El resto de la mañana, Aitana se quedó acostada en la cama, sin saber donde esconder la cabeza de la vergüenza, sin embargo, Rachell le aclaró en más de una ocasión que ya había pasado aquel malentendido, aun así, Aitana no podía evitar sentirse como una completa loca por el espectáculo que le había dado.
Los párpados de Aitana comenzaron a pesarle y sin darse cuenta, se quedó dormida a un lado de Rachell, quien estuvo a cada minuto atenta de su amiga, no mentía al decir que estaba preocupada por su inesperada reacción.
Aquel día transcurría con gran normalidad, Rachell también se quedó dormida a un lado de Aitana, cuando se dio cuenta que había quedado completamente dormida, ciertamente, no habían descansado casi nada desde el día anterior que se pasaron de tr
