Me acuerdo la vez que por primera mi abuela me dio una copa de vino, mi abuela paterna es medio rusa, medio francesa por lo que ama el vino y al mismo tiempo tiene la idea de que creía que a la edad de ocho años era la mejor edad para tomar vino, sus palabras fuero "Un cuerpo debe curtirse, cuanto más repose tu cuerpo con eso, mejor lo cataras", por lo que desde los ocho años tomo una copa de vino en las comidas y cenas familiares, mayormente tinto porque mi abuela dice que el blanco no es vino, realmente las veces que lo he tomado no importa, esa primera vez, era una tarde de verano, hacía calor y quería poner hielo en mi boca, mi abuela estaba tomando el vino y me sirvió un vaso, lo bebí del tirón, cosa que no fue buena idea, me maree y me sentí demasiado raro, el sabor no me gusto, a día de hoy sigue sin gustarme, me dan arcadas, pero me mantengo por el resto de las personas. Esa vez me maree, me dolía la boca, y casi me ahogo cunado volví a saltar al agua.
Esa vez me sentí rodeada de una sensación mareadora, todos mis sentidos se fueron apagando y no era muy consciente de las cosas a mi alrededor, no es que sea una persona muy tolerante al alcohol, pero esa vez fue una de las peores, todo me molestaba, mis emociones eran fuertes pero no mis sentidos por lo que me iba a volver loca, tuvieron que sacarme de la piscina arrastras de la piscina y meterme en la cama.
Si pudiera describir de una forma la sensación de entrar a un portal, sería extraña, como si el mundo entero fuera un cumulo de emociones y yo no pudiera controlar todas, era como si todas me inundaran, era una energía que recorría mi cuerpo y no me dejaba dejar de sentir. Era una sensación increíble, mire a todos lados intentando entender que estaba pasando. Todo era demasiado bonito como si algo demasiado fuerte me atrajera al lugar, era un bosque lleno de arboles y cosas demasiado hermosas, era todo demasiado bonito arboles grandes, flores y un gran prado, y olía a lavanda pero aún no había visto las lavandas.
Mire por todos lados esperando ver algo increíble, he estado fantaseando con el momento en el que pudiéramos hacer un viaje de estos, me imagine mundos con dragones, princesas en apuros y con demasiado color, esto no tenía color pero era atrayente de formas que no podía comprender, sin hablar de las veces que me imagine un lugar futurístico, me imaginaba coches voladores o coches que iban con agua, no se cosas que no pasarían en este mundo, o que no íbamos a poder ver porque moriremos algún día. Pero es que estos portales íbamos a poder ver el futuro incluso antes de que ocurriera, no me iba a echar la lotería para hacerme rica pero no era una cosa que descartara.
—Wow—me dije a mi misma impresionada por las altas montañas nevadas y los prados hermosos, estaba intentando guardar cada parte en mi cabeza para poder contárselo a Isabella, para poder dibujarlo, era demasiado impresionante y hubiera deseado que estuviera aquí, estaba deseando que ella estuviera aquí porque se lo merecía, pero estaba claro que las cosas eran complicadas y que no las entendíamos, por lo que debíamos seguir lo que dijera Aurora, puede que el otro grupo la fastidiará porque mataron a la persona más importante en el mundo de Aurora por lo que ahora estaba en alerta, si éramos buenos e inteligentes, nos dejaría cada vez más libertad.
Alguien tiro de mi haciendo que me cayera al suelo para esconderme, mire a donde venía el tirón y fue Matt, casi le pego, me daba demasiado rabia que me hubiera tirado al suelo sin un solo motivo, sin una explicación, sin nada de sentido.
—Quédate quieta—me dijo en un susurro para señalar a un punto entre los arboles.
Mire a ese lugar para ver a un maldito unicornio, no era un caballo con un palo en la cabeza, no era un cuerno como si fuera un maldito elefante o un animal con cuerno, no estaba para nada segura de nada en esta vida, estaba demasiado confusa pero era un animal que no había visto en mi vida. Mire al otro lado, para intentar buscar a Aiden, pero no estaba, mire buscándolo y me lo encontré cerca del unicornio, me quede quieta sin saber que hacer, mientras que el caballo se acercaba tranquilo a donde Aiden, como si fuera su mascota de toda la vida.
—¿Qué hace?—le pregunte a Matt.
