La maldición de Osiel hizo voltear a Edur, que estaba pensando en cómo le explicaría a su hermano que había arruinado uno de sus sofás, aunque no solo era su semilla esparcida en él, también era el hecho de que había mordido uno de los almohadones por solo escuchar a Alana gemir e imaginarla sobre él.
— ¿Qué paso? No me digas que lo arruinaste. — dijo con espanto Edur y no era para menos al ver el rostro furioso de Osiel.
— Complací a nuestra luna como es debido y sin causarle ninguna molestia. — aseguro, como si hubiese cumplido con una misión, como si él no hubiese disfrutado, aunque claro que lo disfruto, pero no se pavonearía frente a su hermano, claro que por lo que estaba viendo, ya sabía que Edur los había escuchado.
— ¿Entonces que rayos te pasa?, tienes esa cara de que quieres asesinar a alguien. — un gruñido de pura molestia salió de los labios de Osiel antes de responder.
— Alana… no quiere cachorros. — terminó diciendo y ahora si se permitió quitar su frustración y solo mantener el dolor. — Nuestra luna ni siquiera recuerda que no somos como los humanos, es como si su mente le hiciera creer que ella pertenece a ellos y no a nosotros. — celos, era fácil distinguirlo, celos de que Alana nunca conectará con su lado lobuno por sentirse más cómoda con los humanos. — Ella comenzó a decir mierda de anticonceptivos y que no los tomaba y…
— Alana no tenía pensado tener sexo con nadie. — dijo más que maravillado Edur y Osiel lo vio curioso.
— Creo que eso esta mas que claro, ya que solo porque alguien la drogo…
— No, no es solo eso, ella sabe que no pertenece a los humanos, de lo contrario hubiese buscado a alguien en todo este tiempo, lo he visto en estos años en redomón, las humanas son débiles cuando tienen problemas, la mayoría desquita su frustración o tratan de olvidar todo, teniendo buen sexo, pero Alana no, ella solo estuvo conmigo y aun así no busco alguien para que la hiciera olvidar, si ese no fuese el caso, Alana estaría tomando esas cosas de las humanas para no tener bebés.
— Eso es bueno, supongo, aunque si ella hubiese estado con otro macho… no tendríamos nada que reprochar Edur, ella me lo dijo, nos encargamos de hacerla sentir tan fuera de lugar, que tuvo que salir a buscar donde encajar, para nuestra mala suerte o fortuna, se siente más cómoda con los humanos.
Esa noche ni Edur pregunto qué sucedió dentro de ese cuarto con Alana, ni Osiel lo comento, solo sabían que su luna había sido complacida y eso era lo importante, en la mañana, cuando Otto llego al edificio donde Osiel residía en la ciudad, se lo puso al tanto de todo, algo que lo inquieto, sentía que él a diferencia de sus hermanos, aun estaba muy lejos de ganar así sea una sonrisa de Alana.
— Buenos días. — dijo la joven con las mejillas rojas, y los Alphas solo pudieron suspirar, Osiel en especial, había pasado la noche en vela, su ser le exigía dormir con su luna, pero no la incomodaría, tampoco se impondría.
— Buenos días, Alana. — dijeron casi a coro.
— De camino a aquí, vi esto y… pensé que te quedaría bien. — dijo Otto, entregándole unos paquetes a la pelirroja.
— ¿Más ropa? — pregunto aun viendo lo que había dentro. — Esto… Gracias. — dijo sonriendo y para Otto, era como si la misma luna le concediera su gracia. — Nunca había recibido más de dos regalos, como tampoco había tenido tanta ropa nueva. — un puñal se enterró en Osiel y aunque sus hermanos lo vieron de inmediato, pues el Alpha fue el encargado de los gastos de Alana el tiempo que esta estuvo en la universidad, no le reclamaron nada. — Iré a probármelo, y nuevamente gracias, Otto. — de forma inconsciente, Alana dejo un beso en los labios del lobo, un rocé de labios que lo tomo desprevenido, pero que lo regresó a la vida.
— Tenemos mucho por hacer. — aseguro Osiel, y sus hermanos asintieron.
Bajo la atenta mirada de los Alphas Alana ingreso una vez más al comedor, ahora vestida con un conjunto deportivo, que eran los favoritos para Otto, y Osiel se dijo que debería hacer algo, no sabía que era inquietante, si ver a Alana con jeans y chaqueta de cuero o verla de deportivo, ¿era normal sentir su pene hinchase por solo verla respirar?
