bc

Diario de una Asesina

book_age16+
904
FOLLOW
3.1K
READ
murder
dark
decisive
others
icy
others
like
intro-logo
Blurb

✔¡Disfruta ya de esta historia!

Reda Cloud es una chica de pueblo quien en un viaje a casa de sus abuelos encontró un pequeño secreto que su abuelo no tardaría en descubrir. Pronto su abuelo notara la destreza que tiene detrás de su habilidad con las armas y la introducirá a su mundo, creando así a la mejor asesina y dejándole un sinfín de problemas tras su fallecimiento repentino.

chap-preview
Free preview
Bienvenidos a mi mundo
“Una vez tomes este camino, te hundirás en sangre hasta morir, olvidando que serás madre o padre en el futuro algún día y que solo sirves a tu dueño, como el perro obedece a su amo” - Tu abuelo, con mucho amor. Mi abuelo... como podría olvidar quien era ¿no lo crees?, para todos o al menos la mayoría los abuelos son personas especiales para nosotros; alguien con quien hablar o compartir nuestros momentos tristes, alegres, de enojo y de vez en cuando un poco locos no podemos olvidarlos forman parte constante de nuestra vida y llegan a darnos consejos supremos como si fueran muchas veces la razón del conocimiento pues la mayoría del tiempo nos atinan a la diana. Déjenme contarles sobre el mío: Mi querido abuelo era alguien de carácter fuerte, muy determinado y luchador. Como toda persona tenía sus días malos y buenos, había días en que no quería hablar y otros en que hablaba demasiado, diría yo. Tenía su esposa, abuela Carmen y como dice aquel dicho: ―Detrás de todo hombre firme y determinado, hay una mujer fuerte, luchadora y dulce la cual es el pilar y la base de aquel hombre para lograr su éxito. Ella era toda una mujer emprendedora, se enamoró cuándo mi abuelo tenía únicamente una bicicleta con la cual transportarse y un estuche plateado con una pequeña insignia formada en cobre la cual era un verdadero misterio pues nunca le agrado mostrar su contenido mas siempre se respetó su diferencia de aquel hecho. El amor es tan ciego como un topo dice un viejo dicho y mi abuela posiblemente estaba peor que uno; pues fue conquistada con un trozo de chocolate aproximadamente de 3 cm por 2 cm de tamaño en una tarde de abril en 1821, le dio 7 hijos y un hogar maravilloso aunque tuvieran sus discusiones como cualquier pareja. Pero siempre salieron adelante juntos; la verdad es que yo también quería una vida así, donde sabía que sería feliz por el resto de mis días con esa persona y de hecho aún lo quiero, espero tenerla pronto y ser feliz durante mucho tiempo... Pero, nunca tuve suerte para el amor... lo cual decreta muy firmemente que jamás tendré lo que deseo y estaré indignada con la decisión que la vida a tomado muy firmemente para conmigo. Y aun así, solo aun así con tantas adversidades y penumbras seguiré deseando que mi vida de un giro dando vuelta directamente a los ojos de cupido, compadeciéndose de mí podre alma moribunda en busca de saciar mi sed. Es un hecho que todo ser habitante en el mundo, creado para ser lastimado está adscrito al sistema de dolor y por ende venimos a sanar aquellos dolores que en el fondo son provocados por la falta de alguna esencia importante en nuestras vidas, para este caso fue mi madre. La persona que me cuido nueve meses en el vientre, me vio nacer, llorar y crecer hasta la fecha de hoy con la única diferencia de que nuestra relación no seria igual a cuando me conoció. Tras mi frustrado deseo sobre conseguir un amor cuando claramente era perteneciente a una cría la cual apenas conocía el sabor de sus fluidos nasales existía otro deseo que tal vez para muchos sea un poco extraño y para otros sea algo totalmente normal. Mi siguiente deseo no tan solicitado era el ir a montañas, abundantes verdes y frondosas. No era muy posible, pues no siempre tenemos lo que queremos ya que bueno... yo venía de campo pero no era del todo experta en el arte de conseguir todo lo que quería, de hecho siempre fui una chica muy callada y diría que en un nivel muy elevado ya que no era capaz de tomar mis propias decisiones para escoger un dulce mucho menos para elegir dónde ir. Pero, las cosas siempre suceden por algo o eso diría un anciano al ver que todo fluye como espera puesto que sus innumerables años de vida le reflejan la respuesta de cada situación emergente para continuar con su pregunta legitima sobre “¿Cómo pasan las cosas?” y así fue “ !Cómo pasan las cosas!”