La anciana sonrió en respuesta, como si estuviera bromeando y me deseo una buena noche mientras ingresaba a su departamento y yo corría a coger el ascensor. No tarde mas de lo necesario en bajar, tomar el auto deportivo y salir como si me encontrara en la formula 1. Los veinte minutos que me llevo el viaje, me dedique a concentrarme en mi rol, recordando las noches de doma en Mila, donde mi ultimo sumiso decente, Dominic gemía del dolor mientras lo castigaba por haber traspasado sus limites conmigo. Cuando llegue a la dirección que me envió, Valentino, estacione y me acomode el antifaz, delineando nuevamente el labial. Mire a mi alrededor y vi varias personas ingresando en el lugar por lo que tome valor y sacando el látigo de mi bolso, salí guardando las llaves de mi coche en el pequeño

