La mujer se quedó viendo a su jefe por completo desconcertada ante su pregunta, mientras que él mismo se sorprendió de que la interrogante saliera de sus labios, pero es que había surgido de la nada. Víctor había sido siempre un hombre reservado en todos sus asuntos personales, su vida era un misterio para todos, por eso a ella le sorprendió que hablara de ese tema tan privado. Ladeó la cabeza, buscando las palabras adecuadas para expresar un sentimiento bastante complejo y que se escapaba a menudo de ser articulado. —Jefe, supongo que cada historia es única. Pero si tuviese que arriesgar una respuesta diría que nosotras no perdonamos el orgullo herido, la traición... una mentira o simplemente la acumulación de pequeños agravios que terminan ahogando los sentimientos buenos. Tarde o temp

