Nicolas
El jardín se había quedado en calma.
Las voces de nuestras familias flotaban desde la casa, mezcladas con risas, cubiertos, y alguna canción suave que sonaba desde la cocina.
Pero aquí afuera, bajo el árbol donde solía columpiarme de niño, el tiempo se detenía.
Melissa estaba sentada a mi lado en el columpio, con las piernas cruzadas y las manos entrelazadas con las mías.
—Gracias por esto, Nick —dijo de pronto— Por traer a mi familia aquí… por hacerme sentir parte de algo más grande que todo este caos. — menciono con ternura
—Gracias a ti —respondí sin soltarla— Por estar aquí, por quedarte y por no dejar que el mundo nos rompa. — Ella bajó la mirada y su silencio cambió el aire que nos rodeaba
—Hay algo que necesito contarte —murmuró, apenas audible.
—Dime que te preocup
