan distinto. No es que me queje, pero vivía asfixiada siempre, ejercía todo su control en mí, me llevaba a todos lados, del colegio a la casa, de la casa al colegio, del colegio a los entrenamientos y así. Solo respiraba cuando era secuestrada por mi tía Beth, hermana de él mismo y que solo por esa razón confiaba en ella. Para el todo era un constante 'No.puedes ir por ahí sola, es peligroso. ¿Ves las noticias? Todos los días aparecen chicas muertas y violadas' Yo solo rodaba mis ojos y evitaba hacer las cosas para no cabrearlo. Me exigía vestir siempre cubierta, no podía usar shorts, tops o esas blusas de tirantes. Mi ropa se basaba en suéteres de lana, de algodón y de seda, pantalones, faldas pero largas hasta los tobillos, zapatos de abuelita y ni hablar que a mis casi veinte años use maquillaje. Eso era imposible. ¿Aburrido no? —¿En qué piensas, guapa?—el tono relajado y liviano de mi mamá retumba por encima de la música. —En lo terrible que ha sido vivir con, Mario.—suelto con fastidio ahora recordando tantas limitaciones. Ella bufa y rueda los ojos. —¿Hueles eso?—pregunta y empieza aspirar como maníaca, yo no olfateo absolutamente nada.—, ¡Huele a Libertad! Divierte y no puedo evitar reír, sip le faltan unos diez tornillos, pero la amo así. —Mañana saldremos a comprarte ropa, toda la que trajiste será donada a una iglesia, volverá a donde pertenece.—divierte y me guiña un ojo. Sonrió como el gato de alicia en el país de las maravillas. ¡Al fin! Esperé tanto por este momento que no puedo creer que es real, esto es un milagro de zeus. ¡Gracias! Me siento liberada, por fin podré tener una vida normal, o eso creo. Sólo necesitaba esto, libertad y locura. —Quiero que escojas el estilo que te represente, no más monja. Por favor, que van a decir mis amistades—enfatiza divertida y finge ser víctima. Reímos por su propio comentario. -, Tengo algo para ti. —¿Que es?—pregunto curiosa. ¿Saben? Desde niña he sido curiosa, pero no curiosa normal, no, curiosa nivel extremo, me encanta saber el porqué de todo. Recuerdo que mis traumas provinieron de ahí. Cuando era niña escuchaba 'aplausos' en el cuarto de mis padres cuando ellos creían que estaba dormida. Entre a hurtadillas a su habitación y boom. Primer trauma a los 8 años. —Te va a encantar, lo sé—afirma segura y detiene su auto en la cochera. La casa de mamá es especial, la heredo al ser hija única de mis abuelos, ellos murieron cuando yo estaba aún en el vientre de mi madre. No los conocí, pero mamá me habla tanto de ellos que siento como que me criaron y me vieron crecer, la casa es de dos pisos, es de un azul rey, fuerte pero claro al mismo.tiempo, tiene dos balcones y un tejado bien hecho. Las ventanas son grandes y blancas. Clásicas como de pueblo. Es una residencia, por lo que las casas están pegadas, una al lado de la otra. Bajamos mis cosas y las subimos juntas, el calor hogareño desprende de la casa apenas atravesamos la puerta principal. La primera planta cuenta con la sala, cocina, baño y una puerta corrediza que da al patio, alli al aire libre hay unas sillas, mesa y una piscina mediana, al fondo esta mar, se oyen las olas es simplemente espectacular. La segunda planta a diferencia, tiene tres habitaciones, cada una con baño y balcón, una mini sala y finalmente una terraza donde se admira toda la zona y la infinidad del mar. Subo a la que se que es mi habitación y mi madre me ayuda con el equipaje. Al abrir la puerta me encuentro con que ha sido remodelada, las paredes que antes eran de un rosa crema, ahora son totalmente blancas a excepción de la que esta en frente, esa es color vino. Mi favorito, mi madre es artista, una nata y profesional. Ha pintado un hermoso mural, que trata de una mándala, lo que resalta espectacular porque fue pintada en estilo acuarela. Me encanta, le da un ambiente relajado. Dejamos todo el equipaje en el suelo y sigo admirando todo, hay dos puertas más, una que es el armario y la otra el baño. Una cama demasiado grande según mi mamá una queen size o como se escriba. Una mesita de noche Blanca y encima de ella una lámpara, al otro lado una peinadora de madera con un espejo ovalado enmarcado igual en madera color blanco, algo clásico, pero añejado. Algo vieja, me encanta. En frente hay una puerta corrediza transparente que esta cubierta por una cortina color vino, es la que da al balcón. —¿Y...te gusta?—pregunta mi mamá con aire de duda. —Me encanta, te a quedado increíble—la ánimo. Ella sonríe como pícaramente, esta contenta.—Estoy tan feliz de tenerte de vuelta, iré a preparar algo de cena. —Y yo estoy feliz de regresar, ¡por favor! Muero de hambre. Ella ríe al escuchar los ruidos que hace mi estómago, se va cerrando detrás suyo la puerta. Me lanzó efusivamente en la enorme cama y suspiro. Luego de un viaje tortuoso por fin en casa. Saco mi toalla de una maleta y me dirijo al baño, necesito asearme, tomo mis productos y los dejo en el baño, también fue remodelado. Ahora es totalmente blanco, el lavamanos es vino al igual que el inodoro. Dejo todo allí y coloco a llenar la tina. Le agrego sales y aromas que me encantan, al lado del lavabo hay un espejo. Todo esta espectacular. Salgo del baño y rebuscó algo cómodo que ponerme para cuando salga del baño, me decido por mi pijama de Spiderman, regalo de mi padre. Algo en lo que acertó porque amo todo lo que tiene que ver con Marvel. Escucho llenarse la tina, asi que corro a cerrar la llave, lo que menos quiero es empezar con mis típicos desastres. Me miro en el espejo y luzco horrible, tampoco es que sea tan fea, pero hoy estoy.terrible. suelto mi cabello y me despojo la ropa, la coloco en ma cesta y camino a la tina, entro en ella y me relajo totalmente, siento cada parte de mi cuerpo en absoluta paz. Es entonces cuándo me.percato que justo frente a mí hay una ventana... y no solo eso, la ventana conecta con el balcón de enfrente, donde veo la escueta silueta de un chico. Oh madre mía, que coño pensabas al colocar una ventana justo ahí. El chico parece perdido, es cuando noto que está fumando, delicioso. Un hábito que tomé luego de mi primer corazón roto. Ya saben ocultar los suspiros con humo. En ese preciso momento gira su rostro y yo siento morir, mis mejillas queman, de la vergüenza. Él me mira con curiosidad y sonríe. Mierda, mierda, virgen de ma Santísima parchita por qué a mi?
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD