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1490 Words
NESH Khorne me dijo que podía rastrearla con la magia que usé antes en ella. Es como un camino brillante delante de mis ojos y me dio un poco de su magia para que pudiera verla. El problema es que está en un espacio-tiempo, construido por ella misma ¿cómo lo ha hecho? no imagino que su magia pudiera ser despertada ahora, todavía no está preparada para manejarla. Me apresuro para subir, será algo difícil pero no imposible. Estoy dispuesto a convertirla en mi princesa, sé que ella logró sentir nuestra conexión antes, sé que está en algún lado. Ella me quiere, y yo a ella. —¿Estás seguro de esto? —la voz de Jake llega a mis oídos. Es uno de mis guardias personales, lo he traído por si al caso Alyssa ofrece pelear, yo necesitaba encargarme de mi princesa. No iba a lastimarla, pero quería que me escuchara. —No, pero se me han acabado las opciones —replico. Jake era uno de los pocos con los que mantenía una conversación informal. Ha pasado siglos conmigo, y sabe escuchar. —No presiento nada bueno de esto —dice. Comienza a irritarme. —¿Y yo sí? —hablo con los dientes apretados, se da cuenta de lo irritado que estoy, así que se aleja un poco de mí sonriendo tímidamente. Así está mejor. Es un camino largo de recorrer en el tiempo, porque tanto el mundo mortal como el de magia están incluidos en este. ¿Por qué me la pones tan difícil, Mia? Después de lo que son horas o días, no lo sé, la verdad. Encuentro la entrada y aunque es difícil atravesarla, lo logro con mi magia, porque después de todo soy el Dios del caos y poseo una magia poderosa. Mia apenas está aprendiendo a utilizarla y no la ha reforzado. Y por lo que veo, es débil la protección. Cuando estoy dentro, veo un prado demasiado lindo. Obra de Mia, sonrío. Así es ella. —Wow ¿dónde estamos? —Jake está perplejo ante la inmensidad del prado y su belleza. Hay una cabaña y un manzano, con bancas y flores cerca, también hay mariposas y pájaros volando. —En el espacio creado por mi princesa. —su cabeza se da vuelta como muñeco. —¿Su princesa? ¿la ha encontrado? —asiento con la cabeza. —Solo que se me ha perdido y por eso he venido a buscarla. —Ah. Revuelo los ojos y comienzo a caminar para buscarla. —¡Princesa! —escucho gritar a Jake. Le cubro la boca. Sus ojos me miran desorbitados. —¿Qué estás haciendo? —Si Mia lo escuchó podría venir a sacarnos antes de que le dé una explicación. —Nunca te dije que gritaras. Ella podría matarnos. —está asustado. Destapo su boca. —Pero usted vino a buscarla ¿cómo la vamos a encontrar? —Si, lo sé. Pero no le gusta que le digan princesa, además no quiero asustarla. Ella no sabe que estamos aquí —explico y vuelvo a caminar. —Así que no intentes nada estúpido, porque seré yo quien te mate y no ella. —espeto. —Está bien. —vuelve a su camino cabeza baja. —Mira al frente, si la ves me dices. —levanta su cabeza como soldado, sonrío. Jake no me termina de sorprender. Después de caminar tanto que me duelen las piernas. Jake se tira a la hierba para descansar, me doy por rendido tirándome a su lado. No debe estar aquí. Debió haber bajado a la tierra. —¿Crees que esté aquí? No hemos encontrado nada. —pregunta Jake. —El prado es inmenso —respondo. —o debe estar en la tierra. —¿En la tierra? —sus ojos se abren con entendimiento. —¿Su princesa es una mortal? —escupe, asiento con la cabeza. —Entonces ella mori…—no lo dejo que termine la frase. —¡Cállate! Eso no sucederá —me enfado y no voy a explicarle a un sirviente lo que es mi princesa. Podría expandirlo y decirles a los demás demonios en nuestro reino y eso sería un problema porque entonces, querrían matarla por amenazar su existencia y eso nunca lo voy a permitir. Un círculo de fuego se extiende a nuestro alrededor. —¿Qué está pasando, príncipe? —el miedo