Diario de una Asesina

Un paso al cambio

Después de una larga noche pensando cómo es que él habría llegado a ser parte de algo tan peligroso al fin decidí dormirme para seguir pensando nuevamente en la mañana siguiente qué cosa me dirá ahora para salir del paso.

De un momento a otro mi cerebro se desenchufó y decidió descansar para luego levantarme en la mañana con los cabellos alborotados y la saliva corriendo por mi cara... Creí que jamás me hace pasar algo tan asqueroso pero la realidad era que me pasaba cada mañana y sin falta alguna.

De momento a otro sono un fuerte ruido que me hizo caer de la cama y levantarme rápidamente como los gatos cuando los asustan bueno ¿imaginaste quién fue? Sí así es, era mi abuelo con una corneta entre sus manos y una gran sonrisa en su rostro.

—¿Que no tienes nada mejor que hacer que llamarme esa manera?— grité alarmada y enfurecida por el hecho que había acabado de pasar— hombre si quieres que me levanté simplemente me lo hubiese dicho y ya está.

—es más divertido de este modo y además tú querías entrar en esto así que ni se te ocurra quejarte porque tú fuiste quien empezó a molestar para entrar— arrugó sus cejas para luego completar con una mala mirada— levántate que tengo mucho que enseñarte.

Quise tapar mi rostro nuevamente con la sabana pero fue imposible, él estaba allí a mi lado preparado para tocar nuevamente La corneta y volverme a despertar era como si le encantará a verme sufrir.

—¡Está bien, está bien! — suspiré— ya me levanto sólo dame 5 minutos que no pude dormir muy bien por el frío que hacía en la noche...— respondí teniendo una pizca esperanza y dándome media vuelta hacia la pared para encontrar comodidad.

—te quiero levantar ahora y si no lo haces te voy a castigar muy severamente— respondió con mucha tranquilidad para verse como una amenaza— ¡Muevete, no tengo todo el día!

Suspira abiertamente para que pudiese notar que estaba muy enojada y cansada para luego levantarme de la cama con un gesto de fastidio— ¿Piensas quedarte a verme desnuda o que? ¡Sal ahora de mi habitación!

Miró a lado y lado para fijarse que nadie me hubiese escuchado eso, sería una gran vergüenza qué hubiese pasado si es hubiese sucedido y más si abuela Carmen hubiese escuchado. En serio me miró muy fijamente con una mirada muy fría y evitando decirme alguna cosa fuerte solamente asintió y se retiró para antes de irse repetir solamente unas palabras: "alístate rápido que tenemos que ir al pueblo ya que ahí comenzamos tu primer entrenamiento"

Asentí con la cabeza y luego me dirige al guardarropa para buscar una prenda adecuada.

Me vestí para luego entrar a la ducha y ponerme fresca ya que sabía que en el pueblo hacía un calor del demonio y allí no había donde refrescarse, podías encontrar una sauna o quizás un restaurante de comida caliente pero jamás un puesto de helados o algo parecido que tuviese aunque sea un poco de frío para calmar el calor y eso qué consistía en un pueblo caliente.

Me puse a salir con mis ánimos arriba pero se bajaron inmediato cuando vi que mi abuelo iba vestido muy común.

—¿Qué traes puesto?— pregunté arqueando una ceja.

—ropa común ¿que piensas tú que es?

—la verdad que pensé que iríamos algún sitio en donde teníamos que vestir muy bien para que no nos descubrieran.

—¿De verdad pensaste eso? Por favor dime que no fue así, no te considero tan estúpida como para que vayas a pensar algo como eso o tan siquiera ¿puedes darte una idea de cuán delicado es todo esto? No es de que vas por ahí mostrando todo lo que sabes es más de esconderse para que no te pillen.

Me encogí de hombros esperando que entendiera mientras son lógica pero nunca sucedió ya que para él era simplemente algo sin razón aparente con necesidad de pensamiento.

—bueno lo lamento, si me das un momento me quitó toda esta ropa para no llamar la atención de la gente.

—déjalo ya es muy tarde para ir a que te cambies y te tardaste demasiado así que ahora imagínate que tendrás que cambiarte de nuevo...— blanqueo los ojos y suspiró— no me la juego así qué vámonos que se nos hace tarde y es por tiempo limitado la estadía en aquel lugar.

