Narrado Isabella
No me gustaban los exámenes sorpresa, no soy de esas alumnas que no llevan las cosas al día, todo en mi cabeza se actualiza a cada segundo pero esto me implicaba un estrés que para mi no era necesario, obviamente medias mejor las capacidades de los alumnos, no podían preparase o hacer trampas pero los exámenes causan ansiedad y un nervio descontrolado podía provocar que el examen saliera peor de lo que se tenía planeado, y aunque nunca dejaba que mis nervios se hicieran cargo de mi mente o mis manos, no me gustaba como estaba mi vida últimamente, todo era caos y necesitaba organizarme.
—Creo que me van a empezar a amar las matemáticas—me dijo Matt mientras se sentaba a mi lado.
Lo ignore, necesitaba repasar las formulas para no equivocarme en una de las ecuaciones, se podían parecer pero el resultado no sería el querido y aunque alguno simplemente no tuviera respuesta debíamos saber escribirlo, aunque fuera raro era importante que aprendiéramos todo lo que pudiéramos, todo se basa en letras y matemáticas por lo que si quería hacer las cosas bien, necesitaba entender y dominar esas dos partes de la vida.
—¿Sigues enfadada?—me pregunto y le mire—A ver se que solo te he pedido perdón y te he dado flores pero pensé que eso era una forma aceptada de disculpas porque me dejas abrazarte y hablarte—se quejo y le mire.
—Si, sigo molesta y creo que un enfado épico merece una disculpa épica—deje claro y le mire—Pero lo que ahora me preocupa es el examen—le deje claro y me miro.
—No importa que saquemos un cero o un diez, no contará para nada—dejo claro y le mire.
—Cuenta para mi—deje claro.
Cada detalle de la vida contaba, cada nota, cada examen era una marca de lo importante que era mis estudios, todo lo que hacía en mi vida implicaba cada examen, cada nota, cada trabajo o cada vez que hablaba en clase, todo era importante, la gente debía quererme, debía saber que les escuchaba, que me importaba cada cosa que decían, las cosas eran importante, los pequeños detalles eran demasiado importantes, todos nacíamos con el miedo de no impactar en el mundo o en la vida de las demás personas, ser personas insignificantes en el mundo pero en mi vida, nadie sería insignificante, mis notas y todo dejarían prueba de ello.
—¿Quieres que haga un acto de amor épico?—me pregunto y le mire—Te dejo enfermar y encerrarte en mi casa para luego declararme en la lluvia mientras crees que te odio ¿eso quieres? ¿O quieres simplemente que muera por ti? Dime que libro debo leer y lo haré tal cual ese libro dice—.
—Puede que ame los hombres escritos por mujeres pero quiero ser la protagonista de mi propia historia—deje claro haciendo que Matt riera—Además si murieras no tendríamos relación—añadí y volví a mirar mis apuntes.
—Pues estamos de suerte, me han criado dos mujeres—dijo Matt haciendo que riera bajo—Dudo que hagamos el examen—añadió y levante la cabeza, mire que en la pizarra eran nombres de personas que se gustaban o ya eran pareja como si nuestro profesor hubiera pensado las parejas para que liberáramos lo que hacía tiempo que guardábamos y al fijarme en mi profesor lo vi leyendo un libro—Es el mejor, nos da tiempo de calidad—comento haciendo que negará.
Matt agarro mi cuaderno y lo cerro haciendo que le mirara sorprendida.
—Es el único que entiende las ganas que tengo todos los días de besarte—aviso y se acerco a mi pero me aparte.
—Nada de besos—dije y me miro sorprendido—Es la norma de tu profesor favorito—.
—¿Has conseguido que tu tío cambie de opinión?—me pregunto.
Me quede bastante sorprendida por la pregunta.
—¿Que?—.
Mi pregunta le dejo más sorprendido de lo que estaba yo.
—Vas todos los días a su despacho, hablareis supongo—dijo y le mire.
—No de sus cambios, sino de otras cosas—le deje claro y me miro—Además, todo esto no es su culpa, es otra victima—deje claro, me molestaba demasiado que los estudiantes insultaran o atacara a mi tío por los cambios que estaban pasando cuando realmente nada era su culpa, él era quizás la mayor victima de todos nosotros pero claro, eso nadie lo tenía en cuenta, le veían como el nuevo director cruel y malvado que nos estaba fastidiando la vida pero solo era un hombre con secretos y miedos, uno que cada día admiraba más.
—Un secreto mío por ese secreto—me propuso pero negué.
—Eres dueño de tus secretos pero yo no lo soy de este, es de mi tío—deje claro y me miro.
—Puede que tengas razón—hablo y le mire.
—Siempre tengo razón—deje claro y Matt me miro divertido—Me encantaría contártelo pero es que no depende de mí, depende de tantas otras cosas que no las puedo controlar—.