. Aquel día llovía demasiado, tanto que termino inundando la casa de mis abuelos y por ende me correspondía asistir en el desagüe de todo aquello que quedaría flotando igual que mis pensamientos en el retrete. Una de las casualidades muy comunes en mi es la funcionalidad para adaptarme a las situaciones yo comúnmente nunca digo que no… de hecho soy muy obediente. Y mi abuelo, un señor muy observador distinguió ese hecho y para el caballero esa conducta es “aprovechable” siempre y cuando sea manejable para su gusto. A nadie le gusta un ser que no pueda ser manejable. La manipulación existe en todo el mundo y eso es algo poco aconsejable pues tarde o temprano terminamos con un cuchillo directo en el corazón. Pero no por mucho rato… Tarde o temprano las cosas van cambiando y dan un giro en contra. Bueno… Para varear y regresar al tema anterior en donde estaba yo muy entusiasmada recogiendo el agua de las habitaciones con el muy acogedor y excesivamente rojo, balde de recoger agua. De hecho, era muy amigable pues mis mejores pláticas las tuve con aquel objeto inanimado. Mientras estuve allí un par de horas en las conversaciones sin fin que mi mente creaba para satisfacer la falta de personas a mí alrededor y de mi propia familia la cual me veía como si fuera un esclavo al cual dirigir. ¿Te preguntas en que pensaba?, bueno es un poco complicado… tartamudear ante algo no es lo mío, pero frente a una Beretta M9, si es digno de tartamudear. Es decir, que hacia aquello en casa de mis abuelos, no es natural de un par de ancianos (con todo respeto) tener un arma de ese tipo y más aun totalmente cargada. Lo curioso es saber que estaba bajo la cama, escondida dentro de en un pequeño agujero con forma de cuadrado, envuelta en un trozo de manta color rojo ya un poco desgastada. ― ¿Encontraste algo? ̶ pregunto mi abuelo un poco agitado.― ¡Todo de maravilla!, señor…― conteste entre nerviosa por la pregunta sorpresa que me arrojo― ¿y tú?... ¿todo bien? ―Sí, todo bien. Deja de recoger agua y vamos a comer, hay cosas que deben esperar― disimulo con tono despistante. ―Ahora te sigo abuelo, déjame pongo en su sitio el balde. ―Ok― respondió cortante mientras se alejaba. Como pude escondí el arma entre mi pantalón pero no duraría mucho el escondite. Nos sentamos debajo de unos árboles que guardaban mesas de cemento, muy cómodas por cierto. Mi abuelo se sentó a mi lado y mi abuela nos trajo los platos para degustar su comida deliciosa. ― ¡Esta bueno! Abuela Carmen cocina delicioso, nadie cocina mejor que ella en todo el mundo― exclame lamiendo de mis labios la salsa que sobraba aquella pasta con salsa roja― ¿Qué opinas tu abuelo? ―Opino que sería bueno me devolvieras el arma que robaste de nuestra habitación. Me atore por su respuesta tan directa y fije mis ojos abiertos de par en par hacia el― ¿perdón? Cual… cual… ¿cuál arma? ― metí otra bocanada de pasta a mi boca. ―La que se supone no deberías de tener ni haber encontrado. (…) ―No encontré nada… ―No te atrevas a mentirme niña, te falta mucho para llegar a hacerlo y sobre todo hacerlo para llegar a creerte. Trague saliva pues mi abuelo sabía perfectamente lo que hice y como lo hice, pero lo que tenía idea de como llego a hacerlo si él estaba tan lejos de mí, es decir, estaba atendiendo a Kali ya que era hora de su comida y ese corcel es fino pues al momento de comer esa delicado de piña. ―Regrésala Reda, no es bueno que tengas algo como eso en tu posición y no es que me moleste que la tengas pero si es peligrosa para ti… demasiado diría yo. ―Está bien― respondí afligida, no quería ser después de todo una ladrona aunque a sus ojos ya había quedado como una tras no ser responsable y entregarla― toma…― respondí. ―Gracias, ahora quiero decirte algo― tomo pasta con su tenedor y la metió a su boca― no debes decirle a tu abuela sobre lo que encontraste bajo la cama y hablo de aquel objeto. ― ¿Por qué? Ustedes no se mantienen secretos y me extraña este sea uno de esos. ―No lo hacemos, pero este es especial, podría poner en riesgo la vida de nuestra familia Reda. ―Muy bien, entiendo… no le diré nada pero no por ti, es malo mentir y lo sabes, es por mamá