Evan
Mis hermanos, Jay y yo nos metimos en la casa de la piscina. Un minuto después, mi papá entró en la casa.
Suspiró y dijo:
—Siéntense, supongo que necesito darles un sermón a ustedes, chicos.
—Papá, déjame ahorrarte tu habitual sermón sobre sexo —dijo Austin poniéndose de pie.
Se acercó a mi papá, infló el pecho con una respiración profunda y se pasó una mano por el cabello. Estaba imitando a nuestro papá.
Soltó el aire lentamente y luego, con una voz profunda, dijo:
—Hijos… —Movió la cabeza de un lado a otro—. No dejen que quince minutos de valentía arruinen sus vidas. Si deciden ser valientes, asegúrense de tener un condón puesto. —Austin se volvió hacia mi papá y le sonrió.
Adam y yo soltamos una risa. Era exactamente como nuestro padre nos daba un sermón sobre sexo, cada ve
