Capitulo 3

4820 Words
Melissa Williams... Era cierto que todo en mi alrededor era tóxico y peligroso pero he aprendido desde hace ya un año que mientras más intentas alejar a las personas de tu entorno las personas querrán entrar de igual forma aún existan avisos en la universidad, aún cuando seas la persona más grosera y déspota que existe, aún cuando los amenaces ellos siempre querrán saber más de ti; ya sea alentados por la curiosidad o el hecho de saber que eres peligroso o tan solo escuchar que no te debes acercar a mí, las personas siempre terminan mezclándose en este mundo. Es por eso tan solo les doy poca importancia, es por eso que los acepto luego de darle una advertencia aunque muchas veces funciona otras veces el final de ellos terminan en un silencio eterno, en una desaparición repentina y en el mejor de los casos termina convirtiéndose en un monstruo si ningún retorno; la buena noticia es que gracias a esa fama que corre en los pasillos y parte de la cuidad las personas terminan aceptando la savia decisión de alejarse o a escuchar a las múltiples advertencia. Aunque aún existe personas lo bastante estúpidas para ignorar dichas señales la realidad es que la mayoría prefiere evitarse un dolor exhaustivo. Aunque muchos tienen la suerte de tener esas advertencia otros no eligen este camino, no eligen ser unos monstruo, no eligen a ellos los eligen y los llevan al mismísimo infierno, les quitan todo hasta no quedar ni un solo rastro de humanidad, sin piedad o remordimiento; aprendes y vez toda la maldad y un poco más de la que existe quedando así tan solo un ser que respira pero no siente ¿porque no intentas salir de ahí? He escuchado dos veces esa misma pregunta y mi respuesta ha sido reírme, reír de aquel ser tan ingenuo lleno de esperanza pero en realidad no me río de ellos sino de la situación porque ambos murieron por tan solo “intentar” aunque cada una de mis muertes hacen una visita diaria en mi subconsciente, la verdad es que tan solo una muerte es la que me persigue y me perseguirá hasta el resto de mis días. Intertarlo es la muerte segura pero no solo la tuya sino de aquella persona en tu vida la cual iría al mismo infierno por ella, la muerte de esa persona que amas infinitamente; te tocan tu fibra más sensible, tu punto más débil para luego torturarte y al final terminas siendo tan solo un muerto viviente. Escuchar heavy metal es un poco tormentoso para mí pero es preferible escuchar un vocalista que aparece estar endemoniado que escuchar los gemidos de la habitación de al lado, no es la primera vez ya me acostumbré a ver tantos p***s o escuchar gemidos que solo al llegar enciendo el sonido y subo el volumen; otro motivo que me escucho heavy metal es porque a Sandra la mujer que comparte casa conmigo odia los sonido fuertes y termina maldicien mis próximas generaciones. Luego de terminar mis clases voy aún bar o en ocasiones termino en alguna fiesta o en cualquier lugar que no sea mi casa para evitar tener que lidiar con esa puta engreída. Casi toda mi vida he sido una persona muy solitaria tanto así que soy feliz cuando tengo que buscar algún tipo de droga o plantar cualquier evidencia en una escena del crimen o algún otro trabajo, no lo hago por dinero. - ¡MALDITA SEAS BRUJA! - escucho la voz de Sandra acompañado de unos golpes en la puerta, se escucha muy poco por el volumen de Slipknot en el equipo de sonido - ¡BAJA EL VOLUMEN A ESA MIERDA. Eso para mí es música para mis oído y lo que logra es una sonrisa de satisfacción mientras los acordes del rock aún suenan, estuve apunto de subir más volumen cuando la puerta se abre y detrás de esta aparece una muy conocida señora mayor con cabellos plateados envueltos en rollos; su cara de enojo aunque no es mis favoritas porque la verdad poco me importa me termina dando una satisfacción máxima. Coloca sus manos en jarras con una mirada de advertencia, su bata rosa con manchas rojas que deben ser de salsa de tomate son lo primero de detallé; era tez baja y estatura muy baja con unos kilos de más. Su cara aunque inspira ternura en realidad es una buena fachada para manipular todo aquel que toque su puerta. Aunque sé que no puede hacer nada en mi contra termino cediendo a su mirada asesina, me levanto de la cama y apagó el estéreo. No dice nada solo me mira con su cara regordeta y su