Carmen que no tiene culpa de nada. ―Por la razón que te venga en gana pero no puedes decirle nada y punto. ―Sí, sí. Te oí a la primera― rodé mis ojos de lado a lado y luego los blanquee― no diré nada pero tienes que explicarme muchas cosas. ―No lo creo, no te debo explicaciones. ―-Ya lo averiguaré de todos modos. ―No te metas en lo que no debes, es peligroso― gruño. Me hice oídos sordos y me dedique a averiguar cada paso con el pasar del tiempo hasta el debido corte del hilo que unía esa inquebrantable hebra. Un día soleado me decidí al fin por salir de paseo en mi caballo, era de un tono caoba y de carácter fuerte, sin duda un noble corcel y un obstinado también. Su nombre era Kali y mi vida era ese corcel, era autosuficiente y delicado al mismo tiempo, su temperamento era igual de terrible que el mío pero su honor y la fidelidad eran interminables e irrefutables. Siempre pasaba mi tiempo libre con él me llenaba de alegría ver cómo corría era como si se hiciera cada vez más joven, donde en vez de envejecer sólo rejuvenecer. Mi abuelo también tenía un cierto cariño hacia él puesto que el temperamento de ambos era parecido, cuando estaban juntos era un caos total y mi abuela siempre se la pasaba regañandolos pero mi abuelo como cosa rara nunca le prestaba atención y siempre sea lo que le venía en gana pero no antes darle un beso en la frente a mi abuela y decirle que todo estaría bien ya que ella siempre se ha preocupado mucho. Por otro lado siempre veía que mi abuelo iba al pueblo, no tenía idea de que tanto buscaba, se metía en tiendas y cavernas dónde vas a salir ya fuera con un moretón o con un paquete qué a saber Dios que contenía. Un día mientras nuevamente iba camino al pueblo me dio curiosidad y decidí seguirlo, seguramente se enojaría y podría castigarme pero la curiosidad me pudo más que cualquier cosa. Pero, esta vez fue diferente ya que no entró a una taberna sino una posada donde al parecer tenía una reunión con alguien que parecía ser muy peligroso puesto parecía haber guardias alrededor de lugar y aunque no quise arriesgarme igualmente si esperando fuera, no estaba sola después de todo estaba con Kali ido con ese caballo era indiscutiblemente interesante. Al pasar de alrededor tres horas mi abuelo por fin salió de ese lugar con cara de no muy buenos amigos y un poco de mal humor. No tengo idea de cómo sucedió pero desde lejos logró verme y no se veía para nada contento de verme alli, decidió acercarse a mí y en tono molesto me pregunto: —¿se puede saber qué diablos haces aquí? —lo siento, la curiosidad mató quiero muy extraño verte cada día yendo al pueblo tan seguido— me encogí de hombros y sonreír levemente— no pensé que fueras a enojarte conmigo pero sí me gustaría saber qué pasa ya que no me gusta verte llegando con golpes y qué abuela Carmen no sepa que hacer o decir al respecto porque sabe que te podría enojar con ella únicamente por preguntar— desvío mi mirada pues me sentía un poco triste al respecto de lo que estaba haciendo. —no es asunto tuyo ya te lo dije y te lo repito Reda— comentó enojado y fijando su vista en mí como si fuese un águila en pleno vuelo— no quiero que le digas a tu abuela nada de lo que pasó hoy y mucho menos del porque llegó en ese estado pues eh bastante bien que no eres nada tonta. —quiero que me digas que sucede y ya después hablamos para llegar a un trato justo. —entiendo... De momento necesito ir a otro lugar pero tú eras directo a casa y cuando llegue nos alejaremos un poco para poder comentarte lo que está sucediendo. —gracias, me parece justo y equitativo ya que estoy siendo cómplice. —lo está haciendo simplemente porque quieres no que que yo te lo esté pidiendo así que no me chantajees niña tonta. —no estás en posición de amenaza ni decirme nada y mucho menos eso que acabas de refutar Y así fue cómo sucedió, ya me dirigí a casa dónde vas a ir con mi abuela fruta de los árboles y disfruta un rato a su lado por lo menos hasta que llegara mi abuelo y me hablara de lo que estuviese sucediendo, esperaba no fuese nada grave y que se pudiese resolver. Puede ser que tal vez tuviesen deudas y no quisiera decir nada pero yo soy mucho más joven y podría quedarme en su casa durante un buen tiempo para ayudarles con la economía de todos modos para mí no sería un