Juego de corazones

Capitulo 4

Melissa

Los vi desde lejos, pero no lo suficiente como para que doliera menos.

Lucas y Alessia caminaban por la plaza con dirección a la paquetería, estaban hablando, muy cerca, como si no acabáramos de despedirnos, como si nuestras palabras no se hubieran quedado pegadas en mi piel como heridas abiertas, como si nada de lo que paso en el río importara.

Me dolió, no por lo que vi, sino por lo que imaginé.

Y eso fue suficiente para que, cuando finalmente me habló, las cosas se salieran de control.

Quise que me dejara ir, quise gritarle que me dejara sanar, pero también quería quedarme ahí, con él, dejar de fingir que no me hacía falta, era una contradicción constante.

Y, sin embargo, al día siguiente me subí al avión con Ethan y Olivia, lista para ir a Denver, un viaje de trabajo, una presentación importante, un nuevo comienzo, o al menos, eso quería creer.

—¿Estás bien? —preguntó Olivia desde el asiento de enfrente mientras yo miraba por la ventana.

—Si, no te preocupes, todo está bien— Mentí, creí que mi hermano diría algo, pero solo apretó la mandíbula con fuerza, sabiendo que no estaba lista para hablar y que él respetaba mi decisión.

El viaje fue silencioso, cómodo en su incomodidad, Olivia intentó hacerme reír un par de veces, y se lo agradecí, pero ni siquiera la noticia de su bebé había logrado que el nudo en mi pecho desapareciera.

Amaba a mi sobrino desde este momento, era una de las mejores sensaciones que he experimentado en mi vida, pero el vacío que sentía en mi interior se intensificaba porque realmente yo no quería sufrir, no quería volver a sentirme de esta manera por ningún otro hombre, pero a la vez, ansiaba todo lo que ellos tenían.

El vuelo se me hizo eterno, no solo por lo incomoda que estaba, sino también por los nervios que estaba sintiendo, llegaríamos a Denver con el tiempo suficiente para ir al hotel y prepararnos para la presentación de esta tarde, pero aun así me pase todo el vuelo repasando mi presentación, sería la primera presentación que daba de manera profesional, como un m*****o más en la junta directiva de la empresa.

El hotel estaba en el centro de la ciudad, justo a un lado del hotel estaba el bar perteneciente al hotel, agradecí mentalmente traer mi identificación falsa, así podre beber esta noche, necesitaba olvidarme de todo.

Entre a mi habitación y me di una ducha, me coloque un vestido azul que se ajustaba a cada curva de mi cuerpo, me maquille solo un poco y me coloque un saco sobre mi vestido dándole ese toque formal, mis tacones iban a juego con mi saco y mi cabello suelto, me gustaba como me miraba, pero por más que me miraba al espejo, no reconocía a la mujer que tenía enfrente, mis ojos ya no tenían el mismo brillo que antes, mi sonrisa era falsa, nada en mi era autentico en este momento y eso me dolía aún más, me dolía perderme a mí misma.

Tomé mi bolso y salí de mi habitación para encontrarme con mi hermano y Olivia en el vestíbulo del hotel donde ya me esperaban, nadie dijo nada durante el camino hacia el restaurante nos reuniríamos con el cliente.

El señor Thomson quiere construir un hotel a las afueras de Denver, pretende tener ese toque de elegancia y a la vez conservar ese lado ecológico característico de la zona, teníamos los planos, la propuesta y solo esperaba que a él le gustara.

Pero a pesar de mis nervios y mi poca experiencia, la presentación del proyecto fue un éxito, a pesar del cansancio emocional, me enfoqué, hablé con seguridad, mostré los avances con claridad, y el cliente no solo quedó impresionado, sino que pidió una segunda reunión.

Ethan estaba orgulloso, Olivia me abrazó como si supiera cuánto lo necesitaba y solo así, por unas horas, me sentí útil, valiosa.

Por unas horas, no pensé en Lucas, pero cuando llegó la noche y regresamos al hotel, la soledad volvió a colarse por mi cuerpo.

Ethan y Olivia decidieron quedarse en su habitación, cansados por el día, yo, en cambio, bajé al bar del hotel con la excusa de “despejarme un rato”

La verdad era que solo quería sentirme lejos de todo, necesitaba olvidarme de Lucas, al menos esta noche.

Pedí una copa de vino, luego otra, después fue tequila.

Y más tarde, ya no supe en qué orden iban las cosas, mi mente había dejado de procesar las cosas que me rodeaban en cuanto un chico me miro.

Estaba rodeado de varios chicos, al parecer formaba parte de algún club o algo por el estilo, pero solo uno me llamaba la atención, cabello castaño, ojos verdes, cuerpo trabajado, pero sin ser exagerado y una sonrisa de encanto.

Sus ojos conectaron con los míos y me sonrió, haciendo que el poco aire que tenía en mis pulmones desapareciera y que en mis labios se dibujara una pequeña sonrisa.

—Melo… —la voz de Ethan me hizo girar y que dejara de ver a ese chico, él estaba junto a mí, serio, incómodo y preocupado— No creo que debas seguir bebiendo, ven, vamos a tu habitación, ¿sí? — menciono y yo negué

—Estoy bien… Ethan, solo quiero quedarme aquí un poco más —le sonreí, aunque la sonrisa me temblaba.

Él suspiró, pasó una mano por su nuca y me miró con esos ojos de hermano mayor que siempre intentaban protegerme de todo, incluso de mí misma.