La pelirroja se sentó frente a Otto, con Edur de un lado y Osiel del otro, en realidad era como si estuvieran todos juntos, ya que la mesa era pequeña, nada ostentosa y es que Osiel no acostumbraba a tener “visitas” en su departamento, incluso a sus conquistas o folladas de una noche la llevaba a hoteles, nunca ninguna mujer loba o humana, había pasado allí la noche, mucho menos puesto un pie en su hogar.
Y de pronto Otto se inclinó hacia adelante, mirando a Alana con seriedad mientras esta desayunaba.
— Alana, ahora que tienes el espíritu del lobo, hay algunas cosas que debes tener en claro, por si se te han olvidado. — la vista de la pelirroja fue a Osiel, pero no dijo nada, no era como que fuera un secreto que sus lecciones de niña a lo referente a su lado lobuno se le habían olvidado. — Tu cuerpo va a cambiar, y vas a sentir cosas que nunca, antes has sentido. — Osiel, que estaba sentado al otro lado de la mesa, asintió con la cabeza.
— Sí, y es importante que sepas que no eres invencible. Todavía puedes enfermarte o lastimarte, aunque seas más fuerte, por lo que no hagas nada temerario. — Alana lo vio incrédula, ¿temerario? ¿ella haciendo algo temerario? Definitivamente Osiel no la conocía.
— Y no te olvides de la alimentación, Alana. Necesitas comer bien para mantener tu energía y tu fuerza, estas muy delgada. — agrego Edur, y de pronto llevo a la boca de Alana una tostada, y a la pelirroja no le quedo mas que abrir su boca para darle un mordisco.
— Tu loba es como una cachorra, por decirlo de alguna manera, necesita tiempo para crecer y madurar. — dijo Otto, llamando la atención de su luna. — Los primeros cinco años van a ser cruciales, porque tu cuerpo todavía necesita el cuidado y la atención de un humano normal. — Alana escuchaba atentamente, con una expresión seria en su rostro, porque en verdad ella había olvidado todo aquello.
— Y no debemos olvidar los cambios de humor, Alana, es normal sentirse un poco inestable al principio, la felicidad puede convertirse en euforia, y el enojo en ira, pero con el tiempo, aprenderás a controlar tus emociones y a manejar a tu loba. — aseguro Osiel, recibiendo un lento asentamiento de cabeza de su luna.
— Y es importante que te transformes regularmente, Alana, al menos dos veces por semana, para que puedas controlar a tu loba y evitar que se vuelva demasiado salvaje. — el rostro de Alana a las palabras de Edur le causo gracia a Otto, se la notaba perdida.
— Sí, y yo estaré aquí para ayudarte en todo lo que necesites. Vamos a trabajar juntos para que puedas dominar a tu loba y vivir una vida plena y feliz.
— Plena y feliz. — repitió con cierta incomodidad la joven. — Osiel me dijo que no necesito tomar anticonceptivos, ¿es verdad? — la tensión del momento era latente, y Otto se dispuso a poner en practica los años que había pasado dirigiendo la manada.
— No son necesarios, porque las lobas solo se pueden preñar luego de que sus compañeros las marquen. — era más fácil hablar de terceros que de ellos, pero no para Alana.
— Eso sería en una loba normal y no lo soy…
— Si lo eres. — refuto Edur.
— ¿Por qué no quieres cachorros? — la acuso Osiel dolido.
— Creo que debemos mantener la calma… — quiso intervenir Otto, pero la irritación de Alana ya había escalado, como se lo habían informado, tendría cambios de humor.
— Primero que nada, no soy normal Edur, mi periodo no lo es, a veces paso meses sin él, Gala me dijo que para las humanas es normal, que se les llama ser irregular. — expuso con los dientes apretados y sus Alphas notaron su rechazo en solo esa acción. — Y segundo… — dijo mientras se ponía de pie. — ¿Qué me asegura que mis cachorros no serán defectuosos como yo? O mejor aún, ¿Quién me asegura que ustedes no los torturaran como hicieron conmigo?
Y dicho eso, la loba se marchó, sin esperar la aprobación de ninguno de ellos, porque ella conocía la ciudad, mejor de lo que conocía la manada, mientras los Alphas se sentían los estúpidos que eran, ¿Qué les había hecho suponer que un par de roce de labios, o que Alana tuviera sexo con Osiel cambiaria algo? Realmente eran unos ilusos.