Melissa Williams
Aun con el frío calando en mis huesos y que cada poro de mi piel mi cabeza no deja de sobre pensar varias cosas que están pasando, para empezar tengo el problema de Dereck que conociendo bien a ese mal nacido no se quedará de brazos cruzados lo cual es un gran problema, para empezar su padre es dueño de una de las empresas mas distinguidas de la cuidad lo que quiere decir que si su hijo llega a meter sus narices donde no debe tendre que desaparecer todo rastro de él lo que implicaría que su padre tomara acciones. No es un secreto para nadie que Dereck es lo más preciado para su familia, por otro lado cuando las mafias empiezan a enfrentarse eso es más trabajo para nosotros, no puedo decir que el todo es malo el dinero es bueno aunque no me satisface; preferiría seguir viviendo en la calle a tener que hacer lo que hago para no terminar muerta. En ocasiones me he preguntado porque simplemente no termino con todo esto, no tengo nada que perder pero recuerdo que aún tengo algo por hacer, aún tengo que resolver un enigma.
Mis ojos se centran en la neblina que opaca el bosque el cual está iluminado tan solo con la luz de la luz, una luna grande blanca y llena de energía, la noche se siente tan fría y silenciosa, un frío viento ocasiona que varios mechones se suelten de mi coleta mal amarrada. Aún con el abrigo de Allan envuelto en mi cuerpo puedo sentir el frío en mi rostro puedo imaginar mi nariz roja; el pequeño apartamento de Allen es acogedor aunque su diseño es bastante moderno se siente un ambiente hogareño creo que fue por eso que Allen eligió este lugar, a diferencia de mi mi amigo yo no tengo permitido vivir en un lugar sola sin vigilancia, eso son privilegios que pocos tienen en la organización y yo soy de las personas que no tienen privilegios ¿la razón? fue las consecuencias de ir contra la organización, de intentar salir de un infierno en el que no hay escapatoria; a diferencia de mi, Allen ha obedecido fielmente a la organización y estoy segura que no es por voluntad propia pero la advertencia de aquella noche fue un recordatorio para toda la vida, aún tengo secuelas de lo que fue esa noche.
Mi teléfono empieza a vibrar y segundos después la pantalla se enciende iluminando un poco entre la oscuridad, un contacto aparece así que lo tomo y lo desbloqueo no le sorprende de quien se trata aunque aún así no me esperaba tener que lidiar una vez más con este tipo de trabajos.
TORERO
"cargamento en el puerto, llévalo al bar"
Un mensaje claro y corto pero importante para lo que ahora significa mi vida, no pienso nada más así que me levanto y guardo mi teléfono en el abrigo de mi amigo pero justo cuando voy a entrar aparece Allen vistiendo una camiseta blanca y una cadera de plata de una cruz, su cabello parece despeinado aunque le queda muy bien, su mirada en medio de la noche parece de un lobo peligroso y solitario quien espera acechando a su presa.
- pensé que dormías - dije rodeando su cuerpo e ingresando a la habitación - torero escribió.
A diferencia de su alcoba la habitación dentro está acogedora, empiezo a recoger mi pantalón y me quito el abrigo de mi amigo, puedo sentir su mirada mientras me visto pero antes de devolverle su abrigo saco mi teléfono.
- también me escribió - dijo tomando el abrigo que le lance
Termino de vestimenta acomodando mi chaqueta de cuerpo y mientras que mi amigo se acerca a la médica de noche y saca un arma en ambas manos, revisa si está cargada y le coloca el seguro a ambas, luego me entrega una y yo al recibirla saca los navajas y me extiende una también. Coloca el arma en sus pantalones de tras de su espalda y su navaja en un bolsillo de su pantalón n***o, una vez ya listos coloco su chaqueta y salimos de la habitación. Una vez afuera la fría brisa nocturna vuelve a golpear mi rostro, por mi lado pasa Allen quien camina hacia su auto con una elegancia que solo el posee, a decir verdad mi amigo es bastante guapo que si no fuera tan hermético y prepotente en la universidad tuviera una lista larga de conquistas. No puedo decir que la chicas no se le lanza a sus brazos pero para mala suerte de ella Allen es bastante selectivo y termina declinando posible noches de sexo con mujeres; he visto como las rechazan incluso han llegado a ser tan insoportables que termina tratando a las pobres chicas como basuras universitarias.
- ¿te quedarás ahí? - me pregunta con la puerta de piloto abierta. Camino hasta su auto y entro en el asiento del copiloto - Tengo entendido que es un cargamento nuevo para la banda del indio.
No conozco los detalles de quienes entregan o reciben y ese es otro beneficio que da la organización a sus más fieles seguidores, personas como yo tenemos que ir acompañadas de alguien de confianza para las mafias y para la organización de lo contrario terminas señalado por un traidor o terminan sospechando que eres un infiltrado, se puede decir que Allen tiene mas rango elevado que el mío y por ende tiene más libertad pero para desgracia de el para llegar a ese punto tuvo que recorrer el infierno varias veces.
Una vez el auto está en la autopista la música empieza a sonar, una canción de Nirvana empieza a sonar pero como muchas veces pasa tanto Allen como yo preferimos sumergirnos en el silencio o eso era lo que yo pensaba.
- El cargamento llegará exactamente en tres horas y media - empieza a explicar sin quitar los ojos de la carretera - primero será revisada por los de seguridad luego de eso tendremos veinte minutos para sacar el paquete.
