Llegamos a la casa algo tarde en la noche a la casa, pero dormimos como bebés. Los días siguientes fueron una locura, íbamos de un lado para otro, pero ya no se me permitía hacer muchas cosas, la prioridad eran los bebés y todos no dudaban en recordármelo, tampoco podía ir todos los días a la empresa para trabajar, habían hecho un consenso con mi ginecóloga sobre los riesgos asociados a mi ritmo de trabajo, coincidieron que podía estar cerca de tres o cuatro días en la oficina, sin horarios largos. Hoy era uno de esos días en los que debía quedarme en casa, sentía que mi cabeza iba a explotar, entre mi madre y las señoras que nos colaboraban con el aseo, no había mucho para hacer, los niños también dormían la mayor parte del día, asique estaba atrapada entre cuatro paredes, pero eso no

