Ricardo Hoy por fin es la fiesta de mi hermanito, al cual no tuvo la delicadeza de invitar, ja, pero yo como siempre no necesito de invitación. Le hago señas a George para que tenga el auto listo, quiero ser el centro de atención y por supuesto debo llegar como el rey que soy Llegamos en menos de quince minutos, y prefiero esperar un tiempo prudente afuera, hasta que mis ojos se centran en una bella mujer, vaya, es realmente hermosa, debo averiguar de quién se trata, lamo mis labios, y suspiro al imaginar aquella mujer debajo de mí gritando mi nombre. Después de quince minutos decido entrar, hubiese querido esperar, pero la duda de saber quién es ella, hizo que mejor entrara. Mis pasos se hacen cada vez más largos y mi ansiedad más grande, al entrar la busco con la mirada, hasta que b