—Está bien, pasare por alto el hecho de que te estén dando alcohol siendo menor de edad, pero no tardes, si necesitas algo, me mandas un mensaje, ¿de acuerdo? — insistió y yo sentí

—Tengo 19 recuérdalo, Ethan, en México ya tengo la mayoría de edad— mencione y él sonrió

—Es una suerte que no estamos en México, no tardes Melo— sentencio y yo suspiré mientras lo vi alejarse.

Pensé que me seguiría insistiendo, pero no lo hizo, supongo que entendió que esta vez necesitaba tocar fondo sola.

No sabía que tanto había bebido a lo largo de estas horas, pero a cada momento sentía la intensidad de la mirada de ese chico sobre mí, y si era sincera, me gustaba demasiado que me mirara.

Él había comenzado a beber hace unas horas atrás, cuando nuevos amigos, quiero creer, se acercaron al grupo y comenzaron a pedir más rondas de tequila, cerveza y whisky, entre otras bebidas más, pero a diferencia de mí, la cual estaba segura de que ya me veía mal por lo borracha que me encontraba, él se veía jodidamente guapo.

Mi mente comenzó a dar muchas vueltas, los ojos comenzaron a pesarme, pero el recuerdo de Lucas con Alessia hizo que la presión en mi pecho aumentara y lo único que necesitaba ahora, era olvidarlo, él no podía seguir jodiendo mi vida de esta manera.

Mire una vez más a ese chico y no pude evitar sonreír, quería acercarme, ser valiente y atrevida como antes, pero no sabía si era mi corazón roto o su impresionante manera de verme, que simplemente me quede esperando a que él se acercara.

Cosa que no tardo en suceder, se alejó de sus amigos y camino directamente hacia mí, su forma de moverse me parecía casi hipnótica, me tenía cautivada y ni siquiera sabía porque, pero cuando se colocó frente a mí, mi corazón comenzó a latir con fuerza.

—¿Te molesto si me siento? —preguntó, con esa voz grave que no se esfuerza por impresionar, pero igual lo logra y mi corazón se vuelve frenético.

—Depende… —respondí, mirándolo con una sonrisa— ¿Eres de los que creen que pueden comprar una conversación con una copa? — No sabía porque resultaba tan sencillo hablar con el siendo un desconocido, pero el aquí estaba sonriéndome como si fuera lo mejor de esta noche.

—No, soy de los que creen que una conversación vale más que una copa, aunque… —miró mi vino— Si la copa ayuda, puedo intentarlo — Sonrió y no pude evitar reírme un poco y le indiqué que se sentara a mi lado, no estábamos demasiado cercas, pero tampoco lo suficientemente lejos, lo cual era bueno ya que por la intensidad de la música no me hubiera permitido escucharlo bien.

—¿Cómo te llamas? — pregunte y sus ojos fueron directamente a los míos, era como si quisiera encontrar segundas intenciones en mi pregunta, pero no había nada, solo curiosidad.

—Nicolas Preston — por alguna extraña razón su nombre hizo eco en mi mente y en una parte de mi corazón, era como si obtuviera algo que había anhelado durante años — ¿Tu cómo te llamas castaña mía? — pregunto llevando su cerveza a sus labios y yo sonreí por el apodo que me había dicho

—Melissa Anderson — sus ojos brillaron como si él hubiera sentido lo mismo que yo — ¿Te conozco de algún lado? — pregunte y él sonrió

—Yo a ti si, te conocí en un partido en Houston, justo en tu universidad, desde entonces no dejo de pensar en ti— sentí como mis mejillas se tornaban rojas, debe ser culpa del alcohol, debe ser eso, debí irme cuando Ethan me lo pidió.

—¿Castaña mía? — sonreí intentando alejar mis impulsos para acercarme más a él — ¿Le llamas así a todas las chicas que conoces? — pregunté y él sonrió llevando su mano a mi mejilla alejando un mechón de cabello de mi rostro, el calor de su piel era sin duda adictivo, porque cuando se alejó sentí un vacío en mi pecho

—Solo a la mujer que me está volviendo loco — aseguro y joder, desee que me besara, desee que esto no fuera por culpa del alcohol, porque los dos estábamos completamente fuera de nuestros sentidos.

Pero eso no nos impidió que siguiéramos hablando sobre nosotros, le conté de mi proyecto, él me contó de su contrato, parecíamos cercanos, la manera en que el acariciaba mis manos, la manera en que me miraba, era como si Nick hubiera conocido lo mejor de su mundo y eso me hizo acercarme más a él, a besarlo, a que el me regresara el beso con la misma intensidad, hasta que simplemente mi mente se desconectó.

A la mañana siguiente me desperté con un dolor de cabeza insoportable, a mi lado estaba un hombre acostado boca abajo, no mire su rostro, no me atreví a hacerlo, me sentía culpable por lo que había hecho y joder, no recordaba nada.

Me vestí rápidamente y tomé mi móvil y mis cosas antes de irme, era una idiota, pero más idiota era porque aún después de llegar a mi habitación, no podía dejar de pensar en él, en lo que hubiera pasado si no me hubiera dado un ataque de pánico y me hiciera prácticamente correr para alejarme de aquella habitación.

Mis impulsos me pedían regresar a esa habitación, hablar con él, saber, aunque sea su nombre, pero tenía tanta vergüenza que no me atrevía a mirarlo, ¿Cómo tomaría el hecho de que no recordaba nada de lo que paso?