gran problema pero conozco a mi abuelo y sé que eso para él sí que sería una gran molestia sobre todo porque se trata de mí. Mi abuela decidió ir a tomar una siesta y yo me despedí para ir justo a una quebrada que estaba cerca disfrutar de un rico mango maduro que me había dado hace no menos de tres segundos, estaba realmente rico y no sólo porque estaba maduro sino porque mi abuela me lo había dado con todo el cariño del mundo al igual que toda la comida que prepara para la casa y para todos aquellos que vienen a visitarnos. Sé que hablo como si hubiese estado aquí toda la vida pero la verdad que consideró este sitio más como mi hogar que el sitio que realmente lo es. Al fin había llegado mi abuelo y estaba realmente ansiosa por saber que había sucedido pero lo que jamas pensé que llegaría a pasar era lo que me propondría después de contármelo todo. —¿estas lista?— pregunto mi abuelo con tono rancio e imponente— ahora, déjame darte un breve aviso para que no me digas que soy una mala persona y toda esa tontería que seguramente me dirás en el futuro por que te conozco muy bien Reda y se que aceptarás. —muy bien deja tanto rodeo y dime qué está sucediendo —se me m*****o de una organización de asesinos para ser específicos soy uno de los tantos libre que tiene, mi trabajo es pegarle una bala en el cráneo a todos aquellos alguna vez han sido malos en su vida (acosadores, asesinos igual que nosotros, ladrones, gente rica con mal corazón, personas infieles y mucho más) personas que han sido realmente malas en toda su vida una parte de ella haciéndole daño a otra persona que pudo no tener nada que ver con ellos. —pues con toda sinceridad pensé que iba a ser mucho pero el secreto...— comenten encogiendo mis hombros— y de verdad abuela Carmen... ¿no puede saberlo? —ya hablamos sobre eso— respondió enojado y no con cara muy buenos amigos— ahora ¿que lo sabes qué piensas hacer? —¿Puedo unirme a ustedes?— estire mi cuerpo para tratar de eliminar la pereza que llevaba por el cansancio— no creo que sea lo más correcto pero seguro que será interesante. (...) —sí que puedes, por supuesto que sí pero si tu madre y tu abuela se llegan a enterar estaremos en serios problemas— comunico deslizando una gota de sudor por su cabeza. —permíteme dudarlo, esa clase de cosas puede mantenerse en un muy buen secreto siempre y cuando ambos colaboremos ya que de otro modo será imposible— acomode mi cuerpo una posición más cómoda donde pudiese darle un poco de bueno oxígeno a mi cerebro— El lado positivo de que tanto tú como yo somos muy ariscos y por lo tanto no será gran problema mantenernos alejados. —eso es cierto... —suspiro— te enseñaré todo lo que se para que llegas a una gran asesina justo como lo soy yo. Abre mis ojos de par en par pues de un momento a otro se había emocionado por mi intención de unirme a su grupo, para mi no era malo de hecho era muy común... Tanto que no entendía cuál era el secreto si más o menos puedo imaginármelo. —entiendo... No te decepcionare si eso es lo que esperas... Al menos no por ahora— carcajee risa sin poder parar— ¿quiere que volvamos ya o necesitas hacer otra cosa? — por el momento... No— giño el ojo sonriendo,— no veremos pronto en el campo de entrenamiento ya que debo pasar mañana a buscar lo que solicite para ti y de este modo empezar a entrenarte, pero únicamente por las noches ya que se supone en el día llevamos una vida normal. — ¡Me parece perfecto!— grite de emoción— después de todo aún me falta mucho camino por recorrer. — así es y como es de costumbre te daré un regalo— saco de su bolsa aquella arma que había encontrado entre el sin fin de agua y en compañía de mi balde rojo... Aún no olvidó aquellas pláticas... La saco justo para darmela a mi...— es para ti, conservarla que después con más tiempo de indico que significa está arma— me la entregó sutilmente. — gracias... La guardaré muy bien...— sonreí.

editor-pick
Dreame-Editor's pick

bc

Navidad con mi ex

read
9.0K
bc

Mi Sexy Vecino [+18]

read
52.0K
bc

La esposa rechazada del ceo

read
169.1K
bc

MI DESICION, SIN RETORNO.

read
1.0K
bc

Prisionera Entre tus brazos

read
86.9K
bc

Bajo acuerdo

read
10.1K
bc

Tras Mi Divorcio

read
511.6K

Scan code to download app

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook