Nicolas La ausencia de Melissa se sentía en cada momento de mi vida, había pasado una semana desde que tuvo que regresar a Houston y no he tenido la oportunidad de verla. Los entrenamientos están cada vez más intensos y mas porque cierto chico mimado, cree que, por tener influencias, puede dejar botados los entrenamientos. Así que he tenido que planificar nuevas jugadas y más rotaciones en el equipo, para evitar que Michael sea necesario en el partido, entre mas tiempo lo deje en la banca mejor. El miércoles por la mañana, desperté con el sonido de una notificación tras otra. Ni siquiera había salido el sol del todo. Tomé el teléfono con los ojos aún medio cerrados y lo primero que vi fue un mensaje de Matt, mi representante: «“No digas nada, mantente al margen, la marea bajará.”»