habló por Jake. Me levanté de la hierba. Entonces la vi. Mia, mi princesa estaba mirándome con sumo desprecio y su hermana de igual forma a su lado. —¿Cómo entraste? —pregunta. —Tengo mis métodos, princesa —chasqueo la lengua mientras le guiño. Pone los ojos en blanco. —¿Qué haces aquí? —sus ojos están rojos, debió haber estado llorando. Miro a su hermana. Y me doy cuenta de la verdad. —¿Ella lo sabe? —dirijo mi pregunta a Alyssa. Sus ojos se oscurecen. —¿Saber qué? —Mia mira a su hermana. —¿Alyssa? —escupo con frialdad. —¿Ella lo sabe? El circulo va perdiendo fuerza, así que lo apago con mi magia. Mia me mira atónita y asustada a la vez. —¿Nesh que has hecho? —siento un nudo en mi garganta. —No te haré daño, nunca lo haría. Solo he venido a hablar contigo. —intenté acercarme a ella, pero retrocedió. —Mi príncipe ¿Qué sucede? —Jake, no era momento. —¡No te acerques a Mia! —bramó su hermana. —Si das un paso más, vas a morir por mis manos. —le lancé una mirada retadora. Ella sonrió. —Inténtalo. —¡Paren! —gritó Mia. —¿Qué está sucediendo aquí? ¿Desde cuándo se conocen? —en su mente pude ver varias de sus preguntas formularse, pero no iba a expiar dentro. Ella iba a odiarme más. Alyssa la miró y todo cambió, pude ver la farsa en ella. —Ahora entiendo como llegaste aquí. —sonríe. —¿Fue la magia de Khorne? Porque la tuya no es rival para la suya ¿o me equivoco? Sigues siendo el mismo bebé de hace años. —caminó hasta ponerse enfrente de ella, como si la estuviera protegiendo de mí. —No puedo creer que le hayas mentido de esa forma a mi hermana. —Yo solo estaba protegiéndola de la verdad que iba a destrozarla. —Ella necesitaba saber quién era. Y tú se lo ocultaste. —Entonces lo sabía. Le había contado sobre su origen. Maldita bruja. Pero…—haberte metido en su vida con descaro y mentirle en su cara, veo que los demonios no tienen vergüenza. Bueno ¿qué demonio la tiene? —bufa. —¿Qué intentas hacer, Alyssa? —espeto. —Solo queremos justicia, Slaanesh. Mi hermana y yo, hemos sufrido toda la vida por un error que no cometimos. —intento encontrar la mirada de Mia, pero Alyssa me lo impide. Aprieto los dientes. —A Mia le han traicionado tantas veces las personas que quiere, y le han arrebatado lo único que tenía. —se gira hacia su hermana. —Mia, cuanto lo siento. Creí que lo sabías —su voz es triste y lamentable. Que buena mentirosa es. —¿A qué te refieres Alyssa? —sentí mi pecho oprimirse, y mi respiración se atascó. —Príncipe, ¿está bien? —pregunta Jake. Asiento con la cabeza. —Alyssa —sisee. —Deja tus juegos de una vez. —Slaanesh, te ha estado ocultando algo todo este tiempo. —un nudo se formó en mi garganta. —Algo que nunca debió hacer. Usó su magia para borrar tus recuerdos y así quedarse contigo. Te usó, Mia. Él te ha estado usando todo este tiempo. —Mia, no la escuches. Por favor. —¿Pides por favor? —se burla. —Y cuando mi hermana gritó por ayuda ¿por qué no viniste? Cuando ella gritó de dolor ¿Dónde estabas? Dime, príncipe. ¿Dónde estuviste todo ese tiempo que ella luchaba con los ogros en casa de sus padres sola? —aprieto los dientes. Miro a Mia, sus ojos se agrandan con horror. Hago una mueca, porque será doloroso. Malditamente un infierno para ella. —Dices que es tu princesa, pero no fuiste a su rescate cuando ella pidió ayuda. —mi cuerpo se estremece. —Lo siento, Mia —encuentro su mirada y soy derrotado. —Nesh…—murmura Mia con lamento. —¿Qué has hecho? Y lo supe entonces, el dolor que sentía ahora mismo, no era mío. Era de Mia, era el dolor que se siente cuando amas a alguien y lo ves sufrir. Yo estaba haciéndola sufrir, y me dolía ver que yo había ocasionado ese agujero en su corazón. Por primera vez en siglos, una lágrima se deslizó por mi mejilla. Y Mia lo había provocado. Estaba perdido.
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