Jamie —¡No puedo creer que estés embarazada y que sea de mi hermano! ¡Voy a ser tía! —exclamó Keira mientras nos sentábamos en la mesa del comedor. —Lo sé. Cuando Mitzi lo mencionó, estaba en shock, pensé que no podía tener razón —me reí, acariciando mi vientre. —Es curioso cómo empezamos a hacer eso, a acariciar nuestro vientre en el momento en que escuchamos que estamos embarazadas —comentó Keira. —Lo hago sin darme cuenta de que lo estoy haciendo —respondí. —Es como si quisiéramos que el pequeño supiera que sabemos que están ahí. Cuando descubrí que esperaba a Lizzy, me sorprendió lo diferente que me sentí de repente —recordó Keira, mirando a su hija en el parque infantil que teníamos en el comedor con nosotras. Escuchamos a AJ empezar a llorar. —Ya vuelvo —dijo Keira, levantándo

