15

1264 Words
—No temas, hermana. Ahora sabrás la verdad —recitó unas palabras en otro idioma y chasqueó los dedos. Si pensaba que lo que sentí hace un rato al saber que mis padres biológicos eran de otro mundo y estaban muertos, no sabía realmente la definición de dolor. Las imágenes llegaron una tras otra, los ogros en mi habitación, yo peleando con ellos, mi padre disparándoles para protegerme, él siendo atacado y muerto. Gritando ayuda para que alguien viniese y nos salvara, yo corriendo con mamá y llevándola en la camioneta a un hospital. Pero eso nunca pasó, porque ella murió antes. El dolor me recorre todo el cuerpo y estremece hasta las células, el palpitante miedo y tormento me hace caer de rodillas. Las fibras de mi ser gritan de un sufrimiento que no me deja respirar. Las pérdidas de unos padres en mis brazos y que fue mi culpa, me llena, no puedo perdonarme por esto. Yo nunca quise esto. —¿Por qué? —lloro. —¿Por qué ellos? —todo mi cuerpo se estremece con los llantos. El dolor es torturante. —Mia, como lo siento. Pensé que lo sabías, pero me di cuenta que él puso una magia en ti para que no recordaras. Fue así como llegó aquí. Te rastreo, solo te usó. —otra punzada. Le miro desde el suelo, viéndome lamentable, debió ser lo que quiso desde un inicio. Derrotada. Lo odio. —Te odio, Nesh. ¿Querías verme doblegada del dolor? ¿era eso? ¿sería más fácil de manipular? —escupo. Sus ojos se miran tristes, pero que bien actuaba. Era una basura. —Todavía te atreves a darme una mirada de lástima, que ruin has caído. —Mia, perdóname. Yo no quería que sufrieras. —su voz es más que mentiras. —Por eso borré tus recuerdos, estabas sufriendo mucho y eso me dolía a mí también. —era bueno con las palabras. —¿Y por eso le ocultaste sus recuerdos? No tenías ningún derecho, Slaanesh. Eran suyos, y no debiste inmiscuir en ellos. —siseó Alyssa. Ella tenía razón, eran míos, él no tenía por qué hacerme esto. —Siempre siendo egoísta. —¿Dónde estabas cuando necesitaba tu ayuda? —pregunté derrotada. —Grité tanto de dolor esa noche, pidiendo ayuda, pero nadie vino. —el dolor punza con cada palabra. —¿Solo me dejaste allí muriendo? —y la verdad me golpea. Fue lo que hizo, si no aquí no estuviéramos. Él nunca vino ayudarte. Su mirada lo dice todo. Sacudo la cabeza. —Lo siento, Mia. Por no llegar a tiempo. —dice derrotado. —No creeré en nada de lo que salga de tu boca, sucio Nesh. —mis manos temblaban cuando me levanto del suelo. —No puede hablarle así a mi príncipe —habló una voz que apenas y noté. Había un tipo de estatura media con ropas de guerrero a lado de Nesh. Fruncí el ceño. —¿Quién eres tú? —escupí despóticamente. —Jake, no hables. No es tu pelea. —lo jaló hacia atrás para que quedara fuera de mi vista. —Ni la tuya. —espeté. Me sequé las lágrimas. —Después de todo, cuando doy más siempre termino perdiendo. —le miro. —Pero eso se acabó. No dejaré que nadie me vuelva a pisotear nunca más. Nosotras haremos de un mundo nuevo, haré doblegar de dolor a cualquiera que se interponga en mi camino. —tomé la mano de mi hermana. —Juntas crearemos un poder infinito. El cielo y el infierno temblarán y se arrepentirán de no habernos matado cuando nacimos. Serais castigados por nosotras. Temblad a nuestro juicio. —siento el poder recorrer mi cuerpo y el de mi hermana. Juntas seremos imparables, ahora tenemos un objetivo en común. Matar a quien nos lastime y se interponga en nuestro camino. Vengar la muerte de nuestros padres y de mis padres mortales. —¡Mia! ¡cometes un error! —pero hago oídos sordos a las palabras de Nesh. El prado comienza a desmoronarse poco a poco, Alyssa está sorprendida por nuestra magia. Nos elevamos por encima de los suelos y veo como todo comienza a desaparecer hasta adentrarnos en un remolino de fuerza gravitacional. Empujo a Nesh fuera de este, no lo quiero en mi vista, y aunque me ha hecho daño, no se lo quiero hacer ahora. Hay sentimientos tontos dentro de mí por él, los oculto. Pero eso no significa que, si atenta contra mi hermana o nuestro propósito, no se lo perdonaré. —Juntas por siempre —la voz de Alyssa llegó a mis oídos. Le miré y sonreí. —Juntas por siempre, hermana. —el remolino cruzó hasta los cielos de los mortales, y entre todos los edificios, vi a la multitud mirando hacia nosotras. Cambié mi aspecto y me volví una idéntica pieza de Alyssa, ella sonrió. —Ahora si parecemos mellizas, Mia. —murmuró. —Ahora hagamos pagar a esas ratas por nuestro dolor —sonreí. Me moví en el aire para quedar frente a ella y conectamos las palmas abiertas sin tocarlas e invocamos nuestro poder. Reclamando a su legítimo dueño. —Venid a mí. —el aire se volvió espeso y nuestros cuerpos crearon una luz entre blanca y negra, rodeándonos haciéndose en una misma. Sentí mi espalda doler y grité hacia los cielos. El dolor era insoportable, pero logré controlarlo en mis manos. Después hubo una explosión que nos aventó por diferentes direcciones en el aire. Tratando de recomponerme, sacudí mi cabeza y busqué a Alyssa. Ella estaba suspendida en el aire y miré a su espalda. Ella era… —¡Mia! —gritó anonada. —¡Tu espalda! —miré por sobre mi hombro y encontré unas alas enormes y blancas sosteniéndome en el aire. ¿Pero qué había pasado? —¡Tú también! —grité señalando sus alas. Solo que la de ellas, eran negras. ¿por qué? Un recuerdo vago vino a mí, pero lo desestimé. Volé hasta llegar a ella. —¿Estás bien? —miré encima de su cuerpo, no estaba herida. —Estoy bien, Mia. ¿Y tú? —asiento con la cabeza. Estoy más que atónita por esto de las alas. Mi pecho comenzó a latir contra mis costillas, ahora éramos una misma pieza, y eso me angustió de una manera que no me gustó. —¿Qué ha sucedido? —no sabía lo que realmente había ocurrido, pero estaba segura de que esto era una revelación más de nuestro infinito poder. —Creo que es el poder de nuestro padre siendo despertado en ti. —fruncí el ceño. —¿A qué te refieres? —ella sonrió. —El poder de nuestra madre despertó cuando ascendí con un león. Esa era su animal. Y lo compartí contigo. —dice —Y ahora el poder de nuestro padre ha despertado en ti, y lo compartiste conmigo. Por eso tenemos estas alas, él era un ángel de la muerte ¿lo recuerdas? —no puede ser. Hemos despertado la totalidad de nuestros poderes. A eso se refería Dylan en que tenía que encontrar mi verdadera magia. Siempre fue la de mi padre, y la de Alyssa fue la de mi madre, por eso ella se parecía tanto a nuestra madre. Y yo a mi padre. —¿Sabes lo que eso significa? —pregunté. Sus labios se curvaron en una sonrisa. —El Caos está aquí. —nuestras manos se entrelazaron y volamos hacia arriba, después vinieron los gritos.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD