Al día siguiente Alek entraba a la sala de reuniones tal como lo hacía siempre, se había despertado de un extraño humor, aunque no le agradaba que todo el tiempo Fadila ocupaba sus pensamientos, ¿qué demonios le estaba pasando? Él definitivamente no era así, esa chica llegó a desestabilizar su mundo por completo. Se sentó y se quedó ahí sumido en sus pensamientos mientras daba vueltas a un bolígrafo que tenía en la mano, Fadila entró un poco después, no la había visto al llegar, definitivamente se veía hermosa, traía un vestido en color vino, ajustado al cuerpo, era de cuello alto y el largo le llegaba abajo de las rodilla, traía el pelo recogido en un moño, sus labios estaban pintados de un color vino intenso. Volteó hacia otro lado, en ese momento se le ocurrieron mil cosas que ella