—¿Hay muertos implicados?—me pregunto sacándome de lo que estábamos hablando pero rápidamente volví.
—No—deje claro mirándole sorprendida—Si lo hubiera tendría que denunciarlo—deje claro y me miro.
—Bueno en Monte Alto los votos de la boda dicen otra cosa—me recordó y le mire.
—¿Has mirado los votos de boda de Monte Alto?—le pregunte demasiado sorprendida.
—Estoy en proceso de aprender todo sobre el país, cada detalle tan raro y enrevesado como me sea posible, bueno obviamente esas partes aburridas que tenéis también lo aprenderé pero lo que necesito tiempo, mi profesor se lo toma con calma y eso que le pago mucho—comento y le mire.
—Espera—le pedí porque estaba demasiado sorprendida—¿Estas aprendiendo cosas sobre mi país?—pregunte sin entender como alguien podía querer saber cosas sobre ese país tan pequeño que casi nadie conocía. Nadie conocía mi pueblo, mi ciudad o mi nación, éramos ese país en mitad de Europa que no era ni parte de Europa ni de la unión europea, éramos algo que nadie buscaba y que nadie le daba importancia, ni los paises nos escuchaban y mucho menos la gente.
—A ver, eres mi novia, la persona más importante en mi vida ahora mismo—dijo haciendo que mi corazón comenzara a acelerarse, era una tontería pero para mi eran palabras muy bonitas—Además si quiero entenderte y conocerte al completo debo saber todo sobre tu familia y país, estoy también con el grupo de tu hermano, creo que eso es lo más fácil—comento haciendo que riera.
—¿Por que no has pedido a Aiden que te enseñe el idioma? ¿O a mi?—le pregunte y me miro sorprendido.
—Porque tu primo es un poco c*****o y se niega a ayudarme, dice que eso sería hacer el camino fácil—me explico y tuve que aguantar las ganas de reír—Era una sorpresa, en plan declararme en ese idioma y aunque amaría tenerte como profesora, no he podido hablar contigo y me distraes—dejo claro y le mire.
—Yo no te distraigo, soy sería—deje claro haciendo que riera.
—No lo haces queriendo—dejo claro—Pero soy un hombre muy tonto—añadió y le mire—Como mueves el pelo, o como arrugas la nariz cuando te desespera que no te escuche, simple que te muerdas el labio nerviosa, me distrae pensando en lo genial que sería secuestrarte y besarte por muchas horas—me dijo y le mire sorprendida—Ahora mismo hasta que respires, me distrae—.
—No pienso dejar de respirar porque te distraigas—deje claro.
—Tranquila, ya me encargo yo de eso—dijo y sin darme tiempo a nada me beso, agarro mi cara entre sus manos, haciendo que separarme me fuera demasiado difícil pero por muchas normas que hubiera, era humana y cada vez que Matt me besaba, me temblaba todo el cuerpo por lo que me limite a disfrutar del monto, pase mis manos por su cuello haciendo que el me atrajera más a él y pasará sus manos por mi cadera.
—Matt—llamo Chiqui y este separo una mano de mi cadera para hacer un gesto, no lo vi por estar centrada en otras cosas pero segundos después Matt se separo de mi y se sentó de mi—No lo hagas más—dejo claro Chiquí haciendo que riera.
—Puede que tu titulo de príncipe nos sirva de algo—le susurré a Matt haciendo que este riera.
—¿Te das cuenta que si yo soy príncipe, tu eres princesa—aviso.
—No estamos casados—le avise.
—Yo doy el titulo a quien me da la gana, condesa en apuros—dijo burlándose un poco de mi.
No respondí, la vida nos estaba castigando demasiado, nos estaba poniendo demasiados baches por lo que debía reír y dejar de tomarme las cosas demasiado serías, el mundo ya no era seguro o ese mundo rosa que hasta ahora estaba viviendo, Matt se enfrentaba a sus demonios y secretos, y yo luchaba con lo mismo, todos luchábamos con cosas que nunca pensamos enfrentar, nadie quería que su adolescencia estuviera llena de dramas, todos queríamos fiestas y viajes pero al no elegir donde nacíamos, mucho menos elegíamos las cosas que nos pasaban, organizaba mi vida en cada aspecto para que nada malo pudiera pasar, para estar preparada para cualquier sorpresa o cuando estas aparecieran no afectaran a mi vida demasiado pero no, no podía vivir a través de libros, libretas, horas o miedos, no podía estar esperando a que alguien viniera y me dijera como vestir o como pensar, no podía depender de cosas que no controlaba, de otros, de mis emociones en ocasiones caóticas, debía vivir por mi, para mi, y sin tener miedo a sufrir o a lo que pasara, cerrar los ojos cada noche y sentirme orgullosa de lo que he hecho, no estar arrepentida de las cosas que no he hecho.
Debo vivir.