Matt me miro con cara de no saber que estaba pasando, nadie podía entender que estaba haciendo Aiden, era demasiado complicado todo, la sensación que seguro tenían ellos de sentirse, si a mi nada más entrar la sensación me hizo volverme loca, me hizo sentirme en una nube y eso que yo no estaba para nada conectada con este mundo, pero Aiden era descendiente de una persona demasiado importante en este planeta, bueno en estos planos, ya ni sabía como llamarlos, pero si a mi me volvía algo loco, la pregunta era ¿Cómo les iba a afectar a ellos? No se que estaba sintiendo pero estaba claro que les afectaba más que nadie.
—Esta loco, tenemos que pararle—me dijo Matt y lo mire.
Me quede quieta pensando en que hacer, estaba demasiado nerviosa por todo lo que pudiera pasar y mire a Aiden que acariciaba al maldito unicornio ¡j***r! Estaba demasiado sorprendida y sin saber que iba a pasar, estaba demasiado asustada por lo que hiciera ese animal, no sabíamos su naturaleza, no sabíamos como actuaba, no sabíamos si era agresivo o si era tranquilo, por lo que debíamos actuar con cuidado.
—¿Cómo les afectará este mundo a ellos?—le pregunte haciendo que Matt me miraran—Creo que no debemos dejarles pasar mucho tiempo en estas cosas y que se vayan intercambiando los viajes para que no les afecte demasiado porque no sabemos como les ira la cabeza antes—le dije con toda mi preocupación.
—¿Crees que se volverá loco?—me pregunto y le mire—Me preocupo por Isabella igual que tú por Aiden, y me preocupo por Aiden como tú por Isabella, es verdad que están cada vez más perdidos, están como si un planeta les hubiera caído encima, están perdidos y apagados, Aiden duerme cada vez menos e Isabella come cada vez más y no se si lo sabes pero cada vez hacen más deporte, es como si algo les estuviera afectando demasiado, para mi parecen dos fantasmas—.
Le mire preocupada.
—No sabía lo del deporte—le deje claro y me miro—Últimamente no hablo mucho con Isabella, duerme demasiado y se pasa esperando que no nos descubran—dejo claro, Matt me miro y los dos compartimos una mirada de preocupación, estaba claro que los dos teníamos información que nos estaba preocupando pero no nos habíamos parado ha hablar, esta claro que últimamente, al menos yo me había centrado en monotema sin darme cuenta de que los demás tenían cosas que decir o que el mundo no dejaba de jugar por eso.
Mire a donde estaba Aiden para verlo acariciando al unicornio, el unicornio era blanco, más blanco que una nube, los pelos de su cabeza y espalda y de su cola, eran dorados, no era como me lo imaginaba, siempre me imagine unicornios con pelo rosa o pelos color pasteles, pero este era diferente, tenía una naturaleza que te atrapaba con sus colores que parecían oro.
—Voy a intentar sacarlo de ahí—le deje claro.
—Yo voy a robar flores para Isabella—me dejo claro y le mire—¿Que? Las flores interdimencionales seguro son una gran idea para que me perdone—dejo claro y negué.
—Ten cuidado que Aurora no se enfade—dejo claro, haciendo que Matt me mirara con muchas dudas—No sabemos que podemos o que no podemos hacer cosas que nos den problemas—deje claro haciendo que Matt se tumbara en la hierba mirando al cielo.
—Pues nada, aquí me quedo—dejo claro haciendo que negará divertida, me acerque a Aiden con cuidado para no asustar al animal y que lo atacara.
En las historias de cuentos de hadas, los unicornios siempre son adorables, esos seres enormemente amorosos que son los compañeros de las princesas, pero hay dos cosas que aquí no hay ni princesas ni cuentos de hadas, por lo que no sabía si este animal era dulce, pero no sabíamos si era ciego o estaba encandilado con Aiden, cosa que no me sorprendería.
—Aiden—lo llame, Aiden me miro parando de acariciar al unicornio, este algo enfadado se acerco a mi empujándome para que Aiden le volviera a acariciar, estaba claro que era un animal caprichoso y molesto.
Aiden se acerco a mi para ayudar a levantarme.
—Tenemos que irnos—dije que al ser ignorado, los ojos dorados del unicornio se pusieron rojos cosa que no me gustaba ni un pelo, estaba claro que ese animal no era para nada un buen animal, no era ese personaje tan dulce, si los animales de mi mundo ya me daban miedo, si ya estaba paniqueada con encontrarme aun león o un oso en medio de la nada para ahora tener que tener miedo de encontrarme a un maldito y blandito unicornio.