- ¿cómo es el paquete? - pregunto
- no es gran cosa, es una caja pequeña y verde.
- ¿de dónde viene la caja? - pregunto ganándo la curiosidad
- eso no importa - dice girando el auto a la izquierda - tampoco importa quien la envía, ya sabes la reglas y no preguntes
Es cierto lo que me dice aunque tenía que intentar saber algo, no era la primera vez que hacíamos esto aunque fuimos entrenados siempre hay probabilidades de salir muerto o herido de gravedad, era logico que al menos quisiera saber por qué voy a morir; por otro lado saber demasiado tambien era un riesgo bastante grande y si seguí por ese camino la consecuencias podría ser bastante malas.
Habíamos llegado hace tres horas y aquí estábamos detrás de un muro esperando que el cargamento llegue mientras Allen a mi lado me ordena el próximo paso a dar, el frío me estaba congelando a pesar de llevar una chaqueta de cuero se me hace extraño que el hombre a mi lado no encienda un cigarro pero al pensarlo de otra manera no debemos dejar rastro alguno, aún no tengo mucha información de que estamos haciendo aquí pero tampoco me importa mucho los motivos Allen tiene razón y en estos tipos de trabajo es mejor no saber nada.
El sonido de una máquina moviéndose hace que ambos giremos hacia esa dirección captando como un gran barco lleno de enormes containers entra en un espacio reducido, esa es nuestra señal así que sin esperar me muevo sin ser vista por nadie mientras que Allan camina hacia otro extremo con el arma en sus manos, la idea es entrar y salir sin ser vistos pero sobre todo tomar tomar la caja verde, si las cosas se complican no dejar cabos sueltos y si somos atrapados estamos solos.
Pasan varios minutos cuando empiezan a descargar los enormes containers pero no tengo idea de cuál será así que visualizo a Allen quien se encuentra detrás de varias cajas con su arma entre las manos, aún esperando la señal espero unos minutos más hasta que miro como se acerca sigilosamente a un container verde, eso lo tomo como señal así que lo sigo desde la distancia hasta llegar a su lado mirando a todos lados evitando cualquier peligro.
- En esta área no hay cámaras - dice quitando el seguro de su arma y la toma con ambas manos - no tenemos mucho tiempo, en cinco minutos empezarás a revisar la carga.
- si abres está cosa hará mucho ruido.
- entonces tienes tres minutos
Sin dejar que responda empieza abrir el container y yo de inmediato entro, no hay luz así que enciendo la linterna de mi teléfono y empiezo a buscar con la mirada; hay un montón de cajas y empaques de diferentes tamaños y formas hasta que veo una caja en una esquina debajo de un montón de cajas más.
- un minuto Melissa
Sin perder más tiempo dejo mi teléfono a un lado y empiezo a mover las cajas encima de mi objetivo, no se si es la adrenalina o saber que si no muevo mi trasero terminare en situación complicada, tomo la caja y mi teléfono y camino hasta la salida.
- mierda! - escucho a Allen desde afuera lo que llama mi atención - no hagas ruido.
Cuando voy a preguntar de que habla cierra la puerta dejándome a oscuras, con tan solo la luz de mi teléfono iluminando el espacio, mi alarma se encienden y me quedo en silencio intentando saber que sucede hasta que escucho voces afuera lo que me hace susurrar una maldición y empezar apilar varias cajas dejando a un lado la caja verde, escucho como abren la puerta asi que rápidamente me escondo en un rincón lo más alejado y apagó la linterna de mi teléfono.
- ¿cuántas faltan? - escucho preguntar una voz masculina
- apenas estamos empezando - responde alguien más, ambos son hombres. El lugar empieza ser alumbrado por una linterna así que termino haciéndome un ovillo - hoy podríamos revisar estás tres, mañana no estarán los supervisores en la oficina.
Escucho un silencio después de una chasquido de lengua, las voces se escuchan más cerca así que tomo mi arma lentamente y el quitó el seguro.
- ¿estás hablando enserio? - escucho decir con cierta frustración.
- por supuesto, hoy mañana no estarán aquí
- ¿me estás diciendo que no hay nadie supervisando ahora mismo? - responde la voz más gruesa ahora con cierto fastidio.
- así es.
- ¿y que demonios estamos haciendo aquí?
- Haciendo revisión - responde - Carl me dijo...
- ¿carl? - pregunta interrumpiendo - escucha, sé que eres nuevo pero si quieres sobrevivir no escuches a Carl. Cuando no están lo supervisores eso significa noche de cartas y cervezas.
- ¿eso lo saben los supervisores?
- no tienen porque saberlo - responde con calma - ahora salgamos de aquí y vamos por unas cervezas... ¿sabes jugar cartas?
- no mucho - responde
La voces empiezan a alejarse y unos otros segundos termino una vez más en la oscuridad, suelto un suspiro de alivio y guardo el armas colocando el seguro. Me levanto y enciendo la linterna de mi teléfono y tomo la caja en mis manos, una vez más la puerta se abre y por instinto tomo rápidamente mi arma y apunto hacia la entrada. En esta aparece Allen serio aunque no puedo ver sus facciones del rostro por la oscuridad.
- ¿todo bien? - pregunta
- salgamos de aquí - respondo caminando.
Una vez afuera caminamos sigilosamente aún con la caja en mis manos y mi arma mirando cualquier alerta de peligro, esquivamos las camaras que si funcionan y llegamos al auto, aún con la adrenalina drenando por todo mi cuerpo tomo una gran respiración.
-Vamos al bar