Las bebidas llegaron hasta sus mesas, el sabor de esa piña colada era espectacular, le endulzaban un poco el amargo sabor agridulce de su vida, al comprender que no todo era como ella pensaba.
Justamente lo que vivía en su vida, era un trago agridulce, aun así, sintió una gran paz de saber la verdad salir de la boca del ser más mentiroso que conocía, el cual era su esposo.
― Creo que los últimos años no fui el hombre que conocías, sé que te mentí y que hice cosas que nos condujeron hasta este amargo momento, acepto mi responsabilidad, pero te pido que tratemos de solucionar esto de la mejor manera posible, como dices podemos hablar y llegar a un acuerdo en casa, pero no quiero que estando acá parezcamos enemigos o algo por el estilo sabes, no eres desconocida para mí