mirada verde aceituna aunque si escucho un sin fin de maldiciones e insultos desde la sala, no es la primera vez que lo hace y quizás no será la última porque es lo único que Sandra podría hacerme, desde hace mucho años que dejó de lastimarme y pisotearme, exactamente cuando aprendí a defenderme y cuando aprendí a disparar aunque también sé y ellas también lo saben que si llego a matarlas eso traerá consecuencias, no porque sean alguien especial sino porque aunque no trabajan para la organización son ellas quienes los mantiene informado de cada uno de mis pasos. - por dios niña a mi también me empiezas a perturbar - dijo la anciana con su voz llena de ternura que si no supiera quién es en realidad sentiría algún tipo de cariño - no existe el día que en esta casa exista un poco de tranquilidad. - si la hay - escucho decir a Sandra - cuando esa loca no está Escucho como la anciana respira profundo antes de ehalar todo el aire de mala gana, coloca sus manos en jarras y cierra sus ojos. Dolores es la madre de Sandra aunque se dice que ese no es su verdadero nombre todos la conocen así, aún cuando me fugue del orfanato con tan solo cinco años y medio, deambule por las calles como alma en pena hasta que un día ví como tres niños robaban a una pareja en un parque; no parecían mal vestido e incluso pudo ver qué sus zapatos eran nuevos. Pero mientras un niño distraía a la parejas otros dos les sacaba sus pertenencias con mucho cuidado y en silencio, trabajaban en sincronía y bastante ágiles. Me quedé un rato mirando hasta que uno de los que sacaba sus pertenencias le hizo una seña y el que los distrajo se despedía de ellos, fue bastante sorprendente que fui de tras de esos tras y les pedí que me enseñaran a robar. La respuesta de ellos fue que no estaban robando era trabajo porque con eso comían y vivían y por ende era trabajo, eran dos niños y una niña todos mayores que yo quizás dos o tres años más de lo que yo tenia pero aún así me aceptaron en el grupo y me enseñaron todo lo que ellos hacían poco recuerdos sus nombres tan solo dos porque ambos marcaron un inicio de ciertos traumas como lo dices los cientos de psicólogo que intentan aún ayudarme. Elena se llamaba la niña rubia ojos cafés quien me enseñó el arte del engaño, ultilizaba su cara de angel para hipnotizar a las víctimas de robo y luego está Allan quien me enseñó a como elegir a quien robar como, cuando y donde; cuál sería el momento justo al ser el mayor casi tener los 9 años el engaño no era lo suyo para ese entonces pero era un niño de estrategia. Estuve robando con ellos por cinco meses y ya había perfeccionado como engañar y a quien engañar, no lo ví malo aunque en el orfanato me enseñaron que era malo. Que era pecado y que va contra las reglas de un máximo ser supremo pero todo eso me pereció me tira cuando una tarde nublada por las nubes grises Allan tuvo la idea de robarle a un hombre de traje blanco situado en un restaurante sentado a las afuera de este, a simple vista se notaba que era rico y poderoso aunque no sabía exactamente que significaba eso pero una vez ejecutamos el plan todos no salió perfecto y corrimos hasta unas calles más abajo, dónde se situba un edificio en mal estado. Estábamos celebrando por la cantidad de billetes que había es tan solo esa billetera, pero la alegría no duró mucho porque un par de horas después tres hombres grandes nos acorralaron y bruscamente nos tomaron de los hombros; por primera vez en toda mi vida sentí el terror de verdad. Esa noche conocí la maldad, esa noche conocí el infierno luego de esa noche a Allan y a mi nos llevaron algun tipo de sótano y estuvimos tres días tan solo bebiendo agua, hasta que el cuarto día me llevaron aquel orfanato donde yo había escapado y cuando pensé que todo iba a mejorar, cuando pensé que todo había pasado la realidad me golpeó sin piedad. Me había adoptado una pelirroja con pecas de tez blanca y un hombre alto y moreno de cabello n***o; dos días después me dijo que su nombre era Sandra y su madre la conocían por dolores. A partir de ese momento los golpes y humillaciones empezaron pero mientras eso pasaba dos hombres y una mujer me entrenaban, me obligaban a estar presente en torturas y masacres; mientras que en la casa me obligaban a ser una esclava y mantener todo limpio los de la organización me entrenaban para ser una mercenaria, un ser sin piedad. - ¿me estás escuchando? - volví a escuchar la voz de dolores sacándome de mis recuerdos. Aún mantiene su posición aunque ahora está dentro de mi habitación. - no me interesa - respondí mientras miraba la hora en mi celular. No miré a la anciana tan solo me coloque mi botas - si no quieres escuchar mi música entonces dile a tu hija que mientras se coje a uno de sus clientes baje la voz. Estaba acostumbrada a escucharlos desde que tenía 6 años cuando incluso Sandra me obligaba a limpiar su cuarto y gracias al cielo que tenían lavadora porque también lavaba su ropa, aunque dolores me enseñó a cocinar, lavar limpiar con muchos golpes en cierta parte le estoy agradecida. Sandra no sabe cocinar en absoluto y eso de por sí es malo para ella. - De alguna manera tenemos que ganarnos la vida Melissa - escuche a dolores replicar. - creo que te dan un buen billete por mantenerlos informados de todo lo que hago y eso sin mencionar lo que te pago solo por tener mis cosas aquí Escucho como balbucea sin darle tanta importancia cuando sé exactamente cuánto le dan por información pero no es de las mujeres que le gusta compartir y más cuando se trata de dinero, es una mujer con bastante avaricia que sin importar que Sandra sea su hija lo que a ella le importa es el dinero. Sin embargo no está dispuesta a compartilo y mucho menos a renunciar al poco ingreso que entra gracias a su hija quien gracias a su madre termino como prostituta en un bar de mala muerte dónde ni dios sería capaz de entrar, un lugar gobernado por un hombre tan sádico y perverso como el mismo diablo. - no me interesa dolores - respondo cuando escucho que no deja de balbucear excusas tomando mi bolso y meto el teléfono en el bolsillo de mis pantalones. Al girar y mirarla sigue parada en mi habitación - tengo trabajo está noche. Paso aún lado de ella y salgo de aquellas cuatro paredes, la casa es grande a pesar de vivir un barrio bastante peligroso; al llegar a la sala a mis fosas nasales llega un olor a nicotina y escucho el sonido de la televisión. Giro a esa dirección encontrando aquella puta con los pies sobre la mesita de enfrente y un cigarro en su mano, no perdí mi tiempo porque tan solo faltaba veinte minutos para llegar al lugar. Saque las llaves de mi moto y sin perder tanto tiempo la encendí y tan solo escuchar el motor rugir aceleré ya con mi casco puesto sin mirar atrás. ++++ El lugar estaba en penumbras con tan solo la luz de un faro eléctrico enredado en un montón de cables y lo único que se escucha en el lugar es el sonido de algún animal entre el monte detrás de mí, el camino para llegar era bastante angosto pero venir aqui no fué problema para mí. El galpón estaba en un terreno gigante con mucho metros de estacionamiento envuelto en pasto y basura olvidada a simple vista parece un supermercado abandonado por lo años; aunque conozco perfectamente este lugar la sensación de ahogo a un no se va, atravieso esos varios metros con mi moto sin problema y al llegar apagó la moto después de quitarme el casco. Hasta ahora puedo notar la fría noche y acompañada de una luna redonda que gracias a ella todo a mi alrededor tiene más claridad, al bajarme de la moto miro a la cámara de vigilancia en un rincón de la pared. Casi de inmediato la puerta gris frente a mi a un par de metros se abre, dejo el casco en la moto y entro como todas la veces que tengo que venir; el olor a humedad y a óxido llega a mis fosas nasales, la escasa luz de los faroles viejo en todo el ancho lugar ilumina el lugar vacío además de la luz de la luna que atraviesan por los angostos ventanales los cuales algunos están rotos y otros sucios. Cuando terminó de avanzar más mi sorpresa es mayor cuando veo a casi todos en el centro del lugar haciendo un círculo entre ellos. Por la poca luz no lo puedo diferenciar a todos pero un vez dentro de círculo puedo ver mejor sus caras, no están todos aunque no sé cuántos somos los que trabajamos en esto incluso hay personas que nunca he visto en mi vida, entre ellos se encuentra Allan quien está fumando sin dejar de mirarme, no dice nada aunque con la mirada avisa que tendremos una charla lo más entretenida. - De acuerdo, ya son las 8 en punto - dice un hombre calvo lleno de tatuajes en sus brazos. No es tan alto pero su ancha espalda lo hace ver intimidante, su barba arreglada en forma de un candado y el cuchillo en su mano con el cual está jugando - el que no llegó a tiempo tendrá escarmiento. -¿trabajo grande? - pregunta un chico escuálido quien tiene un piercing en un ceja - pronto, hemos tenido conflicto la mafia de las Vegas y pandillas del norte - dice el calvo mejor conocido como Torero, da un paso adelante mirando a cada uno de nosotros - estos últimos días también hemos tenido problemas con el cargamento y algunos negocios; hasta ahora mantuvimos perfil bajo. Sin embargo, encontramos a un agente infiltrado otra vez. Un par de murmullos se escuchó en el lugar y Torero tuvo que mandar a callarlos alzando la voz, el calvo se decía que era la mano derecha de dueño de la mafia y aunque nunca nadie le ha visto por estos lares Allan y yo tuvimos la desgracia de conocerlo. Torero ha sido fiel servidor del jefe mejor conocido como Barbatos pocos lo han visto pero la mayoría han escuchado de sus torturas y su forma tan sádica de matarlos lenta y dolorosamente; Torero proviene de España y por eso su apodo además de su obsesión por la sangre y las ansias a la hora de torturar a alguien, así como algunos estamos en ese mundo atrapados otros como el calvo frente a mí están por placer, quieren y anhelan estar aquí y otros pocos quieren el puesto de el Torero. - Infiltrados de otras mafias? - pregunta el chico de piercing. - Infiltrados de la policía - responde sin dejar de mirarlo - son federales. - ¿que debemos hacer? - pregunta una chica de pelo corto estilo Bob quien está cruzada de brazos - supongo que ya saben quién es. - no sabemos cuántos son - responde torero - Descubrimos a uno pero murió mientras intentamos sacarle información, lo único que sabemos es que son varios. Así que si antes confiaban en alguien ahora es lo último que harán y si en algún caso nos descubren por algunos de ustedes ya sabe que pasará; así que mantenganse atentos. Ya en una ocasión la CIA infiltró a varios agentes a la mafia, recuerdo ese momento al igual de cuando allanaron varias propiedades. Aunque no somos parte de esta mafia directamente si ellos se caen todos lo hará, por suerte o desgracia nos avisaron temprano de dicho operativo y a última hora nos dijeron para trasladar toda la mercancía a los bunkers. Esa fue la primera vez que trabaje bajo presión en plena noche de invierno sin poder comer o dormir, luego de eso a los dos días me llamaron a mi y a la chica pelirroja quien me mira con cara de odiarme, se había creado una masacre entre los federales y varios miembros de la mafia así que era necesario desaparecer los cuerpo y limpiar toda evidencia. Luego llegó la guerra entre la mafia italiana contra las Chicago, esto se volvió un un desastre tenían por un lado a los rusos y por otro lado los federales pisando los talones; un mes después descubrí días después descubrí porque empezó la guerra. - Ellen y Melissa tienen trabajo que hacer - escuché decir a el calvo quien se paró frente a mi haciendo un movimiento circular con su mano mientras sostiene su navaja - Hay un cargamento que llega desde México, llegará en dos días. Ellen era la peliroja con cara de aburrimiento, llegó a este lugar engañada por quién era en ese entonces su novio; la había engañado diciéndole que había una fiesta a cinco minutos de Oklahoma lo cual ella accedió pero la fiesta era solo para miembros de las mafias más buscadas. Cuando la vieron le dieron la oportunidad entrar en la organización o morir torturada por todos los hombres de la mafia, ella aceptó pero como todos aquí para ser parte de nosotros tienes que matar a alguien "el perdón a cambio de una vida". Recuerdo que le dieron un cuchillo o pistola, la sopresa fue grande cuando tomo el cuchillo y dejándose llevar quizás por la rabia apuñaló tantas veces a el chico tuvo que ser detenida por los hombres de Barbatos. - Tienes que ver al patrón mañana a primera hora - dijo el calvo señalando con su navaja. Sus ojos estaba fijos en los míos así que tan solo asentí con la cabeza metiendo así mis manos en los bolsillos de mi chaqueta de cuero. - todo tiene que estar listo para la llegada de la mercancía, no quiero errores y mantengan perfil bajo. Eso es todo. Y así sin más se alejo hacia la salida seguido de dos escoltas que hasta ahora me doy cuenta de su presencia, minutos después varios empezaron a salir del lugar tan solo quedamos la peliroja, Allan dos chicos más además de mí. - ¿sabes si la mercancía son galletas de la suerte? - pregunta la peliroja. Aquella droga era algo nuevo aunque nunca la he probado pero pocos pueden resistirla, fui yo y otros dos miembros de la mafia quienes empezamos a distribuirla pero necesitábamos consumidores fáciles de atraer así que empezamos a distribuirla en la preparatoria, fue una estrategia bastante inteligente; no se le vendía a cualquiera. Tenía que tener ciertos problemas para poder venderles esos eran los compradores prometedores. - no lo se, trabajo es trabajo. - dije encogiendo mis hombros - mañana en el bar de Mateo. Ellen asiente con la cabeza y también se va junto con lo dos otros chicos aparentemente de la preparatoria. - Esto está raro - dijo Allan a mi lado captando mi atención - nunca dejan morir a nadie sin saberlo todo. - no sería la primera vez que nos mienten. - ¿alguna idea de por que te quiere ver Barbatos? - pregunta al tiempo que saca la caja de cigarros y me tiende uno. - niego con la cabeza - El jefe se deja ver muy poco tiene que ser algo importante. - no lo se Allan pero no tendré que tomar la clase de matemáticas así que no me interesa porque me llamo Barbatos. Eso me hizo recordar en el nuevo profesor que por alguna razón no dejo de sentir desconfianza no parece ser un profesor, no me importa en lo más mínimo su existencia pero solo espero que esté mal presentimiento de el no me dé problemas. No necesito a nadie que me termine de hundir, y tampoco quiero arrastrar a nadie a esto. - ¿estás pensando en el profesor? - pregunta Allan encendiendo su cigarro. Le da una calada inclinado su cabeza levemente hacia atrás. Era muy apuesto aunque tan solo tenía veinticinco años su apariencia era de un hombre peligroso, su altura de un metro ochenta junto a su espalda ancha y brazos trabajados por las horas de entrenamiento lo hacen ver tentador debajo de esa camisa negra ajustada a su ancho pecho; de la camisa sobresalían los tatuajes de sus brazos - ¿o estás pensando en mi? Se acerca un poco más quedando tan cerca que su aliento y el mío se mezclan de inmediato percibo la nicotina; a pesar de la poca luz que entra en el lugar puedo ver la mitad de su rostro iluminado por la luz de la luna. - a mi tampoco me da buena espina ese profesor nuevo - habla casi susurrando tan cerca de mi que sus labios rozan con los míos, algo dentro de mi se despierta, pequeñas descargas de corriente en todo mi cuerpo hasta calentar mi entrepierna. - pero por ahora solo quiero saber cómo estás. - estoy bien - me encojo de hombros restándole importancia. mis ojos viajan hacia sus labios que sostienen el cigarro por un segundo antes de inhalar la nicotina. - ¿Dereck te dejo cansada? - pregunta para luego expulsar el humo en mi rostro de manera tan sensual que intento no lanzarme a sus brazos como una desesperada. El sexo con Dereck era bueno tanto que repetí varias veces pero con Allan era mucho más que bueno, mucho mas que excelente y no porque sienta algún tipo de amor. Lo quiero y mucho por los años de amistad y los tantos otros años de aventuras y sufrimiento; es la única persona que sabe tanto de mi e incluso me conoce lo suficiente para saber que pienso ahora mismo y conozco tanto de el que podría recordárselo en caso que se le olvide, ha cambiado tanto desde que tan solo éramos unos niños, desde que lo ví por primera vez robándole a una pareja el es lo más cercano a una familia. Fue mi primera vez que al igual que el tan solo tenía la curiosidad de saber que era el sexo además de que vivía siempre con el miedo de ser violada virgen pero eso es otra historia. - sabes que eso no pasará - respondo al ver ese brillo debajo es la poca luz. - ¿ah no? Sin pensarlo tanto estampo mis labios sobre los suyo y mis brazos alrededor de su cuello casi al instante siento una mano en mi nuca y otra mano alrededor de mi cintura atrayendo mi cuerpo al suyo con posesión, mis labios saboreaban los suyos y la nicotina. No era la primera vez que lo hacía y aún así la excitación crece con rapidez como cada vez que lo hacemos, su legua mantiene una guerra con la mía, muerde lame y saborea mis labios con desespero y el agarre de mi cintura cada vez era más intenso, nos separamos por falta de aire sin soltarnos del todo. - hay cámaras - digo entra jadeos mientras mis manos se deslizan por toda su espalda y su frente contra la mía - ¿y? - pregunta jadeando - eso nunca te detuvo. Otra vez fui yo quien continúa el beso y enrolla sus piernas alrededor de él, poco a poco siento que nos movemos sin dejar de besarnos desesperadamente; le quito la camisa cómo puedo al mismo tiempo que siento el frío de algun muro en el lugar. Su boca baja hasta mi culo haciendo crecer la excitación en todo mi cuerpo, en el lugar tan solo se escucha jadeos y gemidos y cosas cayendo al suelo cuando Allan me siente en algo sólido y de madera. Me quita la chaqueta y luego la camisa quedando así en sujetador n***o, siento como presiona su m*****o duro debajo de su pantalón lo que hace que me excite, coloca una mano en mi pecho y me empuja suavemente hasta acordarme en la superficie. Rápidamente me quita el pantalón y las botas quedando en ropa interior, luego que quita los pantalones quedando en boxer. Siento mi cuerpo caliente a pesar de la fría noche, mis bragas están mojadas pidiendo ser follada, verlo desnudo bajo la poca luz aumentaba mis ganas estaba a punto de tocarme cuando coloca una mano en mi vientre y poco a poco lo desliza hasta la orilla de mis bragas, no puedo más y el lo sabe muy bien; poco a poco desliza mis bragas con ambas manos dejando mi sexo expuso para el. No aparta lo ojos de ahí y tengo que hacer un gran esfuerzo para no tocarme, aún jadeando y yo ronroneando coloca sus grandes manos en mi cintura y se desliza hacia arriba tomándose su tiempo, no podía controlar me respiración y tampoco mis caderas que tomaron vida propia mientras se restregaba contra su boxer, siento su m*****o duro y mi v****a está desesperada por tenerlo todo adentro. - por favor - digo sin dejar de mover mis caderas, sin dejar de mirar la sensualidad que Allan tiene al desabrochar mi sujetador y deslizar las tira poco a poco - Allan te quiero adentro. - Todo a su tiempo - me responde justo cuando sus dedos toman mi pezón izquierdo. Gimo fuerte por todo lo que siento mis manos agarradas fuertemente de los lados de la madera. - verte excitada es una delicia. Cierro los ojos cuando su boca llega a mi pecho mientras que con la otra no para de jugar con sus dedos, estoy desesperada y hambrienta y el deseo crece aún más cuando siento la punta de su m*****o rozar mi v****a, era un roce tan sutil que aumenta mi desespero; vuelve a rozar una y otra vez mi entrada sin meterlo, tan solo presionando sutilmente mis manos se posan en sus hombros atrayendo a mi su familiar olor a perfume. Sin previo aviso entra de un movimiento sintiéndome llena, rápido y profundo lo que hace gemir más alto y echar mas cabeza hacia atrás mientras que la excitación aumenta con cada segundo que pasa luego de unos segundos sin moverse empieza a entrar y a salir suavemente besando mi cuello tocando mis senos y muslo, su boca vuelve a besarme sin dejar de mover sus caderas pero yo lo quiero más rápido. - Dereck tiene la tiene chiquita - susurró en mi oído sin dejar de mover. Mis uñas se clavaron en sus hombros por el desespero de querer más - porque estás muy apretada cariño. - no me hables de Dereck ahora - dije entre jadeos casi en un hilo de voz - ahora no voy hablar, voy a cojerte Sus caderas aceleraron el movimiento chocando sus caderas contra las mías con brusquedad, coloco ambas manos en mi cadera y apretó su agarre. Los gemidos salían sin previo aviso y algo dentro de mi se llenaba, pequeñas descargas eléctricas en todo mi cuerpo hacen que mi agarre en la madera sea más fuerte, no se cuanto tiempo paso pero sentí como el orgasmo me llenaba a tiempo que escucho que un gruñido sale de los labios de Allan. La sensación de alivio me invadió pero como siempre mi cuerpo quería más mucho más, siento como algo caliente llenaba mi v****a. Quería otra dosis de sexo con Allan y al ver que su m*****o aún estaba duro me doy cuenta que no soy la única, lo mire acostada en la madera y su respiración estaba acelerada, con tan solo una mirada sabemos que necesitamos otra ronda no es necesario las palabras. Empezó a mover las caderas sutilmente y se inclino a besarme, lo recibí con gusto queriendo más, queriendo otro orgasmo. Esto es lo que necesito ahora después pensaré en lo demás
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