Justo al salir nos encontramos con abuela Carmen que nos preguntó porque estábamos vestidos de esa manera y para dónde nos dirigíamos, mi abuelo con una gran calma de respondió qué nos dirigíamos al pueblo para comprar algunas cosas y que me quería mostrar otras para entretenerme un poco de la granja pero como bien sabemos era una total mentira, en cierto modo sentía que abuela Carmen no le creía pero me ponía de toda su fe en él y hacía que creía todo a ojo cerrado con el fin de no alarmar a nadie. Al final abuela Carmen se retiró de vuelta a casa y se dispuso a descansar mientras nosotros nos dirigimos al pueblo para investigar unas pequeñas cosas qué mi abuelo me contaría en el camino.

—primero iremos directo a la casa de Brown, él nos informar de todo para poder avanzar. Por favor no lo arruines.

— ¡si señor!

—Bueno sigamos, no hay afán pero tampoco podemos exigirle a los caballos que sigan más rápido— acaricio su lomo— puede ser peligroso.

—entiendo. Iremos despacio para no hacer problemas

—Vas aprendiendo— sonrió enorgullecido— así me gusta, eres muy inteligente así que explota tu potencial.

—gracias

—no es nada, debes aprender a creer en ti misma y en que puedes lograrlo.

— ¿tú crees que puedo lograrlo?

Asintió con la cabeza.

—Entonces confió en ti— hinche mi pecho— sé que me enseñaras todo.

—eso haré, no desesperes.

— ¿crees que sea buena?

—si te entreno yo sé que lo serás— carcajeo— pero tienes buenas destrezas así que no te preocupes por si eres buena ya que yo sé que lo eres.

—gracias nuevamente tu confianza en mi— sonreí apenada— es un alago que tu abuelo te apoye en lo que crees no ser bueno.

Durante todo el camino hablamos y comimos con los caballos de hecho nuestros caballos eran bien extraños, podían comer mientras caminaban, es un dato muy curioso ya que no tenía idea de que eso podía llegar a pasar pero lo importante no es lo raro que se ven los caballos haciendo eso sino lo que podemos compartir todos juntos.

Entre tanto y tanto nos dispusimos a hablar un poco de nosotros, entonces mi abuelo curioso pregunto:

— ¿tu madre que tanto hace? — Carraspeo su garganta— hace mucho que no la veo.

—Está en la casa, yo no tengo mucho conocimiento de que tanto hace y prefiero no saberlo— respondí cortante acariciando el cabello de Kali muy suavemente sin lastimarlo— no quiero hablar de esto… es un poco complicado.

— ¿la odias?

—no

— ¿entonces?

—solo no quiero saber de ella

— ¿porque?

—simplemente me saca mucho de mis casillas, no se si soy muy culta en mis cosas o me falta ser más zorra.

De pronto se atraganto con un trozo de melocotón que descansaba en su boca.

— ¿Cómo dices?

—sí, es que ella anda con un idiota aparte de mi papa y no es como que él tenga algún derecho de decirle algo porque se han hecho los cachos mutuamente— me encogí de hombros— y yo solamente quiero mantenerme alejada de todo este rollo.

—es increíble lo que me dices… tu madre no era así cuando estaba más niña

—al parecer creció y le hizo mal la crecida

—parece que si ¿eh?

Todo quedo en silencio por unos minutos y aunque fue muy incómodo decidí hablar al respecto porque no quería volver a ese lugar otra vez.

—No me envíes allí de vuelta…— susurre con las voz entre cortada— no quiero ir allí

—no te enviare allí, tú te quedas conmigo y tu abuela— rasco su barba— o acaso me crees un bobo… ¿sabes que los pueblos hablan? Ya lo sabemos porque desde allí se extendió para acá.

—así que lo sabias, pues qué pena de verdad que lo supieras.

—me da más pena por ti niña.

—solo espero no ser par nada igual a ella…. no quiero, me niego a serlo.

—puedes escoger y no tienes que ser como ella, eres mucho mejor que eso.

— ¿de verdad lo crees?

—sí, estoy seguro así que confía en ti— sonrió aunque no lo hace muy seguido— además tu abuela te quiere mucho y no te dejar ir si nada más. Tus eres su única compañía, no te dejare ir tan fácilmente.

Sonreí muy alegre porque sabía que lo que decía era cierto pero al final mi madre también me hacía falta, por algún lugar de mi corazón ella se encontraba aunque sabía que mi relación con ella era sumamente fuerte, no compaginábamos y ella solo tenía ojos para otras personas y otras cosas que no deberían de ser pero así es como era y no se puede hacer nada con ella.