Ana
Era el momento de la fiesta, de esa que mi padrino ha estado hablando, de esa en la que me presentaré oficialmente. Me miro en el espejo una vez más, esa imagen que me muestra el reflejo es una mujer diferente.
No me encuentro en ella, ahora solo veo a una Ana distinta, más hermosa, más madura, diferente físicamente, con atributos, pero sin corazón, Puedo ver a una Ana que me da miedo y orgullo a la vez, esa que me va a llevar a la tumba y al paraíso al mismo tiempo.
La puerta suena, termino de acomodar mi vestido, uno tan provocativo como yo ahora mismo, quiero verme espectacular y ser el centro de la fiesta, en especial ser el centro de atención de Leonardo Santoro, quiero utilizar un arma con él que seguramente no fallará, esa arma que será más letal que un revolver, mi belleza
