Melissa No dormí esa noche. No porque tuviera pesadillas, ni por ansiedad, ni siquiera por tristeza, no dormí porque mi mente no dejaba de repasar cada palabra, cada gesto, cada silencio de aquella tarde con Nick, aquella en la que llego al restaurante obligándome a escucharlo. Me acosté en la cama del hotel, mirando al techo como si en las sombras pudiera encontrar respuestas que aún no tenía. Sus palabras resonaban en mi mente una y otra vez. “Si fueras solo una más, no estaría aquí, no me estaría jugando mi reputación ni mi carrera por alguien como él, no seguiría buscando cada maldito recuerdo que se me escapó esa noche para entender qué hiciste dentro de mí.” Sentí un nudo en el pecho, me revolví entre las sábanas, cerraba los ojos y aparecía su sonrisa, su forma de mirarme como

