bc

Fadila (Los Juegos del Deseo)

book_age18+
618
FOLLOW
4.8K
READ
billionaire
others
love-triangle
sex
polyamory
bxg
mxb
bisexual
city
office/work place
like
intro-logo
Blurb

Fadila conoce un mundo completamente desconocido para ella, Alek Sokolov le mostrará que hay juegos que podrían llevarla del placer a la locura, ella era una chica inocente, él un hombre atormentado por el pasado, juntos se dejaran llevar por sus más bajas y oscuras pasiones, ¿podrán encontrar la salida de un camino que parece ser sin retorno?

chap-preview
Free preview
La subasta
Las luces de aquel lugar se apagaron, un enorme reflector iluminó el escenario, un hombre se ajustó el nudo de su corbata y continuó mirando, impaciente, esperando por lo que estaba apunto de ocurrir sobre ese escenario, una rítmica y sensual música se empezó a escuchar, en ese momento hermosas chicas entraron en el lugar, caminaban una tras otra, su diminuta ropa dejaba poco a la imaginación, todas tenían algo en común, eran altas y bien formadas. El hombre se dio cuenta de que se encontraban descalzas y caminaban sobre las puntas de sus pies, el top y el diminuto bikini que vestían eran en color carne, por lo que si no se prestaba atención, daba la impresión de que estaban desnudas. Le impresionó que sus movimientos eran iguales, perfectamente coordinados, eso no le hubiera parecido especial si las chicas no se encontraran con los ojos vendados, se movieron rítmicamente por un rato, el compás de sus caderas era adictivo casi hipnotizante, aquel hombre suspiró, era la primera vez que asistía a aquel lugar, tan solo estaba de paso por la ciudad, su mejor amigo que era un cliente habitual lo convenció de asistir a la subasta de aquella noche. —Ten la seguridad que la chica que elijas tendrá su primera vez contigo, no tendrás problemas, todas acaban de cumplir la mayoría de edad. —Recordó las palabras que le había dicho. Su mirada seguía clavada sobre el escenario, de pronto sus pupilas se tornaron oscuras al observar a una de ellas, le pareció simplemente perfecta, tenía un cuerpo escultural, su busto era bien proporcionado, de cintura pequeña y ancha cadera, su figura le recordo a un reloj de arena, tenía la piel muy blanca, su larga cabellera era de color castaño, aunque estaba sentado en la primera mesa cerca del escenario, la penumbra del lugar no le permitía ver bien el rostro de la chica. Al terminar de bailar, las chicas formaron dos líneas, una tras otra, se colocaron al fondo del escenario, una sensual voz de mujer se escuchó a través de un micrófono, enseguida comenzó a presentar a las chicas, la mujer empezó a contar en inglés, a cada chica le correspondía un número, cuando la mujer lo mencionaba, la chica correspondiente pasaba al frente, giraba varias veces sobre sí misma lentamente, después regresaba a su lugar. Los clientes tenían una tablet en su mesa, en ella debían poner el número de la chica que le interesaba, hacían la transferencia correspondiente y la chica sería enviada a su habitación. Las reglas del exclusivo lugar eran muy claras, todos los clientes deberían de usar antifaz mientras permanecieran en el sitio, solo podían pasar esa noche con la chica, antes del amanecer, el cliente debía abandonar la habitación, estaba completamente prohibido golpear o torturar a las chicas, las vendas que cubrían sus ojos las quitaría el cliente dentro de la habitación. Nadie sabía cómo había comenzado todo aquello, ni quien había sido el primer cliente, cada uno de ellos podía invitar a un amigo, el único requisito para ello, era que el invitado tenía que tener un gran poder adquisitivo y algún puesto de importancia dentro de una gran empresa o dependencia de gobierno. La chica de cabello castaño fue nombrada como twenty, al escuchar su número pasó al frente, se encontraba muy nerviosa, aún así giró lentamente varias veces, tal como se lo habían pedido. El hombre que se había interesado en ella desde el principio, la observó embelesado, tomó la tablet, localizó el número de la chica, al abrir el enlace para ofertar, se dió cuenta de que había varios interesados en ella, se enfrascó en una batalla de números, ganaría sin duda el que ofreciera la cifra más alta. Al ver la insistencia de sus oponentes, no dudó y ofreció un millón de dólares, en ese momento, las cifras dejaron de moverse, los otros hombres interesados se retiraron. En ese momento volteó hacia el escenario, se encontraba vacío, las chicas ya se habían retirado, en la tablet pudo ver que el millón de dólares ya había sido cobrado, un número apareció en la pantalla, era el número de la habitación que le había tocado, era la número veinte, entonces comprendió porque había sido llamada así la chica. No conocía el lugar, se paró de la silla y volteo hacía todos lados, los otros hombres se pararon para dirigirse hacia un pasillo al lado del escenario, él decidió seguirlos. En el lugar se subastaban veinte chicas cada dos meses, los invitados eran en igual número, una chica destinada para cada uno de ellos, eran mujeres hermosas, con características similares, altas de cuerpos bien proporcionados, algunas eran traídas desde otros países, las contactaban los buscadores, el requisito que pedían era que tenían que nunca hubieran estado con algún hombre, les ofrecían el 50% de lo que pagarán por ellas. Después de que aceptarán participar, antes de que firmarán el contrato, eran revisadas por un médico que certificaba que en verdad tuvieran algo valioso que