Capítulo 4
Ximena
Ya estando en la habitación que nos tocó a Emma y a mí, nos dimos cuenta de que esta era una de lujo y qué lujo. Seguramente el amigo de Emma las escogió de esta manera para nosotras y me pregunto que tantas cosas le habrá hecho esta mujer para ganarse semejante privilegio. Yo me había quedado con la que no tenía baño y Emma con la que sí, pero eso no me importa porque la mía tenía una vista increíble del mar gracias al pequeño balcón de esta. Balcón que obviamente usaría en el momento justo en el que quisiera aclarar mis ideas, puesto que un poco de calma no le hace mal a nadie.
- ¿Por qué no nos cambiamos y vamos a la cubierta del barco un rato? Sería bueno coger un poco de sol para broncearnos y de este modo de paso, también vamos a conocer qué tantos hombres sexys hay en este sitio _ mencionó mi amiga tirándose encima de mi cama.
_ ¿Emma, acabamos de llegar y tú ya quieres ver que cae en tu red? _ pregunto divertida – Temo que te estés convirtiendo en una ninfómana.
_ Ja, ja que buen chiste – dice esta lanzándome una almohada – El hecho que me guste el sexo no significa que sea una ninfómana, pero lo que si es verdad es que quiero ver qué hay de bueno en este barco. Hacer un estudio de mercado no está de más, además; así hacemos uso las clases que nos dieron en la escuela.
Me rio a carcajadas por las terribles ocurrencias que tiene esta mujer y después la miro risueña.
_ Bueno, está bien – digo al fin - Algo bueno tiene que haber por aquí, vamos a ver di aparece tu próxima víctima. Solamente debo advertirte que yo no entro en tus planes; así que tomo un poco de sol y ya.
_ Pues no se diga más y entonces vamos a cambiarnos, ya necesito a alguien que me baje este fuego uterino que me come por dentro. Necesito cabalgar a un buen semental.
_ Está bien, vámonos de casería para ti. Ojalá y aparezca un hombre que te haga entrar en cintura.
_ Lamento decirte que todavía no existe ese tal hombre, pero como ahora tú y yo estamos hablando el mismo idioma, mejor vámonos _ dijo Emma saltando fuera de la cama.
Luego de reír como idiotas las dos, voy hacia mi maleta y saco un hermoso bikini blanco de dos piezas. El cual se ajustaba perfectamente a mi cuerpo y me daba un toque sexy que me encantaba, además; no es por nada, pero gracias a los genes de mi madre no estoy nada mal.
Para adornar el hermoso biquini que llevaba, me pongo alrededor del cuerpo un paredo de color n***o transparente y tomo mi bolso playero para esperar a Emma junto a la puerta. Así que una vez esta salió con su hermoso bikini rojo, del mismo color de su cabello, el cual le hacía resaltar su hermosa piel. Abro la puerta y ambas salimos.
_ ¡Te lo dije! Ves que hicimos muy bien en comprar ropa nueva, menos mal escogimos estos espectaculares trajes de baño. Todo el mundo nos mira y hasta las mujeres nos envidian – dice Emma mientras avanzamos por el corredor.
_ Creo que tiene razón. Debo admitir que está bien, me encanta este bikini y más me encanta que se detengan a mirarme. Eso me hace sentir súper cómoda y sexy – digo con una sonrisa.
_ Esa es la actitud, mi querida amiga. Una mujer empoderada vale por mucho, sobre unas tan buenas como nosotras.
Le pego un empujón a Emma y esta comienza a reírse, a veces quisiera matarla curándose pone en modo diva. Sin embargo; la adoro con todo y su locura.
Cuando salimos del camarote, fuimos directamente hacia la parte de la piscina y cuando llegamos ahí. Esa parte de la piscina del barco estaba bastante llena, por lo que nos acostamos en unas tumbonas a tomar el sol. Justo por delante de nosotras pasaban todo tipo de prospectos, desde el mejor, hasta el que estaba en términos medios, y me atrevía a pensar que todas las personas de este barco han comenzado su cacería.
_ ¡Ximena! – exclama Emma mi nombre por lo bajo - Aún no te has quitado el anillo de tu dedo _ me dice y rápidamente me veo ese lugar de la mano.
¡Por dios! Era verdad, se me había olvidado por completo quitarme el anillo antes de subir; algo que se debe a la costumbre. Así que sin que nadie me viera, saco el anillo y lo guardo en el fondo de mi bolso. Estoy segura de que si alguien se hubiese dado cuenta de que yo soy la única casada en este barco, la noticia volaría más rápido que el viento. Eso contando de que yo sea la única casada, cosa que dudo bastante; ya que hoy por hoy ya no quedan muchas personas fieles.
_ Menos mal que te diste cuenta, no quiero pasar como una infiltrada en este barco. Detestaría ser la comidilla de todos.
Digo para hacer un chiste sobre esto y al parecer lo logré porque le saqué una buena carcajada a loca de mi amiga.
Una vez el barco por fin zarpó y ya estábamos rumbo a mar abierto, la brisa fresca se sentía en nuestra piel de una manera increíble. Refrescando así lo que el sol bronceaba.
_ Dime algo, Ximena. Si en este viaje te encuentras con algún buen mozo, uno de esos que te roba el aliento y te moja las bragas de solo verte a los ojos ¿Serías capaz de ponerle los cuernos a tu marido? ¿Engañarías a Gabriel?_ al escuchar la pregunta de Emma, me imagino exactamente eso y para contestar bajo un poco mis gafas; quería mirarla los ojos.
_ A decir verdad; no sé que decirte, estoy indecisa Emma. Lo que si sé, es que si eso llegara a pasar; la persona que deje estar entre mis piernas tiene que ser mucho mejor de lo que es Gabriel. No me voy a revolcar con cualquiera.
_ ¡A bueno, amiga! Estoy segura de que mejor que Gabriel hay muchos hombres, es solo encontrar a ese tal hombre y asegurarnos de que sea tu media naranja – dijo esta con cara picara.
No sé si estoy haciendo lo correcto, pero que puede ser que no sea.