Con los ricos

1307 Words
Dos semanas más y estaría casada con un hombre que apenas conocía, todo por interés, necesitaba dejar de ser pobre, quieras sonaba feo el que ella pensará así, pero haber sido objeto de burla para Austin, le mantenía un sabor amargo en su boca. Aún no hablaba con Nathaniel Hastings de las condiciones de vivir en pareja, ella suponía que no tendrían contacto físico, aunque todos creyeran que el bebé era de él, al día siguiente fué para hacer las compras necesarias para su matrimonio, un vestido adecuado, imaginó que debía acercarse a una tienda exclusiva por el tipo de hombre que era él. Llegó a un lugar y apenas entró una mujer se levantó para salir a su encuentro. — Buenos días— la voz seca de la mujer que atendía la boutique le sorprendió y sonrió al decir: — Quisiera ver los vestidos de novia — dijo Charlotte un tanto incómoda al ver la hostilidad reflejada en el rostro de la mujer. — ¿Qué deseas? ¿Entrenarme para ver que robas?— contestó la mujer muy erguida. — Señora, tengo para pagar, si no desea vender, me parece bien, iré a otro lugar, con su permiso — dijo Charlotte dirigiéndose a la entrada. —¡Oye! ¡Discúlpame, me confundí, espera acá y te busco algunos modelos de tu gusto — dijo la mujer avergonzada. — Está bien, acá la espero — dijo Charlotte con algo de enojo. La mujer fue enseguida y trajo tres vestidos de confección sencilla y le mostró a Charlotte, está los miró y dijo: —¿ No tiene algo más sofisticado? Mi novio no es cualquier persona y no quiero lucir ridícula el día de mi boda — dijo ella— y cuidese de querer humillarme porque hablaré con él y a usted y su establecimiento le irá muy mal. La mujer la miró y se arregló sus ropas y se dispuso a atenderla. Buscó esta vez modelos más sofisticados y empezó a probar con Charlotte, después de probar dos modelos preguntó: — ¿Quién es su novio señorita? Ella tragó imaginariamente, pues no tenía idea si conocieran a éste hombre con quién iba a casarse en aquel lugar, sin embargo se armó de valor y con orgullo respondió — Nathaniel Hastings. La mujer al solo escuchar el nombre, de su garganta salió un ahogado '¡Oh'! , volviéndose más solícita en su atención con Charlotte. Entonces fue adentro y trajo un espectacular vestido de novia diciendo: — Señorita, estoy segura que este será el traje perfecto para el día más importante de su vida. — ¡Vaya, cómo cambias de actitud al saber que es el dinero de Nathan el que pagará, tu comisión! La vendedora se quedó sin palabras y Charlotte, buscó otros accesorios para ese gran día, después salió de allí satisfecha con el resultado alcanzado, se había dado cuenta que este hombre, su prometido era un hombre reconocido en cualquier lugar. Era muy tarde cuando ella recibió un mensaje de él. — “Todo listo para la boda; mañana voy a buscarte para que vengas a vivir a mi casa, ya debes salir de esa casucha horrorosa ” Miró a su alrededor y empezó a darse cuenta qué tenía razón, aquella 'casucha' como él la llamaba debía ser horrorosa, comparada con la residencia dónde Nathan vivía. ¿Qué podía llevarse de allí? Buscó entre sus pertenencias tenía la ropa que Austin le había regalado, era de buen ver, por lo menos la había vestido de acuerdo a la estatura que él consideraba digna. Se la llevaría, total de la había ganado por haber servido de diversión al desgraciado de Austin; su padre solo tenía lo que Nathan le había comprado, tres trajes con sus respectivas camisas y dos pares de zapatos, no era mucho lo que le tocaba recoger. Los enseres eran trastos viejos, así que dejaría eso allí, hablaría con la vecina para que le cuidara la casa, mientras la ponía en venta. Al día siguiente, en la tarde se apareció Nathan en compañía del padre de ella, diciendo: — ¿Lista para venir a vivir en mi casa? — Creo que sí — respondió ella— como verás no es mucho lo que llevamos, solo ropa, es suficiente por los momentos. — No hay problema, vamos entonces, allá conocerán a Meredith y su hijo Benjamín con Emma, la esposa — dijo Nathaniel. Charlotte suspiró y salió con las expectativas altas, de alguna manera conocer a la madrastra de Nathaniel a través de las conversaciones entre ambos le daba algo de nervios, pero se armó de valor y se encaminó hacia su nuevo destino. En una media hora estuvieron en la zona residencial donde vivía Nathaniel, nada que ver con el suburbio dónde se había levantado ella, casas muy grandes se erigían en ese lugar, parecía un mundo mágico, su mirada se llenó aún más de admiración al ver el lujo de la fachada de aquella mansión. Al entrar al interior del lobby de la residencia comenzaba la exquisitez para los ojos de Charlotte y su padre, acostumbrados a una vida con sencillez. Una elegante mujer perfectamente acicalada la esperaba en el medio de un gran salón, una chica de tez pálida y mirada asustadiza también estaba allí y un caballero, de rostro guapo también los miraba con curiosidad. — Hola Meredith, Benjamín y Emma, ella es Charlotte y su padre Christopher Lewis bienvenidos a mi casa, ésta es mi familia cariño, suegro — dijo Nathaniel muy calmado y con seguridad al hablar. — Hola Charlotte — dijo Meredith inclinando su cabeza, bienvenida, señor Lewis, es un placer. Los demás también emitieron palabras corteses y se sentaron alrededor de los nuevos huéspedes de aquella mansión, Charlotte se sentía abrumada, pero Nathaniel la tomó de la mano para confortarla en todo momento. — No me dijiste que tu novia no era de nuestro círculo social querido Nathan, aunque es muy hermosa, parece modelo— dijo Meredith sin ninguna consideración— ¿Dónde la conociste? — Importa eso acaso querida 'madrastra' — dijo Nathaniel marcando la última palabra— y la conocí en una cafetería, me sirvió un día un café y quedé prendado de su bello rostro. Mientras hablaba miraba hacia donde estaba Emma sentada muy quieta. — Entonces debe ser excelente servidora — dijo Meredith con sarcasmo. La mirada asesina de Nathaniel se clavó en su madrastra y ésta se hizo la desentendida. — Meredith te agradezco que mantengas tu lengua viperina libre de comentarios para hacer sentir incómoda a mi novia, ya le advertí de lo excelente mala persona que eres y está clara que contigo será un constante enfrentamiento, así que si no deseas conocerme, mantén tu boca cerrada, vamos mi amor, ¿Chris?— dijo él con palabras tajantes. — Nathaniel, ¿cómo te atreves a alertar a tu prometida contra nosotros, somos tu familia y mis comentarios son porque pensé que era una chica de nuestro círculo social — dijo ella con falso arrepentimiento. — ¡Ya basta Meredith! Deja tu pose de inocencia que no te va, pareces una serpiente , buscando el mejor momento para lanzar tu veneno, y desde éste instante te digo,— exigió Nathan — te prohíbo que te acerques a mi novia y su padre, son mi familia ahora y apenas entre en posesión de lo mío, los pondré de patitas en la calle, así que te aconsejo mantener tu lengua guardada. — Entonces de eso se trata, buscas una novia en un mercado de pulgas, solo para reclamar tu herencia, ¡Que bajo has caído querido!— dijo Meredith sin hacer caso a las advertencias de él. Él se volvió y se acercó peligrosamente a la mujer y Benjamín se interpuso, diciendo —¡Ya cálmate Nathan! ¡Mamá por favor, cállate!
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