ofrecer al cliente. Los clientes entraron por el pasillo que se encontraba a media luz, ahí estaban todas las chicas, cada una parada al lado de la puerta de la habitación correspondiente. Los hombres tomaron de la mano a la chica que habían comprado por esa noche, después entraron en las habitaciones, solo quedaron en el pasillo aquel hombre y twenty, la chica se encontraba por demás nerviosa, su respiración era agitada, sintió la presencia de aquel hombre, sabía que estaba frente a ella, demasiado cerca, podía sentir su respiración sobre su cuello y el agradable aroma que desprendía, tenía que ser el olor de su colonia, nadie podía oler así de bien. El hombre se acercó a su oído, entonces pudo escuchar su ronca voz. —En verdad eres hermosa. Ella se puso aun más nerviosa, aquel hombre se quedo quieto un momento, la observo detenidamente, su cara su cuerpo, todo en esa chica era perfecto, la tomó de la mano y entró con ella en la habitación. Pudo ver que el lugar era agradable, una gran cama se encontraba al centro, a un lado había una pequeña sala, en la mesa de centro había dos copas y una botella de vino espumoso, la decoración era en colores que iban desde el blanco hasta el n***o, pasando por diferentes tonos de grises, una suave y sensual música se escuchaba de fondo. El hombre se quitó la corbata y después el saco, se arremango las mangas de su camisa, se acercó a la chica y quitó la venda de sus ojos, pudo ver que los tenía cerrados. —Abrelos. —Ordenó con voz fuerte. La chica abrió lentamente los ojos, de pronto él se encontró frente a unos hermosos ojos verdes que lo observaban fijamente a través de un antifaz. El hombre quedó maravillado con esos ojos, su color le recordó el color de las esmeraldas. —Antes de seguir, solo quiero que me digas, ¿estás aquí por voluntad propia? Ella contestó con un ligero movimiento de cabeza, haciéndole ver que sí, no podía dejar de observarla, parecía un lobo que cazaba a su presa, tenía una enorme tentación de quitarle el antifaz que llevaba, pero una de las cláusulas del contrato, no se lo permitía, los dos tenían que conservarlo, en realidad era un mero requisito porque era tan pequeño que permitía observar muy bien sus facciones. —Me has salido demasiado cara, así que pienso disfrutarte. Ella estaba rígida, él comprendía cómo debía sentirse, entregar su primera vez a un completo desconocido no debía de ser agradable. —No te preocupes, seré cuidadoso contigo, no acostumbro a serlo, pero por está vez lo seré. Se quitó la camisa, la chica no pudo evitar recorrer con su mirada su cuerpo, tenía todos esos músculos perfectos, el hombre sonrió, ella desvió su mirada hacia esa boca que le parecía tan sexy. —¿Te gusta lo que ves? No seas tímida, puedes ver cuanto te plazca. La chica hizo un mohín de desagrado, el tipo era demasiado atractivo, pero le pareció que tenía un ego del tamaño del mundo. Él acercó su boca a su cuello, comenzó a recorrerlo lentamente, más que besarlo, lo que hacía era chuparlo suavemente, ella permanecía inmóvil, no quería que aquel hombre se diera cuenta de que lo estaba disfrutando, ¿que pensaría de ella? Al terminar de recorrer su cuello, quitó el pequeño top que cubría sus pechos, eran grandes, no de un tamaño exagerado, pero perfectos para sus manos. La empujó sobre la cama, la chica lanzó un pequeño gritó por la sorpresa, él volvió a reír, con esa risa ronca que a la chica le había agradado. Beso el contorno de sus pechos, al llegar al medio, succiono con fuerza sus rosados botones, ella no pudo evitar gemir de placer, nunca un hombre la había tocado, en todo era su primera vez. Cuando la escucho gemir, el hombre se detuvo, la miró fijamente a los ojos, observo su hermosa boca, era tan perfecta que parecía que la habían dibujado sobre su rostro, sus labios eran del color de la granada, se dio cuenta de que no los tenía pintados, era su color natural. Siguió acariciando y besando sus pechos, colocó sus labios al medio y comenzó a bajar hacia su vientre, cuando llegó a su ombligo, metió su lengua dentro y comenzó a girarla lentamente, en este punto, la chica no sabía si era más grande su vergüenza o el placer que aquel hombre le provocaba. Cuando llegó a su vientre, en un acto de reflejo ella intentó detenerlo. —Shhh no tienes que moverte, solo disfruta, solo siente. —La chica no tenía idea de las ganas que tenía de atarla, pero eso la asustaría y además el contrato no se lo permitía. Continuó recorriendo su cuerpo con su boca, la chica aunque era delgada, tenía enormes caderas, un trasero bien definido y unas hermosas y bien torneadas piernas, bajó su boca por ellas, beso sus pies y chupo cada uno de sus dedos, después volvió a subir, se detuvo en medio de sus piernas, le quitó la pequeña prenda que llevaba puesta e introdujo su lengua en su interior y comenzó a moverla. Ella no sabía si aquello era correcto, él comenzó a succionar su centro, ¡demonios! Eso se sentía muy bien, era como si millones de hormiguitas marcharan desde ese punto hacia todo su cuerpo, olvido la pena en ese momento, ya que estaba ahí, pensaba disfrutar de todo aquello.

editor-pick
Dreame-Editor's pick

bc

Bajo acuerdo

read
9.7K
bc

Mi Sexy Vecino [+18]

read
51.8K
bc

La esposa rechazada del ceo

read
168.5K
bc

Prisionera Entre tus brazos

read
86.7K
bc

Navidad con mi ex

read
8.9K
bc

Tras Mi Divorcio

read
511.2K
bc

Yo, no soy él

read
88.5K

Scan code to download app

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook