Leonardo Después de terminar con Luisa, lo mejor que puedo hacer es darme una ducha. —¿A dónde vas? —Me giro sobre mi eje, ¿Acaso Luisa es tan estúpida para no darse cuenta que ya terminé? —¡Quiero que me dejes solo!, ahora no tengo cabeza para pensar en absolutamente nada. Además, la discusión con mi hermano y saber que él va a tener posiblemente el control de absolutamente todo, hace que quiera enviar todo al maldito infierno. Pero bueno, ya veremos la manera de demostrarle a mi padre que comete un gran error en dejar a Ricardo en el poder. Salgo del baño y afortunadamente Luisa ya no está, este dolor de cabeza me está matando, llevo las manos a mi cabeza y jalo un poco mi pelo. —¡Disculpe señor Santoro! Su padre exige su presencia en su casa. —Levanto mi ceja al escuchar la fasti

