El Origen
Se podría decir que siempre estuvieron ahí, pero al inicio, donde antes no había nada, ni la vida ni la muerte, tampoco la luz ni la oscuridad, apareció el todo. Los opuestos, el balance de lo que crearía todo el universo. No tenían nombres, género ni edad, eso llegó después de la creación… Pero simplemente eran. Aunque claro, con el tiempo eligieron sus identidades favoritas, en el momento justo para darse a sí mismas a conocer ante sus creaciones de manera oficial.
Aysela fue creada para que creara la luz, por lo que naturalmente es considerada la más bondadosa y gentil de las hermanas. También la más hermosa, por lo que llenó a su hermana de celos desde el inicio. Ella dio su alma y corazón para crear la vida en primer lugar. Esmeray, por otro lado, siguió la naturaleza que le correspondía y mantuvo el balance de la existencia con su hermana al crear la muerte, agregó a la luz la misma cantidad de oscuridad.
Cada pequeña parte que agregaba una de ellas, la otra otorgaba su opuesto. Salud y enfermedad, felicidad y tristeza, suerte y desgracia… Sus diferencias las apartaban, pero de todos modos no podían vivir sin la otra. Irónicamente, las partes de cada una, aunque fuera lo mínimo, también se encontraba en las creaciones de la otra.
Aysela permitió crear cuatro fuentes de energía que a su debido tiempo darían paso a la vida. Llamó a sus hijas Aigua, Terra, Solarium y Ventus, cada una con un núcleo especial, único y luminoso. Además, ellas generarían a sus propios hijos, seres de luz que habitaban lugares como la Tierra. Esmeray no se quedó atrás, oh no… El mismo poder que su gemela dividió en cuatro, Esmeray lo dividió en dos, haciendo que sus hijas fueran mucho más fuertes y peligrosas al no estar bajo control. Natum y Nature. Hijas de la oscuridad, inigualables y quizás un poco maliciosas.
La combinación de las seis era mucho más que perfecta. Era mágica.
Este es su universo y su historia.